google-site-verification=W4JiPUkp_G2kZZVS-o62liN40WEVgPWgCCloRv-xIdc la luz del monte: diciembre 2019

domingo, 1 de diciembre de 2019

LOS BOSQUES ATLÁNTICOS DEL SISTEMA CENTRAL INVIERNO







Noviembre mete a los montes atlánticos en el invierno. Dice el refrán, que por San Martino (día 11) el invierno viene de camino, si le dicen detente, llega por San Clemente (día 23); y aunque venga retrasado, por San Andrés (día 30) ya ha llegado.

El invierno viene templado, con una bajada progresiva de las temperaturas, que se acentúan más por las noches. Viene con aires y vientos, que despejan a los árboles de sus miles de hojas. Formando en el suelo del bosque tupidas alfombras, que van a amortiguar las continuas lluvias y nevadas.

La mayoría de las aves que habitaron en estos bosques durante la primavera y el verano, ya se han ido. Las de la tierra y las que invernan, recorren sus territorios diariamente en busca de alimento. Los reptiles y los anfibio se encuentran invernando. La mayoría de los mamíferos están muy activos.

Aunque nos pueda parecer una estación fría y vacía, en la que predominan los fríos, las lluvias, las nieves y los vientos, el invierno está lleno de cambios regulares, en los que se alternan los días templados y soleados, aunque por las noches caigan terribles heladas de hasta -18ºC. A lo largo de la estación los arroyos y los ríos cambian y todos sus habitantes también. Los grandes árboles y arbustos van formando las yemas de donde saldrán las hojas en la próxima primavera. Los acebos fructifican durante la estación, y los muérdagos reviven y se hacen más notables sobre las ramas de árboles y arbustos. Numerosas especies de setas hacen su aparición. En los primeros días de febrero, si la estación viene lluviosa y templada, numerosas herbáceas florecen. Tienen que hacerlo ahora, antes de que los árboles se cubran de hojas y no dejen pasar la luz al suelo.

Para la fauna, si el año ha sido regular y el invierno viene regular, es una estación más, pues en el bosque tienen todo lo que necesitan para vivir. Refugios en troncos y rocas donde pasar la noche y el día; acebedas donde emboscarse; frutos variados que se mantienen en buen estado entre las hojas del suelo o guardados en despensas. Antes de que acabe la estación, algunas especies ya están de bodas, construyendo y arreglando los nidos y madrigueras, donde traerán al mundo las nuevas generaciones.

El invierno llena de tonos pardos y blancos el ambiente de estos bosques, que parecen dormidos bajo el influjo de los fríos. Es una estación que empieza con el final del año y termina con el comienzo del siguiente. Una época que tiene su encanto y mucho que mostrar... que sólo puedes vivir si entras y caminas por los diversos senderos...