En el centro de La Península Ibérica, en el territorio de Madrid, se localizan montes diversos y considerables, por su calidad ambiental y por su extensión.
A lo largo de esta geografía forestal, vamos a entrar en verano en los pinares silvestres de alta montaña. En otoño pasaremos por los robledales, las fresnedas, las manchas de hayas, abedules y acebos, que cubren las laderas de las montañas y los fondos de los valles. Para llegar en invierno a los montes mediterráneos de sabinas albares, encinas, alcornoques, quejigos y enebros, que se extienden desde las montañas hasta las puertas de la ciudad de Madrid. Terminando el recorrido en primavera, por esos bosques de galería de alisos, chopos, sauces y tarays, que acompañan y depuran las aguas de los ríos.
Vamos a ver unos espacios naturales excepcionales, en los que habita una flora y una fauna muy variada e importante. Un patrimonio natural, que ofrece a los ciudadanos una calidad ambiental saludable a lo largo del año, en forma de clima, agua dulce, aire limpio, recursos económicos, cultura, esparcimiento... Vida.