La alteración del clima con ingeniería climática en España es un hecho innegable encubierto criminal. Que ha traído y está originando una serie de consecuencias catastróficas criminales no sólo para la salud de las personas, también para la fauna, principalmente durante los periodos que se encuentra criando.
En la actualidad los montes se han convertido en desiertos verdes, donde apenas se escucha el canto de las aves, apenas se ven rapaces, conejos, pequeños roedores, mamíferos insectívoros, anfibios, lagartijas.
Las continuas campañas de ingeniería climática que están ejecutando desde 1980, con aviones y drones, desde los que se fumigan en la atmósfera gases con productos criminales patentados, que destruyen las borrascas y las tormentas, aumentando las horas de insolación. Destruyen la capa de ozono y crean el efecto invernadero, con el aumento de las temperaturas y las consiguientes olas de calor insoportable.
Estas campañas de ingeniería climática, con unos fines determinados, son las responsables del exterminio de la mayoría de la fauna ibérica.
La manipulación del clima influye directamente en el régimen regular de lluvias, en las temperaturas medias, altas y bajas. Las lluvias y las temperaturas regulares anuales, influyen en el desarrollo de la vegetación, que alimenta a la variada fauna que habita en los diferentes ecosistemas.
Por otra parte, los productos patentados por la ingeniería climática para destruir las borrascas y las tormentas, como el aluminio o el fosfuro de aluminio, el grafeno, el boro, los sulfuros, los carbonos y las tierras de diatomeas, entre otros. O para ejecutar lluvias torrenciales y granizadas, como el yoduro de plata y de plomo, son productos criminales que exterminan a los insectos directamente.
Las tierras de diatomeas, esas tierras que fumigan con regularidad, que adoctrinan a los ciudadanos con mensajes falsos desde los diferentes medios de comunicación, diciéndoles que vienen desde El Desierto del Sahara, desde seis mil kilómetros. Que ensucia los coches de barro y los días posteriores a su caída, muchas personas enferman con problemas de garganta, respiratorios y neumonías, al caer sobre los insectos inhiben en crecimiento de la cutícula (de su piel o exoesqueleto) y al no poder mudar para crecer, mueren.
Por eso ahora no se ven saltamontes y chicharras, y apenas se escuchan los grillos por el campo.
Pero no por ese cambio climático que han creado desde la ficción en los diferentes medios de comunicación, como cuentan a los ciudadanos. Es por ese cambio climático real, criminal, que ejecutan cada día con radares, aviones y drones, que destruye la vida.
Hace unos treinta años los ortópteros eran muy abundantes en las tierras de cultivo y en las dehesas ganaderas. Hoy apenas se ven.
Las perdices rojas casi han desaparecido de la mayoría de los cotos de caza y montes libres. Las olas de calor que provocan con la ingeniería climática durante los meses de mayo y junio, con temperaturas por encima de los 40ºC cuecen los huevos. Los pollos no nacen.
Por otra parte, los pocos pollos que nacen apenas encuentran saltamontes y hormigas, sus principales alimentos a esa edad.
Durante la crianza de los pollos de este nido, estuvieron alterando el clima con fumigaciones diarias. Hubo días secos y fríos, muy perjudiciales para los invertebrados con los que se alimentan los mirlos, como son las lombrices.
Los mirlos y los zorzales son pájaros madrugadores en la reproducción. Hacen unas tres nidadas al año. En los últimos treinta años, como consecuencia de la alteración del clima durante la primavera y el comienzo del verano, el 90% de los nidos de estas especies se pierden. Algunas parejas pierden hasta las tres nidadas. Otras solo logran sacar una nidada, de uno o dos pollos, de los cuatro o cinco huevos puestos.
Esas olas de calor que provocan con ingeniería climática durante los meses de marzo, abril, mayo y junio, con bajadas bruscas de temperaturas que se suceden; las granizadas y las lluvias torrenciales de 10-20 minutos, que provocan con yoduro de plata durante ciertos días, acaban con la mayoría de los nidos.
Los padres perdieron a los pollos porque no encontraron insectos para alimentarlos, durante los días muy calurosos y fríos que se sucedieron, como consecuencia de las continuas campañas de fumigaciones aéreas que se ejecutaron en los cielos de las dehesas del Cerro de San Pedro. Colmenar Viejo. Madrid. 23 de marzo de 2024.
Los pájaros que crían en plena primavera, la mayoría, se ven expuestos a las continuas olas de calor que ejecutan con ingeniería climática, al eliminar las nubes y envolver la atmósfera con los productos criminales que fumigan. En un ambiente con temperaturas por encima de 40Cº-45Cº los nuevos se cuecen y no nacen los pollos.
En los últimos años, los jilgueros, los pinzones comunes, los verderones, los verdecillos, picogordos, escribanos, rabilargos, cogujadas, terreras... casi han desaparecido de nuestros campos y montes, como consecuencia de la manipulación del clima que mata a los huevos y los pollos, y a los insectos con los que se alimentan las aves.
Con esas temperaturas las tejas de los tejados abrasan y los agujeros de los edificios son pequeños hornos que echan fuego.
Los vencejos comunes, las golondrinas comunes, los aviones comunes, los gorriones comunes, los estorninos comunes y los cernícalos primillas, no pueden criar en agujeros o en tejados con temperaturas por encima de los 40ºC-45ºC, desde la una del medio día hasta las siete de la tarde. Los huevos no nacen y los pollos mueren de calor, o debajo del nido al tirarse de él.
En los últimos veranos encontramos muchos pollos de vencejo común, de avión común y de gorrión común muertos en las aceras, debajo del alero donde han nacido.
Las golondrinas comunes pierden muchas puestas, como consecuencia de las ola de calor que ejecutan.
Como consecuencia de los productos con los que fumigan en la atmósfera a determinadas alturas, en las últimas décadas están ocasionando granizadas muy criminales para los cultivos y las aves.
El día 31 de agosto de 2015 cayó una granizada en la Laguna de Pétrola, Albacete, que exterminó casi por completo la colonia de flamencos.
Según la organización agraria ASAJA, el granizo arrasó el cien por cien de la cosecha de algunos cultivos, en los municipios de Pétrola, Bonete o Alborea.
Los pequeños cuerpos de las musarañas suelen aparecer, pues los carnívoros no las quieren por su mal sabor.
Las continuas sequías que están ejecutando en los últimos treinta y cinco años, desde el mes de marzo hasta entrado noviembre, con numerosas olas de calor, resecan la tierra y la dejan como el hormigón, haciendo inviable la vida para esta especies, que están desapareciendo de la mayoría de las zonas de España.
Los lirones caretos, nuestras ardillas mediterráneas, tienen el mismo problema que las especies mencionadas.
Si las lluvias de primavera son regulares y mantienen el caudal de la laguna, la mayoría de estos pequeños renacuajos se convertirán en sapos, que volverán aquí la próxima primavera a perpetuar la especie.
En las últimas tres décadas han saltado las alarmas sobre la mortandad y la desaparición de los anfibios ibéricos.
Los anfibios ibéricos y otros, como estamos viendo, son los principales bioindicadores de la manipulación del clima que se está haciendo en España. Algunas especies, como las salamandras del Sistema Central, están a punto de extinguirse, como consecuencia de la falta de precipitaciones regulares en forma de lluvia y nieve.
Muchas poblaciones de sapos de diversas especies llevan años sin reproducirse, como consecuencia de la falta de lluvias regulares durante la primavera y el comienzo del verano, que mantienen llenas las charcas donde se reproducen.
Otras poblaciones de sapos de diversas especies, de gallipatos y tritones casi han desaparecido, como consecuencia de las sequías que provocan durante los inviernos, primaveras y otoños, las principales épocas del año que llenan los arroyos y recargan los manantiales, fuentes y charcas donde habitan y crían estas especies.
Casi han desaparecido, debido al exterminio de los insectos que habitan en los ríos y los arroyos, como consecuencias de las continuas campañas de ingeniería climática que está ejecutando el Ministerio de Medio Ambiente, a través de La Agencia Estatal de Meteorología.
Los ríos de montaña se quedan sin truchas y sin desmanes de los pirineos, como consecuencia de los productos criminales que fumigan en la atmósfera y caen con las lluvias, que terminan matando a los insectos con los que se alimentan.
Está demostrado que en las zonas donde los aviones y los drones fumigan los cielos con regularidad, con aluminio o fosfuro de aluminio, grafeno y tierras de diatomeas, los insectos que habitan en los arroyos y los ríos de montaña terminan desapareciendo.
En Estados Unidos hay estudios que lo denuncian. En España, en los arroyos y ríos del Sistema Central, casi han desaparecido los insectos que habitan en las orillas, y los que viven durante una época de su vida bajo las aguas, adheridos bajo los cantos rodados.
Hoy en los arroyos y los ríos de montaña apenas se ven efímeras, libélulas, caballitos del diablo, escarabajos acuáticos, tricópteros, caracoles, mejillones de río... Invertebrados de los que se alimentan las truchas, los barbos, los desmames de los pirineos.
Las sequías prolongadas que están soportando los arroyos y los ríos del Sistema Central en los últimos cuarenta años, han exterminado las truchas autóctonas y otras especies en la mayoría de las cabeceras de estos cursos fluviales, al quedarse sin agua durante los meses de junio a noviembre.
La continua manipulación y alteración del clima, de las lluvias, de las temperaturas, desde el mes de febrero hasta entrado julio, es criminal para los seres vivos que están criando. La fauna sabe como va a evolucionar el clima en cada estación, en los próximos días. Se adelanta a los acontecimientos naturales, por eso sabe cuando tiene que criar y en que zonas. Lo que no sabe la fauna ni pueden predecir, es lo que va a hacer El Ministerio de Medio Ambiente a través de La Agencia Estatal de Meteorología de España, en cada estación y cada día.