google-site-verification=W4JiPUkp_G2kZZVS-o62liN40WEVgPWgCCloRv-xIdc la luz del monte: febrero 2022

sábado, 19 de febrero de 2022

LOS MONTES MEDITERRÁNEOS DEL CENTRO DE ESPAÑA. PRIMAVERA 1 PARTE

El monte mediterráneo está estructurado por biotopos y nichos ecológicos. En cada zona del monte viven diferentes especies, y cada especie se alimenta de una forma determinada. El águila culebrera llega a la Península Ibérica en primavera, cuando los reptiles van despertando de su letargo invernal. Defiende un territorio en el monte, donde va a cría y va a cazar a sus principales presas. Un águila que vasa su alimentación en la captura de culebras y lagartos, que necesita las altas temperaturas de la primavera y el verano para cazar a sus presas, y sacar una nueva generación para perpetuar la especie.

Mañana día 21, oficialmente entra la primavera en el calendario. Un buen día para presentar el documental.




Los últimos montes mediterráneos de llanura, sobre arenas, que hoy podemos contemplar en el centro de España, son testigos de una época no muy lejana, cuando La Península Ibérica estaba cubierta por montes variados.

Los montes han cumplido un papel económico y cultural, muy importante para el desarrollo de la civilización de los pueblos y ciudades a lo largo de la historia. Gracias a esos beneficios tan importantes, algunos han conseguido perdurar hasta nuestros días, en diferentes grados de conservación. Hoy, en un país casi deforestado como es el nuestro, los últimos espacios forestales cumplen una serie de funciones medioambientales y saludables muy importantes. Son los últimos bancos de vida, de cultura ambiental, de salud y bien estar social que nos quedan; que liberan de contaminación ambiental y mental a los núcleos urbanos y a sus ciudadanos.

La primavera, despierta el monte mediterráneo de llanura en todas su dimensiones. Todo lo llena de luces en forma de colores, de variedad y de recursos. La vida crea nuevas vidas para perpetuarse.




El despertar de la flora en el monte mediterráneo a lo largo de la primavera, desarrolla y aporta innumerables recursos a la fauna. Ahora los pastos son más nutritivos, más abundantes y variados. A lo largo de la estación se produce la paridera de los gamos, los ciervos y los corzos. Las madres tienen innumerables recursos para alimentarse bien y para producir leche de calidad para sus crías.La hembra de gamo ya ha elegido una zona tranquila y segura en el monte, donde va a traer al mundo un pequeño recental.




Con la humedad que se respira en el ambiente, como consecuencia de las continuas precipitaciones que se producen a lo largo de la primavera, y la subida progresiva de las temperaturas, la vegetación que cubre los montes mediterráneos despierta, florece. En este mundo de grandes árboles, arbustos y pastos, habita una comunidad de insectos muy grande y muy importante. Son el segundo eslabón de la cadena de la vida en el ecosistema. Estos seres vivos polinizan la vegetación, alimentan a la mayoría de la fauna y son bioindicadores de la alteración del clima.




La primavera llega al monte mediterráneo con todas las aves que se fueron al final del verano. Aves de diferentes especies, rapaces diurnas como el águila culebrera y calzada; nocturnas como el autillo y el chotacabras pardo; granívoras como la codorniz y la tórtola común; insectívoros como la golondrina dáurica y el alcaudón común; cucos como el críalo; omnívoros como la cigüeña negra y la blanca; o de tan llamativos colores y hábitos, como la carraca, la abubilla y los elegantes abejarucos. Un mundo variado y lleno de vida, que ya está llegando a los montes mediterráneos ibéricos.




El jabalí es uno de los grandes depredadores de nuestros montes. Sólo tiene enemigos naturales cuando es pequeño. En los últimos treinta años, como consecuencia del abandono de la ganadería y de la agricultura, ha vuelto a poblar la mayoría de los montes y las manchas, donde despareció hace siglos. Es una especie que sabe sacar rendimiento de todo, donde no se le molesta ni mata.




En las puertas de la ciudad de Madrid, se localiza una mancha de monte mediterráneo sobre arenas, con una extensión de unas 24.000 hectáreas. En estos montes todavía podemos escuchar, la misma música que se oía hace más de quinientos años. La ultima “selva” mediterránea de llanura, que queda en toda la cuenca del Mediterráneo. Un oasis medioambiental, que hace saludable la vida de la ciudad.





Mediado el mes de febrero, ya se ven los primeros gazapos del año en las bocas de los vivares. Algunas herbáceas florecen en los claros del monte. Los días se van alargando y las precipitaciones en forma de lluvia se van haciendo más regulares. Dia tras día, el invierno se va fundiendo con el comienzo de la primavera en el monte mediterráneo.