Según nos dice la constitución, o las nuevas leyes, cada generación tiene el deber de conservar, gestionar y potenciar el patrimonio natural, cultural y económico que nos han dejado.
En la fotografía, vemos un nido histórico de águila real ubicado en un cortado rocoso. La hembra, con más de quince años de vida, aporta todos los días una rama fresca al nido.
Hay ciertas formas de gestionar los montes, que en el pasado tuvieron sentido y tuvieron su ventaja económica, pues no había otros medios y el clima lo hacía posible.
El desmoche anual de los fresnos, para dar de comer al ganado con sus hojas, o cada ciertos años, para hacer leña con sus ramas, tuvieron su justificación en el pasado. Hoy, el ganado se alimenta con piensos y forraje, cuando las situaciones lo requieren, y las casas se calientan generalmente con otros combustibles o con electricidad.
No es concebible que se siga manteniendo este tipo de gestión, cuando economicamente no aporta beneficio para la ganadería, y apenas para el uso del ciudadano, como combustible.
Hay que dejar a los árboles que vayan recobrando su estado natural, que siempre se les podrá cortar alguna rama para hacer leña. Y hay que tener en cuenta, la importante inversión que se está haciendo en muchas zonas para su repoblación, después del daño que se ha hecho con las cortas.
En la fotografía, vemos a un fresno con más de doscientos años de vida, que en nada se parece a un árbol que habita en un espacio natural. Con su aspecto, nos cuenta como es la huella que deja el hombre, cuando sobreexplota la naturaleza. No confundamos nunca sobreexplotación con gestión y utilización racional de un recurso. A este árbol se le puede coger leña, si ese fuera el interés económico, pero sin dejarle en este lamentable estado.
Este es el triste final al que llegan la mayoría de los fresnos, después de las cortas que les han hecho durante más de un siglo.
Este tipo de señales que vemos en los troncos de los árboles, donde se aprecia una numeración, deja mucho que desear sobre la forman que tienen de proceder profesionalmente, los técnicos forestales que las realizan. Poco respeto, o ninguno, demuestran sobre los árboles del monte y su entorno, cuando lo hace de esta manera para contarlos. Estas señales, con distinta numeración, quedarán marcadas sobre los troncos de los fresno de la dehesa durante años. Desde el punto de vista serio, a este tipo de acciones poco técnicas y profesionales, sólo se les pueden calificar de dañinas y de chapuza.
En la fotografía, vemos a unos fresnos marcados y numerados, localizados en una dehesa de La Sierra de Guadarrama.
El patrimonio arquitectónico, abandonado por circunstancias históricas, llega a crear un hábitat ideal para numerosas especies de la flora y de la fauna, algunas protegidas por la ley. En estos edificios podemos encontrar colonias de cigüeñas blancas, de cernícalos primilla, de grajillas, de chovas piquirrojas, de gorriones comunes, de estorninos negros, de vencejos, de golondrinas, parejas de halcones , cernícalos comunes, roqueros solitarios, colirrojos tizones, lagartijas, lagartos ocelados... Una lista muy variada en cuanto a especies, y abundante en cuanto al número de individuos. En la actualidad, afortunadamente, se tienen muy en cuenta a las especies que habitan en estos edificios en ruinas, si se presenta un proyecto de rehabilitación.
En la fotografía, vemos los restos de una iglesia que sufrió los desastres de la guerra civil. En sus muros altos se asienta una colonia de cigüeñas blancas, formada por 11 parejas...
El otro patrimonio arquitectónico que está desapareciendo día tras día en España, es el privado. El de los pueblos y pequeñas ciudades históricas. Un patrimonio muy rico y muy diverso, que se ha adaptado y ha evolucionado de forma diferente en cada región, en cada zona de España.
En la fotografía, vemos una casa histórica en ruinas de un pueblo de montaña, localizado en la Comunidad de Madrid. En su interior, en primer plano, vemos como eran los hornos, donde se cocía el pan a diario y donde se asaba o se guisaba.
Otro patrimonio que está desapareciendo o a punto de hacerlo, es la trashumancia de los rebaño de ovejas y de vacas, que se trasladan por las vías pecuarias que atraviesan España de norte a sur. Un patrimonio que cuenta con unos 125.000 kilómetros de longitud, en sus cañadas, cordeles, veredas, coladas, descansaderos y abrevaderos, que suman más de 425.000 hectáreas públicas, que en muchos puntos de nuestra geografía han sido y están siendo usurpadas.
En la fotografía, vemos a un rebaño llevado por la Asociación Amigos de la Mesta, pasando por la Cuesta de la Vega, junto a la Catedral de La Almudena, en Madrid. Cerrando el rebaño va su fundador, Jesús Garzón.
Las exposiciones fotográficas, proyecciones, conferencias, tertulias... Son una forma muy amena e interesante de mostrar, de conocer y de hablar, del medio natural en el que vivimos.
En la fotografía, vemos una exposición fotográfica en gran formato, que se presentó en un centro cívico de Madrid en 2014, con el título, Los Bosques Naturales de Madrid.
La educación ambiental empieza en las zonas verdes próximas a nuestras casas, en los parques públicos. En ellos existen, donde los hay, carteles explícitos que muestran a la fauna y la flora que podemos ver en ese espacio verde...
En la fotografía, vemos un cartel informativo, localizado en El Parque del Oeste de Madrid.
La educación ambiental que recibimos en los lugares donde vivimos o visitamos con frecuencia, generalmente es una educación social. De lo que es bueno y es malo para nosotros, de lo que está bien o está mal. Y punto. Dos conceptos muy asentados en nuestra cultura nacional, que tienen que cambiar y ampliarse.
El mirlo común, forma parte de la fauna que vive con nosotros durante todo el año. Un pájaro muy agradable, que alegra las mañanas y las tardes de primavera con su canto, al que se le respeta en los espacios públicos.
El escorpión o alacrán, es el otro lado de la educación popular. Generalmente, si una persona neófita levanta una piedra y hay un ejemplar debajo, sus minutos están contados. Este punto de vista o esta educación popular negativa, debe de cambiar. A los escorpiones y a las víboras, que son animales que consumen muchos insectos y roedores, se les mata por peligrosos. A otros, como los sapos comunes, se les mata por feos. Si vamos por el campo y nos cruzamos con ellos, sólo tenemos que apartarnos. Así de simple.
Este detalle que vemos en la fotografía, la tala salvaje del brazo de 93 cnts de perímetro de un quejigo, son las consecuencias de la nefasta gestión, de la avaricia, que ha asolado y sigue asolando los montes mediterráneos ibéricos. Cómo es posible que se corten estos brazos, estas ramas tan grandes y gruesa, cuando la ley no lo permite; pues sólo permite, como así lo establece, la corta de ramas con un grosor máximo de 12 cnts de diámetro, equivalente a 39 cnts de perímetro.
Qué le ocurre a la encina, alcornoque o roble centenario, cuando le cortan ramas con perímetros superiores a los que establece la ley y la normativa técnica? Que los árboles se deshidratan en verano por esas grandes heridas, que en un 99% de las veces, el árbol no va a cerrar. Por esta vía abierta, van a entrar hongos, enfermedades, insectos, y el árbol se va a empezar a pudrir por dentro. En consecuencia, con estos actos dañinos se va a conseguir que esa encina, alcornoque, quejigo, roble, termine muriendo en pocos años o décadas, y nunca llegue a cumplir su ciclo vital, de novecientos o más de mil años.
Después de 200 o 400 años de agresiones (que no gestiones para mantener y seguir produciendo) están muriendo en nuestros montes y dehesas miles de quejigos, alcornoques y encinas, como la que vemos en la fotografía, de unos 500 años de edad. La última corta que la dieron los gestores, no la aguantó y murió.
Pero, en el mundo natural siempre hay un después... Estos árboles que han muerto por la lamentable gestión, tiene agujeros naturales y grietas, en los que habitan y crían pájaros, reptiles, roedores y murciélagos. Por otra parte, su madera se convierte en el hábitat de muchos insectos, que dan de comer a ciertas especies que no habitarían en el monte si no estuvieran. Son un punto de referencia, donde se posan y desde donde cazan las aves rapaces diurnas y nocturna. Y aunque estén muertos, sus cuerpos forman parte natural del paisaje del monte.
En la fotografía, vemos a un herrerillo común a la entrada de su nido, localizado en el interior de un agujero natural de una encina centenaria muerta.
El último eslabón de la desastrosa gestión que empezó hace unos siglos, termina lamentablemente cuando los gestores de la administración, autorizan la corta de esos árboles centenarios muertos. Volviendo a incumplir la normativa y la ley.
Si nos fijamos en este auténtico y natural cartel, poblado de líquenes, veremos que pone, PROHIBIDO ACAMPAR. Está colocado en una dehesa pública de La Sierra de Guadarrama, donde fue muy habitual la acampada durante los años sesenta y setenta del pasado siglo. Debido a los impactos negativos que la acampada iba creando en la dehesa, con buen criterio se prohibió. A los pocos años se prohibió en todo el territorio nacional.
La falta de conocimientos para desarrollar un comportamiento ético y favorable en el medio ambiente, induce al ciudadano a no comportarse como debe. La administración debe y tiene la obligación de proporcionarle ese conocimiento a través de la información. No se deben poner puertas al monte, para que el ciudadano salga a conocerle y a disfrutar de él.
Con la escalada deportiva está ocurriendo algo parecido. Pero, aquí hay especies que se están viendo muy perjudicadas, incluso exterminadas de los territorios, por la realización de este deporte en espacios y cortados donde habitan. Especies como el águila real, águila perdicera y alimoche, han desaparecido hace años de muchas zonas, por la mala gestión que ha tenido la administración con los deportistas, al no informarles que en esos lugares, en esos cortados, están habitando y criando especies muy escasas, que están en peligro de extinción y están desapareciendo. La falta de regularización de los deportes que se realizan en el medio natural, está produciendo impactos muy negativos. Difíciles de arreglar a corto plazo, una vez hecho el daño.
En la fotografía, vemos a un deportista escalando por una pared de caliza. Guadalajara.
Muchas ciudades, como Vitoria, Zaragoza, Valladolid, La Coruña, León, Valencia, Barcelona, Sevilla... tienen el privilegio de tener pequeños "grandes" ecosistemas, dentro de ellas o en su periferia. Ríos, grandes parques o espacios naturales, en los que habita a lo largo de todo el año una fauna variada e interesante.
La mayoría de los ciudadanos que viven en estas ciudades, o fuera de ellas, ignoran que muy cerca de ellos habitan especies muy interesantes y escasas (águilas imperiales, ciervos, gamos...)
En la fotografía, vemos a una garza real pescando en el Río Manzanares, cerca del Puente de Segovia. Madrid.
Los residuos que se producen en las pequeñas obras que se hacen en una casa privada, la mayoría de las veces acaban en el medio natural de todos. La huella que dejan es muy grande y muy desagradable...
Es incomprensible que habiendo en todas las ciudades y pueblos, puntos donde se pueden dejar estos residuos, existan todavía "personas" tan ignorantes que hagan tanto daño.
Aquel lorito que se compró en su día, por sus agradables colores y formas; el bonito y alegre cachorro de mapache; o la pequeña tortuga de florida, han acabado invadiendo el medio natural de nuestros pueblos y ciudades, y muchos espacios naturales, desplazando y poniendo en serio peligro a las especies autóctonas y al medio.
Afortunadamente, ya se han puesto los medios para controlar a estas especies, para que su número no aumente o para su eliminación.
En la fotografía, vemos a una cotorra verde localizada en La Casa de Campo. Madrid.
Las palomas que viven en las ciudades, ya no salen al campo para alimentarse, pues se alimentan de los desperdicios y del alimento que les proporcionan muchos ciudadanos. Si nos fijamos en su aspecto, apenas tienen brillo en sus plumas, les faltan dedos, son muy pequeñas y generalmente están enfermizas. Debido a su elevado número están produciendo muchos problemas, por la suciedad y contaminación que producen sus excrementos...
En la fotografía, vemos a una paloma bravía doméstica alimentándose con un trocito de pan, en un parterre de la ciudad de Madrid.
La compra de mascotas, perritos y gatitos, termina la mayoría de las veces en la naturaleza. El perro, debido a su talla y a su comportamiento, o termina atropellado en una carretera, o muerto en un coto de caza, o capturado. El gato, debido a su talla y comportamiento, también muere en las carreteras, los cotos o llega a ser capturado, pero son muchísimos los que sobreviven en el monte. Estos gatos, lo único que van a aportar al medio natural, son daños a la fauna, poniendo en peligro a algunas especies, y la extinción natural de los gatos monteses puros, al cruzarse con ellos.
En la fotografía, vemos a un gato doméstico abandonado en el monte. Localizado en una dehesa de Colmenar Viejo. Madrid.
La cultura tradicional en el medio ambiente, a través de los libros, las revistas, la fotografía, la televisión y la radio, desde siempre ha tenido un impacto y una aceptación muy positiva en los ciudadanos. Como dato importante, podemos decir que durante la década de los ochenta, la revista Natura batió records de ventas nacionales. A la revista Quercus tampoco se la dio mal, y todas las pequeñas y grades publicaciones que se hicieron de espacios naturales, flora, fauna y mapas de espacios naturales, se vendieron hasta agotar ediciones enteras. En los últimos años se han presentado importantes documentales, libros, fotografías, programas de radio y televisión... Donde el ciudadano puede abrir esa ventana, y ver el medio natural donde vive.
En la fotografía, vemos una muestra de aquellos pequeños-grandes Cuadernos de Campo, que Félix presentó en su día... Que deberían volver a reeditarse. Y ese maravilloso y ameno libro que realizó y editó el fotógrafo de naturaleza, Jose Luís Rodríguez, sobre el Parque Natural de Monfragüe, hoy Parque Nacional.
Hoy, la cultura se ha abierto en todos los sentidos. Se puede difundir en todo el mundo y para todo el mundo, a través de las redes sociales. El blog, la página web, google, youtube, facebook... dejan las puertas abiertas a la divulgación, la comunicación y el conocimiento, de una forma muy amena, cercana y normal. Aquí todo el mundo puede comunicarse.
En la fotografía, vemos el inicio de un vídeo publicado en youtube, a través de el portal o la dirección La Luz del Monte.
Las motos todo terreno y las bicicletas de montaña, están causando daños muy graves en muchos espacios naturales, al circular por vías verdes prohibidas para vehículos no autorizados o fuera de los caminos, creando infinidad de pequeños caminos y veredas. La huella que dejan en el territorio, tarda años en borrarse.
Al meterse por zonas donde habitan y están criando especies protegidas y en peligro de extinción, estas actividades ilegales y no consentidas por la administración, son las causantes de la pérdida de muchos nidos de cigüeña negra, águila imperial ibérica, buitres negros y leonados, azores, ratoneros, milanos reales, búhos reales...
Es incomprensible que se sigan consintiendo este tipo de daños al medio ambiente público, viendo como están de degradas muchas zonas de La Casa de Campo, las zonas públicas de el Monte de El Pardo, La Dehesa de San Sebastián de los Reyes... En Madrid, y en otros muchos lugares del territorio nacional.
Antes de practicar un deporte, hay que informarse primero por donde se puede realizar, por donde se puede pasar y la forma de comportarnos, para no hacer daño al medio físico y a las especies vegetales y animales que habitan en esas zonas. Debemos de ser siempre conscientes, de que el medio natural que nos rodea, sea público o privado, a todos nos beneficia lo que reporta.
En la fotografía, vemos el desagradable y grave impacto que producen en el monte, las numerosas personas que pasan con sus bicicletas de montaña por estas zonas. Cuartel de Valpalomero. Monte de El Pardo. Madrid.
Debido a la gravedad del problema, en muchos espacios naturales protegidos se están poniendo los medios, a través de señales, carteles informativos y vallas, para que este descontrolado problema deje de serlo en un periodo corto de tiempo.
En la fotografía, vemos un cartel, una señal de tráfico y una valla, que informan, prohíbe y corta el paso a los ciclista que han abierto ilegalmente con sus bicicletas una vereda, paralela al camino que pasa por la vía pecuaria, localizada en el Parque Regional de La Cuenca Alta del Río Manzanares. Madrid.
"El coche devora la ciudad" Así decía una frase muy célebre en los años 80. Con su tráfico, ruidos, gases contaminantes... Podemos entender que el coche es necesario para muchas personas que trabajan con él, o que es necesario para nuestro uso en determinadas circunstancias. ¡Pero es necesario para ir al trabajo, pudiendo ir en transporte público, que es mucho más barato! Simplemente, no. En ciudades como Barcelona y Madrid, la contaminación atmosférica está producida en un 90% por el tráfico rodado. Esta polución produce anualmente, la suciedad y el deterioro arquitectónico de todos los edificios de la ciudad. Y si daña el hormigón y la piedra, qué estará haciendo a nuestra salud: Enfermedades cardiorrespiratorias (bronquiolitis), pulmonares (cáncer), envejecimiento prematuro, virales (fiebre amarilla), lluvia ácida...
En la fotografía, vemos una calle muy transitada de Madrid.
A pesar de los estudios e informes que se han realizado a nivel nacional, sobre el atropello de fauna y de especies amenazadas y protegidas por la ley, sólo se ha tomado conciencia en puntos locales de nuestro territorio. Donde mueren linces por el atropello de los coches, y donde mueren los conductores cuando atropellan a los ciervos y jabalíes. Estamos ante un problema muy complicado, en el que hay que estudiar mucho, pero en el que seguramente se puede hacer mucho más de lo que se está haciendo...
En la fotografía, vemos el estado en el que ha quedado un búho real atropellado durante la noche, en una carretera local de San Sebastián de los Reyes. Madrid.
Muchas veces, estos atropellos se producen intencionadamente, en carreteras locales, caminos asfaltados y caminos de tierra. Son vías por las que se circula despacio, con poco tráfico, donde se pueden evitar sin ningún problema los atropellos, incluso parando el vehículo, para no acabar con la vida del individuo o dejarle mutilado.
En la fotografía, vemos una culebra de escalera adulta fase parda, atropellada en un camino asfaltado por el que apenas pasan coches. Madrid.
El siglo XX nos ha dejado con una serie de enfermedades introducidas por el hombre, que siguen causando la muerte y muchísimos problemas en los montes ibéricos. Me refiero a las enfermedades que se han inoculado al conejo de monte: la mixomatosis y la neumonía hemorrágico vírica, que en determinadas épocas del año, y según venga este, mata has el 90% de los conejos de las zonas.
Estas catástrofes dejan sin alimento a todos los carnívoros de la zona, y para sobrevivir, hasta que se vuelva a recuperar el conejo, tienen que buscar, si las hay, otras presas. En el camino, durante años, se pierden nidos, camadas, muchas parejas no crían, y muchos pollos o cachorros no llegan a terminar su crianza. El lince ibérico y el águila imperial ibérica, en vez de sacar adelante cuatro cachorros o cuatro pollos, si crían esos años, sacarán adelante uno o dos. A pesar de todo esto, la neumonía hemorrágico vírica se sigue propagando en los montes, donde los conejos se han recuperado bastante bien, o en las zonas donde se han hecho muy numerosos.
En la fotografía, vemos a un conejo de monte adulto que ha muerto por la neumonía hemorrágico vírica, localizado en un monte mediterráneo de Madrid.
Hace unos 15.000 años antes de Cristo, los hombres y mujeres que habitaron La Península Ibérica, dejaron sus huellas culturales y sus mensajes en muchas cuevas y abrigos. También nos dejaron un patrimonio medioambiental muy rico, en el que no faltaba de nada.
2000 años después, con mucho menos pelo, supuestamente más guapos y más inteligentes, más técnicos... El panorama medioambiental de la tierra y el comportamiento de muchos seres humanos ha cambiado. Deja mucho que desear.
Esto que vemos en la fotografía, para muchas personas es una piedra. Para el hombre que la talló, hace unos 100.000 años antes de Cristo, era una herramienta que le servía para vivir en la selva mediterránea ibérica. Gracias a herramientas como esta, el hombre y la mujer de aquella época, podían quitar la piel a los animales que cazaban, podían cortarles en trozos más pequeños para consumirlos. Con herramientas como esta, los hombres y las mujeres se vistieron, se alimentaron, hicieron más herramientas, vivieron y nos pasaron su legado. Pensarlo un poco... Porque aquí es donde empieza la base de la educación ambiental...