Este año, como el anterior y como en la mayoría de los últimos veintitrés, los agricultores apenas han recogido nada o simplemente nada. Después de un año de inversiones en forma de trabajo, semillas, maquinaria, fertilizantes, herbicidas. Vamos, otra ruina más que hipoteca la economía de los agricultores de España.
Esta ruina agraria va a repercutir en el precio y en la importación de cereales. En el aumento del precio de los piensos y la paja para el ganado, en el aumento del precio del pan y de otros productos alimenticios.
Para los ganaderos la situación ha sido muy parecida. Pues como consecuencia de la alteración del clima, desde enero hasta el mes de abril, en los que apenas han caído dos gotas, acompañadas de varias olas de calor, los escasos pastos se agostaron a comienzos de mayo.
Otro año más que le toca al ganadero tirar de la cartera e hipotecarse un poco más. Cuando esas reses se sacrifiquen para el consumo humano, el ganadero tendrá un beneficio a pérdidas.
Y mientras tanto, los sindicatos que se supone que tienen que proteger los intereses de los agricultores y los ganaderos, miran a la luna de Valencia. No vaya a ser que miren al cielo y vean a los aviones fumigando los frentes de nubes para que no llueva.
Para el patrimonio natural de España, la situación ha sido muy parecida. Cientos de miles de árboles de diversas especies, han muerto en los últimos años, y otros tantos están muy afectados por las sequías y las olas de calor, creadas artificialmente y prolongadas en el tiempo con técnicas de ingeniería climática.
La fauna cría muy mal o pierde las puestas o camadas, como consecuencia de las olas de calor creadas artificialmente, de forma puntual durante ciertos días del año. O por la falta de recursos para alimentarse, como consecuencia de la manipulación del clima. Este año, como el pasado, en Madrid se han perdido varios nidos de águila imperial ibérica. Las que han criado, han sacado un pollo o dos. Las rapaces medianas han perdido muchos nidos. La mayoría de los pájaros apenas han hecho una cría y no la han sacado entera. Las tórtolas apenas se han visto, la mayoría de las perdices han perdido las puestas...
Y esos que van de ecologistas, subvencionados por el gobierno, calladitos. No vaya a ser que les retiren la subvención y se tengan que poner a trabajar.
Hemos llegado a esta situación, como consecuencia de una campaña global, que ha cambiado varias veces de nombre en los últimos cincuenta años. Ahora lleva el nombre de “Cambio Climático”, dentro de la Agenda criminal 2030, promovida por las élites internacionales que manejan a los gobiernos como a títeres, para que estos gobiernen a los ciudadanos como a borregos.
Muchos ciudadanos se preguntan cómo hacen este tipo de campañas globales a nivel mundial con tanto éxito. De dos formas ya probadas eficientemente en los últimos 60 años. Con ingeniería climática patentada (Convenio Internacional ENMOD. B.O.E 22 de Noviembre de 1978 https://www.laluzdelmonte.com/2021/08/el-convenio-enmod.html). Y utilizando a los gobiernos de los países, para que adoctrinen a los ciudadanos a través de los diferentes medios de comunicación subvencionados, para que asimilen y no se opongan a leyes criminales que aprueban y destruyen el patrimonio natural de su país.
La Ley 7/2021, de 20 de Mayo, de Cambio Climático y Transición Energética que aprobó este gobierno, es anticonstitucional y criminal. Es una ley aprobada por un gobierno, que consiente que en su territorio se utilicen técnicas de geoingeniería que modifican el clima. Creando sequías anuales y olas de calor puntuales, que destruyen el patrimonio natural, la agricultura, la ganadería, las tradiciones culturales y enferman y matan a los ciudadanos.
Un gobierno que aprueba leyes contra el cambio climático, que el crea artificialmente todos los días del año con ingeniería climática. Que crea periodos de calor en verano, para que los ciudadanos hagan un uso masivo de la energía eléctrica, al poner en funcionamientos los aparatos de refrigeración, para mantener sus casas con una temperatura agradable.
La información está ahí, los datos están ahí, son públicos y notorios. Muchos ciudadanos de España y de otros países, ya han dado la alarma y están denunciando a diario todos estos actos criminales. Sólo hay que investigar un poco y contrastar la información. El que quiera seguir creyendo lo que dice el gobierno, la televisión, los periódicos o el dispositivo móvil, como un chico pequeño sin personalidad, es su problema. Es su responsabilidad como ciudadano.