google-site-verification=W4JiPUkp_G2kZZVS-o62liN40WEVgPWgCCloRv-xIdc la luz del monte: septiembre 2020

domingo, 27 de septiembre de 2020

EL OTOÑO. UNA ESTACIÓN DE CAMBIOS CONTINUOS


El otoño se manifiesta a través del cambio de color de las hojas de los árboles y arbustos que acompañan al río.

Es una época de luces, de lluvias, de temperaturas agradables, de abundancia de frutos, de cambios de residencia para muchas especies... Una época sobre la que se cimienta el comienzo del año venidero. Una estación muy importante.

Para los celtíberos era el comienzo del año, como lo sigue siendo para todos los ganaderos extensivos de La Península Ibérica, pues el año ganadero comienza ahora.



Dentro del bosque, determinadas especies evolucionan y se especializan en un nicho ecológico. Los pájaros carpinteros tienen su vida unida a los bosques, a los árboles, a la madera. En ellos viven, se alimentan y construyen sus nidos.

Cuando llega el otoño se vuelven a oír los tamborileos de los pájaros de la madera. Marcan sus territorios, y comunican a los jóvenes que nacieron en primavera, que se tienen que ir del territorio paterno.

El joven pico picapinos tiene todo el otoño y el invierno para ver mundo, para aprender todas las técnicas de la vida. Cuando llegue la próxima primavera, su aspecto será el de un adulto y defenderá un territorio en el bosque.



En los últimos sesenta años, el planeta ha sufrido una deforestación brutal. La Península Ibérica, ha soportado a lo largo de su historia, numerosas fases de deforestación, que han dado origen a la situación actual.

Ahora, como consecuencia del abandono de la ganadería, de las tierras de cultivo en las zonas de montaña, el abandono de los pueblos y la reconversión de las leñas por gas y electricidad, nos cuentan que los bosques han aumentado en España. Realmente, lo que ha ocurrido, es que ciertos montes y dehesas históricas, se han terminado de repoblar de forma natural; y extensas zonas agrícolas y ganaderas, caídas en desuso, se han poblado de jaras, romeros y árboles autóctonos dispersos, que en nada se parecen a un bosque.

Un bosque, es el resultado de la evolución natural durante miles de años, bajo la influencia de un clima. Díganme, con el clima intervenido que tenemos en España, que llueve casi la mitad que hace cuarenta años, qué "bosques" han podido generarse en los últimos cincuenta años.



Hoy, en España podemos encontrar dos subespecies de ciervos, el Cervus elaphus bolivari que habita en la mayor parte del país, y el Cervus elaphus hispanicus que habita sólo en las marismas y montes cercanos del Guadalquivir. Posiblemente, seguramente, hace unos cuantos siglos atrás, cuando los montes eran más extensos y poblaban la mayor parte de La Península, había alguna subespecie más. Las desamortizaciones de dehesas públicas y extesos montes,las numerosas guerras civiles, la ganadería y la caza abusiva, estuvieron a punto de extinguir a los ciervos ibéricos para siempre. Sólo sobrevivieron, en muy bajo número, en los cotos de caza históricos y en las sierras mediterráneas más extensas y agrestes, donde apenas hay presencia humana. El Pardo, Los Montes de Toledo, Las Villuercas, Sierra Morena y Las Marismas del Guadalquirvir.

Hoy, podemos ver ciervos en la mayor parte del país, como consecuencia de la gestión del deporte de la caza. Un deporte, que está cambiando la identidad de los ciervos ibéricos en muchas fincas de caza históricas, al mezclarlos o cambiarlos por ejemplares procedentes del norte de Europa. En muchas zonas de España, los ciervos ibéricos han perdido su identidad, su naturaleza evolutiva, que le hace resistente a las enfermedades, al clima y a las adversidades de las zonas geográficas donde habitan. Son sólo reses con cuernos, para satisfacer la demanda de un mercado cinegético, que no tiene nada que ver con la tradición cultural, seria y respetuosa con las especies cinegéticas, que siempre ha representado la caza en España.



Las masas forestales son generadoras de elementos naturales, esenciales para que la vida pueda fluir día a día en las ciudades. Aquí se produce el agua dulce de calidad que utilizamos a diario, el aire limpio oxigenado e hidratado, que nos libera de virus y de enfermedades cardiorrespiratorias. Son las mejores zonas geográficas para evadirnos, ejercitar el cuerpo y liberarnos de los problemas y el estrés que nos produce el mundo en el que sobrevivimos a lo largo de la semana. Un mundo natural vivo, diverso, gratis, que aporta muchos beneficios importantes y necesarios que los ciudadanos desconocen.



Los ríos son fuentes de vida que fluyen desde las altas montañas hasta el mar. En los últimos setenta años,las condiciones ambientales y saludables de la mayor parte de los ríos de España han desaparecido, o se han visto alteradas como consecuencia de una desastrosa gestión ambiental y económica. Las aguas fluviales de calidad, son fuentes de bienestar para los pueblos y ciudades, y de riqueza para la agricultura y la industria.

En los tramos de los ríos Ibéricos, donde las riberas han sido poco alteradas y sus aguas fluyen limpias, habita el mirlo acuático durante todo el año. El único ser vivo del planeta, que se alimenta con los insectos que habitan bajo las piedras del fondo de los ríos. La presencia de una pareja de mirlos acuáticos criando en un tramo de un río, nos está indicando que esas aguas tienen una calidad sobresaliente, pues en ellas habitan insectos bioindicadores como él, con los que se alimenta. 



La imagen de un roble viejo, de unos ocho siglos de vida, es la historia viva de una comarca geográfica de España, que estuvo cubierta hace tiempo por extensos montes maduros... Un roble que ha soportado durante siglos podas brutales, como muestra su porte; rayos, como nos cuentan algunas zonas altas de su tronco, grandes nevadas, heladas... Y las últimas cortas que hubo en la zona, en los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo, de las que se salvó, porque su porte carecía de calidad para el maderero. 

En tan sólo cinco siglos, la piel de España ha perdido casi por completo el patrimonio forestal natural que formaban sus montes. Hoy, lo que queda, son los restos puntuales de aquella selva que cubría La Península Ibérica hace dos mil años. Dehesas y montes en diversos grados de explotación y regeneración, y extensas manchas de monte bajo, formadas por jaras y brezos, donde el monte alto de robles, hayas, encinas y alcornoques apenas puede prosperar, porque las condiciones climáticas están manipuladas y hoy apenas llueve con regularidad en España.


El saber popular de la gente del campo, nos dice que hay especies que hacen monte. Durante todo el otoño, hay un enorme ejército pacífico de seres vivos, que debido a de sus hábitos de vida, siembran de semillas los montes ibéricos. Semillas, que se convertirán en árboles y arbustos la próxima primavera.

Pequeños mamíferos como las ardillas, ratones de campo, lirones caretos y grises, y aves como las grajillas y los arrendajos, esconden y entierran muchas bellotas y hayucos. Otros, como los mirlos, zorzales y currucas, consumen muchos frutillos carnosos, dispersando su semillas por donde se mueven. En la imagen vemos a una grajilla buscando semillas entre las hojas del suelo del monte.



España, debido a su situación geográfica, tiene una serie de climas, altitudes y regiones históricas, que la hacen única en el mundo. Tiene una cultura ancestral popular viva, muy grande en muchos aspectos, donde se une lo pagano con lo religioso. Dice el refranero, que por San Martino (día 11 de noviembre) el invierno viene de camino; si le dicen detente, llega por San Clemente (día 23); y aunque venga retrasado, por San Andrés (día 30) ya ha llegado. San Martín, marca el último veranillo del año en La Península Ibérica; el veranillo del membrillo, cuando madura la fruta.

La mañana de finales de noviembre, llega a la ribera del río arropada por una ligera niebla. Los chopos, los alisos y los sauces, cubiertos por ocres variados, se están desprendiendo de sus hojas, pues en la próxima estación que está entrando, no las van a necesitar. 



En las dehesas y en las riberas de algunos ríos de la Península Ibérica, los novillos se van haciendo toros al cumplir los cuatro años.

El toro bravo, junto con el bisonte europeo, son los dos grandes bóvidos europeos que han sobrevivido a la extinción. A la sobreexplotación irracional de los recursos naturales, y a las desacertadas gestiones que casi han destrozado Europa.

El bisonte, llegó a extinguirse en los bosques donde habitaba, a principios del siglo XX. Gracias a los ejemplares que quedaban en los zoológicos, pudo recuperarse la especie, después de varias décadas y un presupuesto económico elevado.

El toro bravo, siempre ha estado unido a la cultura ibérica desde el hombre de cromagnon. Una cultura basada en los montes y dehesas, donde habita con una serie de especies ibéricas como él. Un superviviente de nuestra fauna, que ha evitado la extinción gracias a la cultura.



El turismo rural, es ese turismo que nos saca de casa todos los fines de semana... o casi todos. Nos pone en contacto con el mundo real en el que vivimos. Nos alegra la vida con las vistas de esos montes y pueblos que visitamos, los aromas que respiramos, las relaciones que tenemos con otras personas, las sensaciones agradables con las que nos quedamos. Sólo tenemos que elegir un punto de nuestra provincia, de nuestro país, y salir a conocerle a vivirle, a disfrutarle... A darle Vida.



La situación geográfica de España en el planeta, su relieve, su litoral, sus climas, sus ecosistemas y su diversidad cultural, son una serie de valores naturales estables, que hacen de nuestro país una potencia indiscutible en el mundo del turismo rural.

Un turismo natural muy variado y muy rico, de montes, espacios abiertos, medios fluviales, montañas, costas... O un turismo rural, donde abunda la arquitectura medieval y tradicional, con pueblos históricos, donde habitan ciudadanos con variadas culturas, que tienen mucho que enseñarnos y muchas historias que contarnos...


jueves, 24 de septiembre de 2020

LAS CONSECUENCIAS AMBIENTALES, SOCIALES Y ECONÓMICAS DE LA INGENIERÍA CLIMÁTICA EN ESPAÑA


Los cambios climáticos naturales, son fenómenos naturales. Si son provocados por el ser humano, a través de la geoingeniería, debería de llamarse manipulación climática, no cambio climático.

La geoingeniería o ingeniería climática, es un conjunto de técnicas que incluyen la manipulación deliberada del clima, de una región, de un país o de un continente, con el objetivo de alterar el clima con fines militares o comerciales.



Numerosos meteorólogos de diversos países, entre los que se encuentra España, han denunciado en los últimos años la geoingeniería y sus consecuencias en el clima, el medio ambiente y la salud de la población. Algunos, han escrito libros y numerosos informes, que han publicado en los diferentes medios de información.

Afortunadamente para la sociedad, existen personas con honorabilidad personal y profesional, que denuncian estos hechos criminales, que alteran y manipulan el clima, destruyen el patrimonio natural y económico de los países, y causan enfermedades que matan a los ciudadanos con el tiempo.





Los ciudadanos no podemos confirmar desde el suelo, los productos con los que fumigan los aviones o drones que surcan los cielos, pero si podemos coger muestras de esos productos químicos y nanotecnología que caen en pueblos y ciudades, en montes y zonas cultivadas.

Legalmente, todos los productos químicos y sistemas con los que se están fumigando los cielos, para manipular el clima, están registrados en las Oficinas de Patentes y Marcas.

La geoingeniería está arruinando el clima y el medio ambiente de La Península Ibérica. Es un hecho ilegal, inconstitucional, probado. El cambio climático que están vendiendo a la sociedad, no existe, es otra mentira más de la élite mundial. Existe la manipulación climática que estamos viviendo, la que nos están imponiendo con la geoingeniería, con las fumigaciones clandestinas que realizan todos los días del año, con productos criminales patentados, que arruinan el medio ambiente, la economía y la salud de los ciudadanos de  España.




Dos de los productos más letales que se están vertiendo en los cielos del planeta para alterar y manipular el clima, a través de las fumigaciones que realizan a diario aviones y drones, son las tierras de diatomeas y el aluminio en escamas, inferiores a un milímetro. Las tierras diatomeas afectan negativamente a los sistemas cardiorrespiratorios de todos los seres vivos y matan directamente a los insectos, especialmente cuando cambian la cutícula (cuando mudan)

El aluminio está acabando con la vegetación autóctona, con los cultivos naturales hoy llamados ecológicos, y produciendo multitud de enfermedades en los seres vivos, incluidos los seres humanos.





Los análisis de los compuestos que liberan los gases que fumigan aviones y drones en los cielos de España a diario, para intervenir y manipular el clima, están formados por escamas de aluminio, bario, arsénico, titanio, manganeso, cadmio, silicio, polvo de diatomeas, polvo de carbón, materia orgánica, polímeros sintéticos, nanomateriales, agentes patógenos: bacterias, hongos, virus...

El hidróxido de aluminio liberado en las fumigaciones, contribuye a la aparición de enfermedades neurodegenerativas, como el alzheimer, tumores en los pechos de las mujeres, casos de iptus, enfermedades cardiorrespiratorias, parkinson, autismo infantil y juvenil. Las muestras de lluvia recogidas, revelan unos valores muy altos de aluminio y de otros metales.

La organización Mundial de La Salud, advierte que la concentración alta de polvo de diatomeas dispersas en el aire, es nociva. Perjudica seriamente a los pulmones, creando fibrosis leve, y enfermedades cadiorrespiratorias y coronarias asociadas.


En la fotografía, hecha la mañana del día 18 de noviembre de 2020, vemos el cauce de un arroyo de montaña del centro de España, completamente seco.

Como podemos observar, su cauce está poblado por pasto nuevo y cubierto por las hojas que han tirado los fresnos que habitan en sus orillas, debido a que no ha corrido agua por él, desde hace muchos meses. En la fecha que se hace la fotografía, debería de corre el agua por su cauce desde mediados de octubre.

Estas son algunas de las consecuencias de la geoingeniería, de las fumigaciones que se hacen a diario en los cielos de España, con productos criminales que alteran y manipulan el clima; que día a día, van matando poco a poco a los ciudadanos de este país, con enfermedades degenerativas, cardiorrespiratorias, neumonías, gripes, cánceres, ictus... Bajo el título falso de un cambio climático artificial programado, que no tiene nada que ver con la contaminación atmosférica, como se está engañando a los ciudadanos. Una manipulación del clima, que se inició en España a principios de los años 80.





Científicos, doctores en medicina y biólogos, entre otros, están siendo silenciados y apartados sistemáticamente de la sociedad y de los medios de información, por denunciar, por informar a la sociedad, de las consecuencias criminales que está trayendo la geoingeniería, a través de la fumigación con productos que deshacen los frentes de nubes e impiden que llueva. Productos letales para la salud de los ciudadanos que viven en países como España, donde la geoingeniería se ha impuesto inconstitucionalmente desde el año 80 del pasado siglo.


Para combatir y depurar de nuestro organismo, de los diferentes productos criminales con los que se están fumigando los cielos de España, para implantar un cambio climático artificial, que está destruyendo los montes, la agricultura, la ganadería, la economía y la salud de los ciudadanos, expertos en contaminación, en intoxicación, en salud, recomiendan hacer un consumo regular diario de vegetales y vitaminas. Si nos contaminamos todos los días, todos los días nos tenemos que depurar. La fotografía que vemos, en la que se ve perfectamente el cielo de San Sebastián de los Reyes fumigado, está hecha sobre las 8:30 de la mañana del 6 de mayo de 2021.




Hoy 20 de mayo, ha amaneció el día sin nubes en la ciudad de Madrid y en toda su área metropolitana. Durante toda la mañana, numerosos aviones o drones preparados, como el que vemos en la fotografía, han estado fumigando los cielos con diversos compuestos, que alteran el clima y matan la vida. A partir del medio día y a lo largo de toda la tarde, estos gases compuestos de partículas de aluminio, de tierras de diatomeas o de otros productos, se han hecho visibles en el cielo, formando estelas blanquecinas de diferentes formas. A lo largo de la tarde siguen fumigando los cielos del centro de Madrid.

Si os fijáis en el color del avión o dron, es de un azul que se mimetiza con el color del cielo o el que tiene la atmósfera a esa altitud. Va con tres luces activadas, y vuela a una velocidad de crucero superior a los 800 km/hora. El aparato que vemos, no tiene nada que ver con un avión comercial. Vuela sin matrícula y sin transpondedor para que pueda ser localizado.
El día ha amanecido templado, pero con las fumigaciones realizadas a lo largo de la mañana, a eso de las 13:00 horas, los termómetros marcaban los treinta grados, como un día de verano. En San Sebastián de los Reyes, a 18 kilómetros de la Puerta del Sol, el termómetro que tengo en la terraza de casa, marcaba los 50ºC al sol. La temperatura real que están soportando los árboles y arbustos de los montes, parques y calles.

Esta es la realidad del cambio climático que nos están vendiendo en España. Un fraude criminal, que se ha ido incrementando cada diez años, hasta llegar a esta situación que estamos soportando.


lunes, 21 de septiembre de 2020

EL MUNDO NATURAL DEL TORO BRAVO. OTOÑO




El otoño marca el comienzo del año venidero en el mundo del toro bravo. Es la estación de las lluvias, que templan el ambiente abrasado por el verano. Es época de bonanza para todos los habitantes del monte, pues la mayoría de los arbustos están cargados de frutos, moras, majoleras, escaramujos, endrinas. Las encinas, los alcornoques, las coscojas, los quejigos, los melojos y los enebros, van a proporcionar una importante cosecha de frutos a lo largo de la estación y el comienzo del invierno.

Es la estación de la emigración. De los que se van a África para pasar el invierno, y los que llegan del centro y norte de Europa en busca de un clima mediterráneo más llevadero. Millones de aves van a pasar por los montes y dehesas donde vive el toro bravo, en busca de territorios más benignos donde vivir en otoño y en invierno. Papamoscas, petirrojos, palomas torcaces, tórtolas, patos, rapaces, grullas...

Es una época tan benigna, que ciertas especies crían, debido a las temperaturas y a la abundancia de alimento, lirones caretos, erizos, conejos... Otras, como los ciervos, los gamos y las cabras monteses inician el celo, dejando la semilla sembrada, que nacerá la próxima primavera. En ciertas zonas de La Península Ibérica se inicia la paridera de las vacas bravas.

Después del duro y agobiante verano, los toros y las vacas bravas llegan algo delgados al otoño. Los añojos, erales y utreros, llegan muy cambiados, algo destartalados. Con un aspecto que se va a ir fijando en los próximos meses. A lo largo de la estación, se van cubriendo de una espesa manta de pelo largo fino, que les va a proteger del frío y los hielos que están por llegar.

El otoño es la estación de las luces, de los colores, de las lluvias, de los cambios naturales en los montes ibéricos. Una época de bonanza, donde abunda la comida y el buen tiempo, donde el clima determina el éxito natural del próximo año.