Esta primavera que
estamos soportando, no está siendo fácil para las especies de
habitan en los montes ibéricos, como consecuencia de este clima
manipulado, que nos están vendiendo con el nombre de cambio
climático, que nos quieren imponer en el presente y el futuro.
En el centro de España,
se han perdido puestas de águila real y de imperial, de parejas que
criaban regularmente todos los años, que sacaban 1-2 y 2-4 pollos
respectivamente. Las medianas y pequeñas rapaces, han bajado el
número de pollos, de 4 a 2 o 1. La mayoría de la avifauna sólo va
a realizar una cría, algunas especies se atreverán con la segunda,
de tres o cuatro. Los montes se han convertido en desiertos verdes
resecos, en los que el conejo apenas se ve. Las palomas torcaces,
antes muy abundantes, apenas crían en ellos. Si el conejo desaparece
de los montes mediterráneos ibéricos, el resto de las especies se
va con él, pues es la pieza de la cadena cadena que mantiene el
equilibrio ecológico. Cuando salgáis al campo, fijaros en el número
de insectos que saltan o vuelan ante vuestra presencia. En los montes
de Madrid, casi han desaparecido los insectos. Sin ellos, especies
tan importantes como las perdices, los sisones, las tórtolas y la
mayoría de las aves, va a criar muy mal.
Estamos a finales de
mayo, un mes meteorológico que no se ha comportado de forma natural,
debido a la manipulación diaria que está teniendo. Las temperaturas
no han sido regularmente templadas, hemos tenido días muy fríos,
por debajo de los 5ºC y muy cálidos, por encima de los 40ºC. Las
lluvias han sido tan escasas, que podemos decir que no ha habido,
pues apenas han mojado en suelo del monte. Mayo es un mes muy
importante para los montes, para la agricultura, para los cursos
fluviales... para la vida, pero si siguen manipulando nuestro clima,
para imponer su agenda 2030 y la burbuja del de cambio climático,
van a terminar de matar el patrimonio natural, las culturas ibéricas
y la economía rural.
Si dais un paseo por uno
de esos montes maravillosos que hay en nuestra geografía, ir con un
poco de cuidado, pues ahora la mayoría de la fauna está criando.
Pero ir con cuidado, no quiere decir que no nos fijemos por donde
pasamos y aprendamos de lo que vemos. Con respeto y cuidado, podemos
disfrutar de nuestro patrimonio natural, que para eso está. En la
fotografía, hecha hace unos días, vemos un nido de azor con dos
pollos, macho y hembra, de unos 10-15 días de edad. Vemos al padre,
que ha entrado al nido para dejar una presa, que luego la madre
repartirá entre los pollos. Esta pareja sacó el año pasado tres
pollos, dos hembras y un macho.
Hoy
20 de mayo, ha amaneció el día sin nubes en la ciudad de Madrid y
en toda su área metropolitana. Durante toda la mañana, numerosos
aviones o drones preparados, como el que vemos en la fotografía, han
estado fumigando los cielos con diversos compuestos, que alteran el
clima y matan la vida. A partir del medio día y a lo largo de toda
la tarde, estos gases compuestos de partículas de aluminio, de
tierras de diatomeas o de otros productos, se han hecho visibles en
el cielo, formando estelas blanquecinas de diferentes formas. A lo
largo de la tarde siguen fumigando los cielos del centro de Madrid.
Si
os fijáis en el color del avión o dron, es de un azul que se
mimetiza con el color del cielo o el que tiene la atmósfera a esa
altitud. Va con tres luces activadas, y vuela a una velocidad de
crucero superior a los 800 km/hora. El aparato que vemos, no tiene
nada que ver con un avión comercial. Vuela sin matrícula y sin
transpondedor para que pueda ser localizado.
El
día ha amanecido templado, pero con las fumigaciones realizadas a lo
largo de la mañana, a eso de las 13:00 horas, los termómetros
marcaban los treinta grados, como un día de verano. En San Sebastián
de los Reyes, a 18 kilómetros de la Puerta del Sol, el termómetro
que tengo en la terraza de casa, marcaba los 50ºC al sol. La
temperatura real que están soportando los árboles y arbustos de los
montes, parques y calles.
Esta
es la realidad del cambio climático que nos están vendiendo en
España. Un fraude criminal, que se ha ido incrementando cada diez
años, hasta llegar a esta situación que estamos soportando.
La situación por la que
pasa el conejo de monte en La Península Ibérica, es alarmante,
grave y curiosa. En la mayoría de los montes donde era muy abundante
hace sólo cuatro décadas, ha desaparecido casi por completo. Sin
embargo, en las inmediaciones de carreteras, vías del ferrocarril,
grandes parques urbanos y terrenos abiertos donde está prohibida la
caza, es abundante.
En los años ochenta,
introdujeron en España la neumonía hemorrájico vírica. Una
enfermedad que ha exterminado al conejo en la mayor parte de los
montes de la península; una enfermedad que mantiene en jaque al
lince ibérico, al águila imperial ibérica, al águila perdicera, y
mantiene a raya a toda la comunidad faunística, pues es la base de
la cadena ecológica.
Hoy, en la mayoría de
los montes mediterráneos ibéricos, apenas quedan conejos, como
consecuencia de las fumigaciones que se hicieron con la enfermedad
NHV (neumonía hemorrájico vírica) en los ochenta, noventa, y en el
presente, de forma encubierta, ilegal y criminal. En ciertas fincas,
donde al año se cazaban por miles para el consumo humano, hoy apenas
existen. Por más medidas que ponen los propietarios, para que el
conejo no desaparezca y sea abundante, no terminan de conseguirlo.
La primavera de este año
2021 nos está dejando algunas lluvias, aunque muy escasas para lo
que los montes necesitan. Los calores tempranos de marzo, y los fríos
a destiempo de finales de abril y principios de mayo, no están
viniendo bien para que la fauna crie como es debido. Pero la vida,
con todas las zancadillas que le puede poner esa mano negra que
planea por el mundo, sigue...
Mediado el mes de abril, la primavera se deja sentir en todos los ecosistemas ibéricos. La fauna se encuentra en pleno ciclo reproductor, uno de los periodos más importantes de su vida. Ahora, tenemos que tener un poco de cuidado cuando salgamos al campo, pues en cualquier lugar del monte puede haber una especie criando, y sin darnos cuenta, podemos malograr esa cría si se encuentra en un periodo crítico. A partir de estas fechas, podemos encontrar por los montes pollos de rapaces nocturnas y crías de corzos, entre otros, que pueden dar la sensación de que sus padres los han abandonado. Nada más lejos de la realidad, simplemente se encuentra en esa zona del monte, porque viven ahí. Les podemos observar un minuto, hacer una fotografía, y marcharnos de la zona lo antes posible.
En un valle del Sistema Central, excavado por el tiempo y el río, al pie de unas matas de encina, descansan dos pollos de búho real. Ya se han marchado del nido, donde nacieron a mediados de enero. Todavía les queda por pasar toda la primavera y el verano en compañía de sus padres. Cuando llegue el otoño, los dos juntos abandonarán el valle.
Abril es el mes que abre las puertas a la primavera. La época del año con más vida, en la que todo arranca con aires renovados, con esa chispa que nos da fuerza para ir hacia delante. Que no te roben el mes de abril.