google-site-verification=W4JiPUkp_G2kZZVS-o62liN40WEVgPWgCCloRv-xIdc la luz del monte: marzo 2017

lunes, 20 de marzo de 2017

LOS MONTES HISTÓRICOS EN EL LIBRO DE LA MONTERÍA DE ALFONSO XI. 2º PARTE




"El monte de la Ferreria es buen monte de oso en verano y a las veces en invierno; y es en el Real. Y son las bozerías: la una desde sobre las Porquerizas hasta encima del camino de la Morcuera; y la otra desde la Nava de Don Tello hasta en par del Collado de la Siella. Y es la armada en el Collado del Cabrón".
Estos montes están dentro de los términos municipales de Manzanares el Real, Soto del Real y Miraflores de la Sierra, en Madrid.

En la época estos montes estaban cubiertos por pinares silvestres vírgenes, acompañados por robles albares y melojos, tejos, acebos, serbales de cazadores...




En la actualidad, las manchas de pinos silvestres que cubren estas laderas están repobladas. Los robles, serbales, tejos y otros árboles atlánticos que podemos ver, son naturales.




Parece ser, que las últimas cabras monteses que habitaron La Sierra de Guadarrama, se cazaron en La Pedriza del Manzanares en el siglo XIX. En la actualidad habita una importante y sana población, fruto de las reintroducciones que se hicieron en los años 80-90 de pasado siglo.

En la actualidad, los grandes mamíferos que acompañan a la cabra montes en estas montañas, son el jabalí y el corzo.




"La Maliciosa es buen monte de oso en verano y a las veces en invierno; y es en el Real; y en invierno hay oseras. Y son las bocerías: La una desde la mitad del puerto que va de Manzanares hasta encima del puerto; y la otra desde encima del puerto hasta encima de la Maliciosa. Y son las armadas: la una sobre Foyo Seco; y la otra sobre los Cervales".
Estos montes están dentro de los términos municipales de El Boalo, Becerril de la Sierra, Navacerrada y Cercedilla, en Madrid.

En esta época, las altas laderas agrestes y frías de las montañas estaban cubiertas por pinares silvestres vírgenes, acompañados por abedules, tejos, acebos, serbales, robles albares...




En la actualidad, los pinares silvestres que cubren los valles de esta ladera de la montaña son naturales. Son pinares que han sido explotados desde hace siglos, sin sufrir por ello "cambios importantes" en su estructura ecológica. En algunos lugares podemos encontrar importantes pinos de grandes dimensiones; ejemplares de robles albares, algún ejemplar joven de tejo, sauces de montaña, abedules, serbales de cazadores... 




Las águilas reales siempre ha estado presentes en estas montañas. En nuestros días, debido a la alta presión que ejercen los senderistas, han abandonado algunos de los altos cortados donde han criado desde tiempo inmemorial, instalando sus nidos en los altos pinos silvestres.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son la cabra montés, el corzo y el jabalí.




"El monte del Puerto de la Tablada y el Puerto de la Fuente Fría es todo un monte; y es bueno de oso y de puerco en invierno, y aun en verano. Y son las bozerías: la una desde el comienzo del Puerto de la Tablada arriba hasta encima de la cumbre; y la otra desde encima de la cumbre hasta el Puerto de la Fuente Fría; y la otra desde encima del Puerto de la Fuente Fría, por el Collado de mienta, hasta encima de Peña Cavallera; y la otra desde Peña Caballera hasta Collado Alvo. Y son las armadas: la una en el Guijo, y la otra a los Poyales; y la otra en Nava la Yegua".
Este monte pertenece al término municipal de Cercedilla, en Madrid.

En esta época, los montes estaban en su mayor parte vírgenes, pues todavía no se había deslindado la Dehesa de Cercedilla. La especie predominante siempre ha sido el pino silvestre, acompañado por abedules, robles albares, sauces de montaña, serbales de cazadores, tejos...




En la actualidad, debido a los aprovechamientos madereros que ha tenido el monte, la mayoría de las especies forestales se han visto muy mermadas en número y espacio. Los tejos casi ha desaparecido, y los robles albares, abedules, serbales y demás, están muy localizados. Por otra parte, podemos encontrar en ciertas zonas, ejemplares de pinos silvestres de considerables tamaños.




En este pinar habita una importante población de pájaros del bosque, compuesta por carboneros, herrerillos, agateadores, trepadores azules, mitos, papamoscas, petirrojos, pájaros carpinteros... El herrerillo capuchino, como el que vemos en la fotografía, es un pajarillo característico de los pinares silvestres de estas montañas.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son la cabra montés, el corzo y el jabalí.




"El monte sobre el Pardo es buen monte de puerco en invierno, y en tiempo de los panes; y es en el Real de Manzanares. Y es la bozería en el camino desde la Foz de las Gallinas a Santa María del Retamar; y la otra encima de la cumbre. Y son las armadas en el camino que va del Galapagar a la casa del Pardo, y que esten a ojo de la casa.
Este monte pertenece a los términos municipales de Hoyo de Manzanares, Torrelodones y Colmenar Viejo, en Madrid".

En esta época, este monte era virgen en su mayor parte. Estaba poblado por encinas, alcornoques, madroños, quejigos, arces de montpellier, enebros de la miera, labiérnagos...




En la actualidad, las zonas más llanas y suaves de las laderas están deforestadas, o cubiertas por jaras con algunos chaparros o enebros. El resto, una gran parte, está cubierto por un denso monte de encinas, enebros y jaras pringosas, principalmente.




Históricamente, no se tiene constancia de cuando se reintroduce al gamo en los montes del centro de la Península Ibérica. Parece ser que fueron los romanos cuando la colonizan.
En El Libro de La Montería ya se tiene constancia del gamo en estos montes. En la actualidad, es una especie muy abundante en los montes del centro de Madrid.

Los grandes mamíferos que acompañan al gamo, son el ciervo, el jabalí y el corzo.




"Los Mornegriellos, y Val de Resolla, y la Mata, que está sobre Viñuelas, es todo un monte; y es bueno de puerco en invierno. Y son las bozerías: la una por el camino que va del Colmenar a Madrid, desde en derecho de las Cabezuelas hasta en derechode Marfoial, que no pase a la Dehesa; y la otra por el camino que va de Viñuelas a San Agustín. Y son las armadas en el río: la una deyuso de Viñuelas, en derecho del soto; y la otra a la hermita; y las dos más encima de esta hermita, cante el río".
Estos montes estaban dentro de los término municipales de Colmenar Viejo y San Agustín del Guadalix, en Madrid.

En esa época, posiblemente, los montes eran vírgenes. Estaban poblados principalmente por grandes encinas, enebros de la miera, madroños, arces de montpellier, labiérnagos, quejigos, cornicabras, sanguinos...




Los grandes montes que cubrían estas zonas, se cortaron durante siglos para leñas y carbones vegetales en su mayoría. En ellos se sembró cereal y viñas. Hoy, apenas existen algunos árboles y arbustos, y se dedican a pastos para el ganado. Las machas que llegaron al siglo XX, se desmontaron en su mayoría y se roturaron para sembrar cereales.




El conejo de monte ha sido el animal más abundante y más importante de estos montes. Los desmontes y las enfermedades introducidas por el hombre, casi le han exterminado en toda la zona.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estas zonas son el corzo y el jabalí.




"La Dehesa de Madrid es muy real monte de puerco en invierno. Y son las bocerías la una desde las cabezuelas por el camino del Colmenar, que non pase contra Viñuelas; y la otra desde el camino del Colmenar hasta Marhojal, y dende fasta en derecho de Carvonero; y que este renuevo en la senda nueva. Y son las armadas: tres al Arroyo de Tejada, y otras tres desde Santa María hasta en derecho de Carvonero catante el río; y otras tres desde Santa María hasta en derecho de la Tablada, catante el río".
Esta dehesa forma parte de El Monte de El Pardo. Está dentro del término municipal de Madrid.

Según nos aclara el pequeño relato, una parte considerable de El Monte de El Pardo ya se había defendido, y estaba delimitada como dehesa de Madrid en el siglo XIV. En esa época, posiblemente estuviese muy poco alterada, pues cita "que es muy real monte". Los grandes árboles y arbustos que la poblaban, eran encinas, alcornoques, quejigos, arces de montpellier, enebros de la miera, madroños, labiérnagos, cornicabras, sanguinos... 




En la actualidad el panorama ha cambiado bastante. Esta dehesa forma parte de El Monte de El Pardo desde tiempos de Carlos I. Su situación, junto a la ciudad de Madrid, ha hecho que en determinadas épocas históricas, sus árboles y arbustos socorrieran con sus leñas a sus habitantes... En consecuencia, hoy día podemos ver un monte modificado por la mano del hombre, donde las grandes encinas centenarias y las jaras pringosas, son las que cubren la mayor parte del monte. Acompañadas por algunos alcornoques dispersos, arces de montpellier, quejigos, enebros de la miera... Donde desapareció hace ya tiempo el madroño.




El ciervo siempre ha estado presente en estos montes. De aquí han salido muchos ejemplares para repoblar muchas fincas de la península. En la actualidad es abundante. Mantiene una de las poblaciones más puras de todo el país.

Los grandes mamíferos que habitan en el monte con el ciervo, son el jabalí y el gamo.




"La Dehesilla que es entre Alcobiella y el Río de Beacos, es buen monte de puerco en tiempo de las uvas. Y no hay bocerías salvo algunos hombres que hablen de allende del río en derecho en las cabezas, que son entre esta defesa y Fuente Carral. Y son las armadas en el Arroyo de Beaços.
Esta dehesa está dentro del término municipal de Madrid y de Alcobendas.

Cuando el rey llega a esta dehesa en el siglo XIV con sus monteros, ya está rodeada en su mayor parte por tierras de labor, de higueras y viñas. Ya no se cita como un gran monte, pues parece ser que ya han salido de ella muchos carros de leña y de maderas, para Fuencarral y Madrid. Los osos que habitan en los montes cercanos, ya no llega hasta ella, pero si lo hacen los abundantes ciervos, gamos y lobos. Estaba poblada principalmente por encinas, quejigos, madroños y posiblemente por alcornoques, entre otros.




Durante la guerra civil del 36, la dehesa sufre el desorden y es brutalmente deforestada, casi a punto de desaparecer como espacio forestal. En las décadas posteriores, gracias a los proyectos de reforestación con pinos piñoneros, carrascos y resineros, y la prohibición de la corta de los quejigos y las encinas para leña, la dehesa se ha recuperado bastante bien en los últimos cincuenta años.




El picogordo es un pájaro cantor bastante común en esta dehesa. Debido a la alternancia del clima, sus poblaciones han variado en número en las últimas cuatro décadas.

En la actualidad, el único gran mamífero que habita en la dehesa es el jabalí, que se ha hecho muy abundante.




"El Berrocal de la Torre de Ladones es buen monte de oso en invierno; y es en el Real. Y es la bozería desde la Torre de Ladones hasta Alpalante. Y son las armadas: la una al Arroyo de Alpalante, y la otra a las navas de entre el Berrocal y el Serrejón".
Este monte está dentro del término municipal de Torrelodones y Las Rozas de Madrid, en Madrid.

En esta época, estas sierras posiblemente tenían manchas de monte virgen. Pobladas principalmente por encinas, alcornoques, quejigos, enebros de la miera, arces de montpellier, madroños, labiérnagos, cornicabras...




En nuestros días, después de abastecer de leñas y carbón vegetal durante siglos a Madrid y sus pueblos, las zonas que no han sido urbanizadas se están recuperando bastante bien. Están cubiertas principalmente por encinas, enebros de la miera, jaras pringosas, labiérnagos y pinos piñoneros, principalmente.




Como consecuencia del abandono de los montes por la ganadería, el jabalí se ha hecho muy abundante. Esta abundancia está trayendo serios perjuicios para el monte y la mayoría de las especies faunísticas. Con él, el corzo, son los dos grandes mamíferos que habitan la zona.




"Labros, y Peñas Rubias, y Val de la Viga es todo un monte, y es bueno de oso en invierno. Y son las bozerías: la una por el camino que va de Cadalso a Escalona; y la otra en el camino que va de Cadalso a Tortoles; y la otra por encima de Peñas Ruvias. Y son las armadas: las dos en el valle que es entre Labros y Peñas Ruvias, en el camino que va del Prado a Cadalso; y otra en las Figueras del Arroyo del Moro".
Estos montes están dentro del término municipal de Cadalso de los Vidrios, en Madrid.

Según nos cuenta la crónica, estos montes eran vírgenes cuando el rey los cazaba con sus monteros. La formación forestal debió de ser muy parecida a la que podemos ver en la actualidad. Grandes encinas, alcornoques, quejigos, arces de montpellier, fresnos y algunos robles melojos, mezclados con pinos piñoneros, acompañados por madroños, labiérnagos, acebuches, cornicabras...




En la actualidad, estas manchas que han sobrevivido a la sobresplotación forestal, a la ganadería y a la especulación urbanística, están desestructuradas y han perdido muchos componentes que se formaron en el bosque originario. Hoy podemos ver manchas casi puras de pinos piñoneros o de encinas, o mezclados, acompañados por enebros de la miera, algunos alcornoques y madroños, labiérnagos, jaras estepas y pringosas...




El búho real fue mucho más abundante en otras épocas, cuando el conejo de monte abundaba en estos pinares y no había tantas escopetas. En nuestros días, las pocas parejas que habitan por la zona, están muy localizadas en las rocas donde crían.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son el jabalí y el corzo.




"La Jara que es entre el Arroyo del Castaño y el de Cenicientos es buen monte de oso en invierno. Y son las bozerías: Una por encima de la cumbre de La Sierra de Cenicientos, que no pase contra la Cabeza de Per Abat, ni contra el Berrocal de Novela, y la otra por encima de La Sierra de Juan Pérez, que no pase contra majuelas. Y es la armada en el camino que es entre este monte y Majar Vacas".
Este monte está dentro de los términos municipales de Las Rozas de Puerto Real y Cenicientos, en Madrid.

Cuando el rey caza estos montes, seguramente eran vírgenes. Estaban cubiertos principalmente por alcornoques, quejigos, arces de montpellier, madroños, encinas y muy posiblemente algunos robles melojos y castaños, pues estamos en una zona que llueve bastante.




En los últimos cuatro siglos la situación ha cambiado bastante... Las zonas más llanas se talaron y desmontaron para la siembra de cereales y pastos. Sus montes han soportado una explotación comercial de leñas, carbones vegetales, maderas y corchos, muy importante; y algún incendio forestal también. En la actualidad, algunas laderas mantienen una cobertura forestal muy considerable, pobladas por un variado monte mixto. Otras han perdido la mayoría de las especies importantes, conservando sólo a los grandes alcornoques, encinas y pinos piñoneros dispersos, entre una maraña de zarzas, rosales silvestres y jaras.




Las águilas culebreras siempre han estado presentes en estas sierras, pues no les faltan árboles para hacer sus pequeños y escondidos nidos, y culebras, víboras y lagartos para alimentarse.
En la fotografía, vemos a la hembra de águila culebrera en el nido junto al pollo, con un lagarto ocelado en el buche.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son el jabalí, el ciervo y el corzo.




"La Sierra de Guisando es buen monte de oso en verano, y algunas veces en invierno. Y son las bocerías desde el Castañar de Guisando, por Majadas Monies, hasta el camino de las canalejas. Y son las armadas: la una en Cabeza Pinosa; y la otra en las Canalejas".
Estos montes están dentro de los términos municipales de El Tiemblo y Navahondilla en Ávila, y Las Rozas de Puerto Real en Madrid.

En esta época, estas laderas estaban cubiertas de un bosque atlántico virgen, compuesto principalmente por enormes castaños, grandes robles melojos y albares, acebos, tejos, pinos resineros, fresnos, arces de montpellier, endrinos...




En la actualidad el panorama ha cambiado bastante. Las grandes manchas de castaños y de robles se ha reducido, como consecuencia de las talas para madera, leñas y pastos. Los monumentales árboles que ocuparon muchas hectáreas del bosque, se talaron en los años sesenta del pasado siglo para madera, y algunas especies, como los tejos y los acebos, apenas se ven.




El corzo siempre ha estado presente en estas sierras, difíciles de transitar y de cazar, por la espesura de sus montes y su orografía. En nuestros días se han recuperado muy bien sus poblaciones, llegando a ser común en muchas zonas.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes con el corzo, son el jabalí y el ciervo.




"La Buitrera es muy real monte de oso en invierno. Y son las bozerías: la una por encima de la cumbre de la Buitrera; y la otra por allende del Cofio; y la otra al collado de Sierra Llana. Y son las armadas: la una al collado de Valdemaqueda, y otras dos en el camino que va de Valdemaqueda al Hoyo".
Este monte está dentro de los términos municipales de Cebreros, en Ávila; y San Martín de Valdeiglesias y Navas del Rey, en Madrid.

El panorama forestal que vi0 el rey con sus monteros en el siglo XIV, es muy diferente al que vemos en la actualidad. Entonces, el monte estaba virgen, y el inmenso mar de pinos piñoneros de gran talla, estaba acompañado por abundantes encinas, alcornoques, acebuches, madroños, arces de montpellier, labiérnagos, quejigos, robles melojos...




En la actualidad, después de cinco siglos, el panorama ha cambiado sustancialmente. El monte rico y variado en especies, apenas existe en algunas zonas. La explotación comercial del piñón, la madera y las leñas, y algunos incendios forestales, han propiciado la expansión total del los grandes pinos piñoneros.




Estas sierras, con abundantes cortados y pobladas por extensas manchas forestales, albergan algunas de las buitreras de buitre leonado más importantes de Madrid. En algunas zonas, poco transitas y apartadas, los grandes buitres negros construyen sus nidos en los altos pinos.
En la fotografía, vemos dos buitres negros junto a uno leonado. Están haciendo lo mejor que saben hacer, limpiar de animales muertos los montes ibéricos.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son el corzo, el jabalí, el ciervo y el gamo.




viernes, 10 de marzo de 2017

LOS MONTES HISTÓRICOS EN EL LIBRO DE LA MONTERÍA DE ALFONSO XI. 1 PARTE



En este artículo vamos a conocer una serie montes que cubren la mayor parte de Madrid y parte de las provincias de Guadalajara y Ávila. Montes que fueron descritos en El Libro de La Montería, de Alfonso XI, por su importancia forestal y por la fauna que en ellos habitaba en el siglo XIV. El oso y el jabalí fueron las especies más consideradas por los monteros de la época.

Vamos a hacer un recorrido, desde los montes que se encuentran en el valle alto del Río Jarama, hasta los que se localizan en el valle alto del Río Tiétar, pasando por los que lindan con la ciudad de Madrid...




"Val Vellido, y la Acebosa, y Peña Harpada es todo un monte; y es bueno de oso y de puerco en verano. Y son las bocerías la una desde la Calahorra, por cima de la cumbre, hasta Portiel de Lobos; y la otra desde el Artiñuero; y la otra desde el Artiñuero hasta Regajo Luengo; y la otra desde Rejago Luengo hasta el Collado de Hoyos Duros; y la otra por la Cuerda hasta la Garganta del Rocín, y desde la Garganta del Rocín hasta la Acebosa; Y la otra desde la Acebosa hasta el Collado de la Sarça hasta en par del pinarejo. Y son las armadas: la una en el Collado de la Hayuela; y la otra en la Nava de la Acebosa; y la otra en Hoyos Duros; y la otra en el Collado de la Fuente Fría; y la otra en el Collado de la Calahorra".

Todos estos montes están dentro del término municipal de El Cardoso, en Guadalajara.

En esta época eran vírgenes. Estaban poblados principalmente por hayas y robles albares, acompañados por las variadas especies forestales atlánticas del centro de la península. En ciertas zonas de las laderas altas de las montañas, había manchas de pinos silvestres.




Los montes actuales que cubren las laderas de estas montañas, están formados principalmente por robles melojos, acompañados por robles albares, hayas, mostajos, serbales de cazadores, acebos, cerezos silvestres... Su composición y forma ha cambiado mucho, debido a las talas para maderas, y cortas para leñas y carbón que han soportado en los últimos seis siglos. Objetivamente, el panorama actual de estos bosques se presenta positivo, pues las hayas y otras especies se están haciendo más abundantes y están ocupando las zonas que perdieron.

En la fotografía, vemos una mancha variada, formada por hayas, robles, sauces de montaña y brezos.




El gavilán, es una pequeña rapaz forestal típica de estos bosques atlánticos. Su presencia indica que los montes mantienen una calidad variada considerable, en los que abundan los pequeños y medianos pájaros insectívoros.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son el jabalí y el corzo.




"La Dehesa del Colmenar, y el Arroyo de las Huelgas, y la Dehesa de La Hiruela es todo un monte; y es bueno de oso y de puerco en verano y en invierno, en tiempo de la bellota. Y son las bocerías una desde la Casa del Tello hasta el otero; y la otra desde el otero hasta el Collado de Veguela; y la otra del Collado de Veguela hasta el Collado de las Palomas; y la otra desde el Collado de las Palomas hasta el Salinero. Y es la armada al Collado de Domingo Serrano".
Estos montes están dentro del término municipal de Colmenar de la Sierra, en Guadalajara, y del término municipal de La Hiruela, en Madrid.

En el siglo XIV eran vírgenes. Estaban poblados principalmente por robles albares y melojos, acompañados por robles comunes, hayas, acebos y las variadas especies atlánticas del centro de la península.




Estos montes han corrido distintas suertes a lo largo de los últimos seis siglos. Unos han soportado cortas a matarrasa para leñas y para la fabricación de carbón vegetal, otros se han aclarado, debido la tala de sus grandes árboles para madera, y sus ramas para leñas y carbón...
Podemos ver machas con considerables ejemplares de robles albares y melojos, en los que se ve impresa la huella que les ha dejado el hacha durante varios siglos, o manchas que han rebrotado de cepa, en las que sus ejemplares son jóvenes robles de unos 30-40 años.
El panorama actual puede ser bastante positivo, si los aprovechamientos forestales se hacen con criterios de resalveo y de guía, pues varias especies forestales vuelven a ocupar ciertas zonas del valle. 

En la fotografía, vemos una mancha de robles acompañados por brezos.




Los pájaros carpinteros son importantes bioindicadores de la salud y la diversidad con la que cuentan los bosques. Cuantas más especies habitan en ellos, más naturales y más diversos son en especies forestales. El pico picapinos se hace muy común en los montes con una variedad forestal notable, indicándonos con su número la calidad ambiental de esos espacios forestales.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son el jabalí y el corzo.




"Val Carcel, y el Ravinade, y la Sauca, y la umbría del Poyo es todo un monte, y es muy Real de oso en verano, y hay buenos puercos en todo tiempo. Y son las bozerías: la una desde la Calahorra, el cerro arriba, y por Cuesta Enfiesta hasta Portillo de Lobos, y donde por cima de los arcamentos hasta el Collado de Cerezo; y de Collado de Cerezo hasta Palomares, y dende al Colladillo de Val Carcel; y dende el Colladillo de Valcarcel hasta el Fermosiello, y dende hasta dijo de las Cebezuelas. Y que estén canes de renuevo en cima de Pie Mediano, y otros sobre el Pimpollar. Y son las armadas: la una en el Collado de Jarama; y otra al Vado del Cardoso; y la otra en el Catar de Pie Mediano".
Estos montes están dentro del término municipal de El Cardoso, en Guadalajara, y en el término municipal de Montejo de la Sierra, en Madrid.

En el siglo XIV eran vírgenes. Estaban poblados principalmente por hayas, robles albares y acebos, acompañados por robles comunes, melojos, serbales de cazadores, mostajos, cerezos silvestres...




La situación actual que tienen los montes que cubren la cabecera del Río Jarama, ha cambiado muy considerablemente en los últimos seis siglos, como consecuencia de las cortas de árboles y arbustos para maderas, leñas y carbón vegetal, y el mantenimiento de una ganadería muy numerosa. Se ha pasado de unos bosques poblados principalmente por hayas, robles albares y acebos, a unos bosques poblados principalmente por robles melojos, en los que son comunes las hayas, los robles albares, acebos, y otros árboles atlánticos.

En la fotografía, vemos una mancha de hayas adultas acompañadas por acebos.




El trepador azul es un habitante típico de los bosques atlánticos con unas condiciones ambientales considerables, en los que no faltan los grandes árboles.
Habita en ellos durante todo el año. Sus poblaciones son bajas, pero se hace notar entre los robles y las hayas.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son el jabalí y el corzo.




"La Dehesa de Montejo y el Redondiello es buen monte de puerco en todo tiempo, y a veces hay oso. Y son las bocerías: desde el Redondiello hasta el Collado del Jarama. Y son las armadas: la una en los prados deyuso de Santa María de Nazerin; y la otra deyuso de la Posada de Pradana; y las otras en el camino que va de Santa María de Nacerín al Cardoso".
Esta dehesa está dentro del término municipal de Montejo de la Sierra, en Madrid.

Cuando llega el rey con los monteros a esta montaña, ya hay montes que se han talado o se están talando para pastos. Otros se han defendido para dehesas. Según nos cuenta la crónica, la Dehesa de Montejo de la Sierra ya estaba defendida y delimitada, no así el El Redondiello, que en los posteriores siglos se cortará para maderas y leñas, y se desmontará para pastos.
En esta época, posiblemente la dehesa era virgen. Estaba poblada principalmente por robles albares, melojos, comunes, hayas, acebos, y las variadas especies atlánticas del centro de la península.




En la actualidad, El Redondillo está deforestado. La dehesa se ha cortado varias veces, para maderas, leñas y carbón vegetal. Está poblada de robles melojos principalmente, robles albares, acebos, mostajos, fresnos, cerezos silvestres...

En la fotografía, vemos una mancha poblada principalmente por robles melojos y algunos cerezos silvestres.




El águila calzada es una rapaz muy forestal. Pasa el otoño y el invierno en África, y la primavera y el verano en los bosques europeos. En La Península Ibérica, es algo más abundante en los bosques atlánticos que en los mediterráneos, pues es una especializada cazadora en la captura de medianos pájaros, como los mirlos y los zorzales, palomas torcaces, arrendajos...

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son el jabalí y el corzo.




"La Pared de Pradana es muy real monte de oso en tiempo de verano, y de puerco en todo tiempo. Y son las bozerías: la una desde Peña Parda, que esta sobre Verçosa, hasta la Peña del Aguila, y desde la Peña del Aguila hasta la Peña del Mostajo, y desde la Peña del Mostajo hasta el Collado de la Mujer Muerta hasta el Collado del Salinero, y desde el Collado del Salinero hasta el Collado de la Hiruela, y desde el Collado de la Hiruela hasta sobre Gargantilla Fonda. Y son las armadas: la una a Santa María; y la otra a San Benito; y la otra entre Santa María y San Benito; y la otra sobre el Arroyo de Montero; y la otra en la Dehesa de la Serrada. Y en este monte nos acaeció un martes de matar dos osos de los buenos que nunca vimos ayuntados hasta este día; y es monte de los más puercos que nos sabemos, y más bravos".
Estos montes están dentro del término municipal de Prádena del Rincón, en Madrid.

Según cuenta la crónica, en aquella época la ladera de esta sierra estaba virgen. Las zonas altas, muy probablemente estaban pobladas por pinos albares y, la ladera estaba cubierta principalmente por robles melojos, albares y comunes, por hayas, pinos resineros, quejigos, encinas, arces de montpellier, fresnos, y las variadas especies atlánticas que acompañan a estos montes del Sistema Central.




En la actualidad, las zonas altas de la sierra están repobladas por pinos silvestres y otros. Las laderas están cubiertas por considerables manchas de robles melojos, retoñadas de cepa, con algún ejemplar de albar y otras especies atlánticas. Las encinas y los pinos resineros apenas existen, y los fresnos se mantienen formando setos entre los pastizales. Cinco siglos de explotación, transformando los montes en maderas, leñas, carbón y pastos para la ganadería, tiene sus consecuencias. Pero a pesar de todo, el futuro, a largo plazo, abre las puertas a lo positivo, si los trabajos forestales se siguen realizando con el mismo criterio con el que se iniciaron hace treinta años.

En la fotografía, vemos la ladera de la montaña cubierta por una pedrera y por un pinar mixto de repoblación.




El arrendajo común es el córvido más habitual que vamos a encontrar en estos bosques atlánticos de las montañas del Sistema Central. Es un pájaro forestal que no sale del bosque. Con su presencia y abundancia, nos cuenta como es la calidad de esas masa forestales donde habita.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son el jabalí y el corzo.




"La Garganta de Horcajuelo es buen monte de oso en verano. Y son las bozerías: desde el Coladillo Verde hasta las Navazuelas del Cerro, y hasta el Gamonoso, y desde el Gamonoso, el cerro arriba, hasta el collado de la Mediana; y desde el Collado de la Mediana hasta los Cohorcos, y dende hasta Ragajo de la Quesera, y el Regajo de la Quesera, hasta la cabeza del Fermosillo, y de la Cabeza del Fermosillo hasta diuso de las cabezas. Y son las armadas: la una en el Collado de la Mediana, y la otra en la Veçeda".
Estos montes están dentro del término municipal de Horcajuelo de la Sierra, en Madrid.

En aquella época, la zona alta de este valle estaba poblada por un robledal virgen de varias especies de robles, acebos y muy posiblemente algunas pequeñas manchas de hayas, acompañadas por diversos árboles y arbustos atlánticos. Las zonas más altas de las montañas, seguramente estaban pobladas por pinos silvestres.




En la actualidad, los robledales que podemos contemplar están muy alterados, pues se han cortado varias veces para maderas, leñas y carbón vegetal. Son manchas en las que no hay ejemplares centenarios, donde la especie que predomina en un 95% es el roble melojo. Los pinares que podemos contemplar en las zonas altas, se repoblaron hace unas décadas.

En la fotografía, vemos una mancha de robles melojos retoñada de cepa.




Por estos montes se localizan los tres alcaudones ibéricos. El alcaudón dorsirrojo, el real y el de la fotografía, el común. El dorsirrojo y el común pasan el otoño y el invierno en África; el real pasa estas estaciones en latitudes más cálidas de la península.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son el jabalí y el corzo.




"La Foz de Cervera y el Quejigoso, es todo un monte, y es bueno de oso y de puerco en invierno. Y son las bozerías: la una por allende del río cante a la hoz, que non pase al Almoion, desde Val de Ferreros hasta el Arroyo de la Osilla, y dende hasta el Pie Enzinoso, que non pase el venado contra Rio Fridiello; y la otra desde Navarejos hasta la Paradiella; y la otra desde la Guijosa hasta el collado de Val de la Forma, que no pase contra Val de la Froma ni contra la Cabeza del Puerto. Y son las armadas: la una a par de Santa María del Enzinar, y otras dos en la loma que está en el monte asomante al Latazar. Y que estén renuevos por aquende del río, por que fagan las armadas".
Estos montes se localizan en los términos municipales de El Atazar, Patones y Cervera de Buitrago, en Madrid.

En el siglo XIV estos montes eran vírgenes. Estaban cubiertos por quejigos, encinas, enebros, pinos resineros y robles melojos en las umbrías de la sierra; acompañados por arces de montpellier, madroños, cornicabras, sanguinos...




En la actualidad, la zona alta que cita el Libro de La Montería, está en su mayor parte bajo las aguas del embalse de El Atazar. Construido a principios de los años setenta del pasado siglo, para abastecer de agua a Madrid. Algunas laderas altas del valle, están pobladas por pinos de diversas especies, otras, están pobladas por jarales de jara pringosa y estepa.




La calidad de los ríos y arroyos la indica las variadas especies de peces, crustáceos, moluscos e insectos acuáticos que los habitan, y las aves y mamíferos que se alimentan de ellos. La garza real es un importante bioindicador de los cursos fluviales, pues indica con su presencia que en esas aguas hay vida...

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son el jabalí, el ciervo y el corzo.




"La Dehesa de Maia Frades y Pie Verçoso, que son cabo de Somo Sierra, es buen monte de puerco en todo tiempo. Y es la bozería entre este monte y Halega. Y son las armadas en el camino que viene de Somo Sierra a Robre Gordo".
Esta dehesa está dentro del término municipal de Robregordo, en Madrid.

En esta época, la dehesa y Pie Verçoso ya estaban deslindados. Se localizan en un puerto de montaña, por el que pasa la Cañada Real Segoviana, al que acudían a agostar miles de cabezas de ovejas.
Estos montes estaban poblados principalmente por robles albares, comunes, acebos, abedules, avellanos, mostajos, serbales de cazadores y cerezos silvestres, principalmente; acompañados por tejos y hayas.




La dehesa que podemos ver en nuestros días, apenas tiene 114 hectáreas. Está poblada principalmente por acebos, robles albares, abedules, cerezos silvestres, mostajos, avellanos... Fruto de la recuperación natural que ha tenido en los últimos cuarenta años.




El mirlo común es un habitante típico de los bosques atlánticos. Los bosques que reúnen la mayor parte de sus elementos naturales, cuentan con una población de mirlos comunes muy considerable, pues en ellos encuentra alimento durante todo el año, incluso en los periodos en los que en suelo está cubierto de nieve, y los pocos ejemplares que se han quedado en el bosque, se alimentan con las bayas de los acebos, serbales y algunas lombrices y gusanos que encuentran en las fuentes que no se hielan.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son el jabalí y el corzo.




"Cigoñuela y la Dehesa de Braojos es buen monte de oso en verano, y a veces en invierno. Y son las bocerías desde la Dehesa Nueva hasta el puerto de Arcones, y por al Pie Dueña hasta asomante Halega, y dende al Collado del Almohalla. Et son las armas: la una a los Queñones de Brahojos, y la otra a la Cogoñuela".
Estos montes están dentro del término municipal de Braojos, en Madrid.

En esta época, seguramente los montes estaban vírgenes, poblados por robles de las tres especies, común, albar y melojo; acompañados por las variadas especies atlánticas que se dan en el Sistema Central. Las zonas altas de las laderas de las montañas, estaban pobladas por pinos silvestres.




En la actualidad, el ambiente forestal ha cambiado muy considerablemente. Las talas para maderas, leñas, la elaboración de carbón vegetal, la ganadería histórica y las repoblaciones forestales, han transformado los bosques vírgenes en pastizales, robledales "jóvenes" nacidos de cepa, y en pinares silvestres que se repoblaron hace un siglo, pues los naturales ya habían desaparecido.

En la fotografía, vemos una zona poblada por cerezos silvestres y robles, dentro de La Dehesa de Braojos.




El colirrojo real es otro de los pájaros forestales misteriosos, que viene en primavera hasta estos bosques para criar. Durante su estancia, tiene unos hábitos de vida muy reservados, que le hacen pasar desapercibido entre los árboles y arbustos. Mediado el mes de agosto, cuando inicia la emigración hacia África, sale de entre las ramas del bosque y se hace más notorio.
Es un importante bioindicador de la calidad de los bosques, pues generalmente sólo cría en los bosques maduros bien conservados, donde no faltan los viejos árboles con agujeros naturales.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son el jabalí y el corzo.




"El Bodón y la Ladera, que es en derecho de Pinilla y de Alameda, es todo un monte, y es bueno de puerco; y a veces hay oso. Y son las bozerías: la una por encima de la cumbre, que es entre esta ladera y el Çarçoso, hasta la cima del Bodón, que no pase al Çarçoso; y la otra por el camino de la Morcuera, que va de Santana a las Porquerizas, que no pase al Aguilón. Y son las armadas: las unas en par de Santana, y las otras en derecho de Pinilla".
Estos montes están localizados en los términos municipales de Pinilla del Valle, Alameda del Valle y Rascafría, en Madrid.

En esta época, posiblemente las zonas bajas de la ladera de la montaña ya estaban alteradas por los usos. Las zonas medias y altas, mantienen todavía los principales valores ecológicos de un bosque virgen. Las especies forestales principales son el roble melojo, el fresno, el arce de montpellier, acompañados por robles albares y comunes, cerezos silvestres, mostajos, acebos, tejos, pinos silvestres, sabinas albares, endrinos, enebros comunes...




En la actualidad, las manchas de robles que cubren las laderas de estas montañas están muy alteradas, como consecuencia de las cortas a matarrasa que se han hecho en los últimos cuatro siglos, para la fabricación de carbón vegetal o leñas. Son "bosques" que se han regenerado de cepa, poblados principalmente por robles melojos, en los que no faltan ejemplares de arce de montpellier, roble albar y común, cerezos silvestres, mostajos, acebos, abedules, endrinos...




El azor, es una de las rapaces forestales y difíciles de ver en los bosques donde habita. En La Península Ibérica habita en todos los ecosistemas forestales, teniendo mayor predilección por los bosques atlánticos y mediterráneos. En los pinares de alta montaña son escasos, y en los montes muy alterados y explotados por el hombre, apenas existe. En las diferentes manchas de robles que cubren el Valle Alto del Río Lozoya, la presencia del azor marca su calidad forestal y ambiental.
En la fotografía, vemos a un azor joven del año integrado en el suelo del bosque, alimentándose con una presa que ha capturado.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son el jabalí y el corzo.




"El Aguilón, y el Pinar de Rascafría, y los Pinganillos, y la Guadarramillas, y el Arroyo del Ferrero, y la ladera deyuso de Peña Lara, es buen monte de oso en verano; y hay siempre buenos puercos. Y son las bozerías: la una que va del camino de Santana a las Proquerizas, tenjendo los rostros contra el Aguilón, y por cima de donde nace el Arroyo del Aguilón; y por cima de donde nace el Arroyo del Ferrero, por cima del pinar, hasta el collado que dicen de Lozoya, que no pase a Valsaín; y del Collado de Lozoya hasta Peña Lara, y desde Peña Lara, por cima de la cumbre, hasta el Puerto del Reventón, que no pase a la Sauca. Y que este un renuevo sobre las Guadarramillas; y otro sobre el Arroyo del Ferrero; y otro en los Pinganillos; y otro en Cabeza Mediana. Y son las armadas: una en Naval Pino, y la otra en Naval Cabeza".
Todos estos montes están dentro del término municipal de Rascafría, en Madrid.

La manchas de pinos, en su mayor parte, están vírgenes. En esta época ya se están sacando pinos en algunas zonas. En el río y en los arroyos, no faltan los bosquetes de abedules, acompañados por sauces de montaña y álamos temblones. En ciertas zonas, más frescas y húmedas, de suelos profundos, habitan pequeños bosquetes de hayas. En las laderas orientadas al sur, no faltan los robles albares y los serbales de cazadores, y por todo el pinar se dan espesas manchas de acebos y pequeños bosquetes de grandes y milenarios tejos.




Las extensas manchas de pinos silvestres que cubren las laderas en la actualidad, aunque están gestionadas y se sacan anualmente muchos pinos del monte, siguen manteniendo un alto valor ecológico, debido a su acertada gestión y a las leyes forestales que protegen a los abedules, robles albares, tejos, acebos, serbales de cazadores... que habitan entre los pinos.

En la fotografía, vemos la cabecera alta del Río Lozoya cubierta de pinos silvestres, algunos abedules y poco más, debido a la altitud.




El águila imperial ibérica es una de las grandes que vuela los cielos forestales de La Península Ibérica. Debido a la persecución que ha sufrido durante los dos últimos siglos, algunas parejas lograron sobrevivir en los bosques menos alterados y difíciles de transitar del Sistema Central. Estas parejas llevan viviendo en estos pinares silvestres, desde las últimas glaciaciones. Están adaptadas al clima y a los cambios bruscos que se producen en las altas montañas. Saben en que solanas deben de hacer los nidos, para que el sol las caliente en las primeras horas de la mañana, y las ventiscas tardías no las hagan daño...

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son el jabalí, el corzo y la cabra montés.




"El Sarcoso es buen monte de oso en verano y de puerco en todo tiempo. Y es la bozería desde la Cebeza del Ero, por encima del Cerro de Nava Sierra, hasta encima de Val de Canencia por el camino que va del pinar de Bustar Viejo, hasta el collado de Val Fermoso por el camino hasta Canencia. Y es la armada a las Haleguillas".
Estos montes pertenecen al término municipal de Bustarviejo, en Madrid.

En esta época, seguramente los montes estaban vírgenes. Los robledales que ocupaban las partes bajas y medias de la ladera, posiblemente estaban formados por robles albares y melojos, acompañados por abedules, tejos, acebos, y las variadas especies atlánticas que se dan en el Sistema Central. En la parte más alta, todavía existía una mancha importante de pino silvestres, donde no faltarían los abedules, los tejos y los acebos.




La situación actual de los montes, ha cambiado sustancialmente en los últimos cinco siglos. Los pinares silvestres llegaron a desaparecer por la demanda de madera, y los robledales se han sobreexplotado por las industrias de maderas, leñas y carbón vegetal. En la actualidad, las manchas de pinos silvestres que vemos, son repobladas. Los robledales se han regenerado de cepa en su mayoría, con una edad de unos cuarenta años. La especie que predomina es el roble melojo, acompañada por escasos abedules y otras especies.

En la fotografía, vemos el límite del robledal con el pinar silvestre repoblado.




Las ardillas rojas habitan en los bosques maduros, donde sus árboles y arbustos proporcionan frutos anualmente. En las manchas forestales muy alteradas por el hombre, donde los árboles apenas dan frutos y los arbustos nobles no existen, las ardillas no habitan. Estos roedores arborícolas son muy importantes en los montes, pues durante el otoño entierran muchos frutos. Algunos se convierten en pequeños árboles en la primavera siguiente.

En la actualidad, los grandes mamíferos que habitan en estos montes son el jabalí y el corzo.