google-site-verification=W4JiPUkp_G2kZZVS-o62liN40WEVgPWgCCloRv-xIdc la luz del monte: enero 2018

martes, 2 de enero de 2018

LOS SOTOS Y LAS RIBERAS ARBOLADAS EN INVIERNO


Entrado el invierno, los bosques lineales que cubren muchas zonas de los ríos ibéricos, poblados por chopos, alisos, olmos, sauces, tarays... se muestran desnudos, sin hojas. Parece que están vacíos de vida... Pero en su interior sigue latiendo, de otra forma y con otros habitantes...




La mañana llega soleada y fría. La luz del sol se cuela por las ramas desnudas de los árboles... En la orilla del río, posada sobre las ramas de un sauce caído, vemos a la garza real. Está descansando y cogiendo calorías. En un rato se irá a buscar el almuerzo.




Ahora, el ambiente del río se muestra, se ve de otra forma, con otros colores... Es la magia que tienen las estaciones del año. Sin mover a los actores del sitio, los cambia de formas, de colores, de luces, de sonidos...




En las ramas altas de un álamo blanco descansan varios cormoranes grandes. Estas aves marinas, procedentes de las costas ibéricas, pasan los meses de invierno en las riberas de los ríos.




Los árboles y arbustos que viven aquí, son de crecimiento rápido, con un ciclo de vida no superior a los doscientos años, generalmente. Pero en continua evolución y transformación, en especies, edades, en el tamaño, en formas. Aquí podemos encontrar árboles de todas las edades, donde no faltan los agujeros naturales, en los que habita una comunidad de seres vivos innumerable. Realmente, son las últimas selvas ibéricas.




Los herrerillos comunes ponen esos puntos de colores en el frío invierno. Son expertos en registrar las ramas de los árboles, pues en ellas encuentran las puestas de muchos insectos y  pequeñas larvas de estos.




La vida de los árboles y arbustos que viven aquí, está condicionada por el flujo del río. De sus crecidas y de sus terrazas. Cada árbol y arbusto, dependiendo de la necesidad hídrica, busca su nicho ecológico.




Por estas fechas, la mayoría de las parejas de ánade real ya se han formado. Van a permanecer juntos hasta el mes de marzo o abril, cuando la hembra inicie la puesta de los huevos.




En estos ambientes "cerrados" próximos al río, a lo largo del día y la noche se mantiene un microclima más templado durante el invierno.




En los últimos veinticinco años, como consecuencia de la eliminación de insecticidas y pesticidas en los montes y riberas arboladas, el pico picapinos se va haciendo más notable. Este pájaro carpintero, es uno de los mejores aliados que tienen los árboles de nuestros ríos, pues controlan muy bien a los insectos xilófagos que enferman y destruyen los árboles sanos.




Gracias al pito real y al pico picapinos, en las riberas arboladas renovadas, de árboles jóvenes, muchas especies de nuestra fauna, como los carboneros y herrerillos, mochuelos y autillos, carracas y abubillas, lirones caretos, comadrejas... encuentran agujeros en los árboles donde dormir, criar, invernar... Vivir.




Por el suelo vemos al escribano soteño. Está buscando semillas para alimentarse. Este pájaro es un habitante típico de estos parajes, pero es más fácil oírle que verle.




Durante todos los días del año, con hojas o sin hojas, los árboles y arbustos que habitan en nuestros ríos, depuran en un porcentaje muy alto las aguas que bajan por ellos.




El zorzal común se acerca a la orilla para beber y arreglarse las plumas. Durante la estación, invernan en estos ambientes varias especies de zorzales: charlos, comunes, alirrojos y reales.




Los árboles que habitan en este ecosistema son de crecimiento rápido, si los comparamos con las encinas y los robles. A los 30 años de vida, los álamos ya tienen grandes portes, con alturas que superan los veinte metros.




Los mitos viven aquí durante todo el año. En invierno aumentan sus poblaciones en estos ambientes, pues aquí el frío pega menos y la comida no falta.




En estos espacios forestales habita una comunidad de mamíferos interesante y muy difícil de ver durante el día. En determinados lugares veremos las letrinas de las jinetas y las garduñas. Los grandes agujeros que dejan los tejones y los zorros, cuando levantan los avisperos o los nidos de ratones. Las grandes hozaduras que dejan los jabalíes, cuando buscan insectos, raíces o tubérculos. La tierra levantada por el topo...




Como un pequeño duende, una gallineta nada por la orilla en busca de algo que llevarse al pico... Al sentir mi presencia, sin hacer nada de ruido, se pierde entre las espadañas y desaparece.




Dependiendo de la situación geográfica por la que pasa el río, a si es la estructura forestal y las especies que le acompañan.




En una pequeña isla del río, a la vera de las espadañas, una garceta blanca acecha inmóvil el paso de los pequeños peces. De vez en cuando, camina y mueve las hierbas con las patas... Y lanza su certero pico como un arpón.




Esta zona está poblada por alisos en la margen izquierda y por álamos y sauces en la margen derecha. Dependiendo de como incide el río en las orillas, favorece a una especie forestal en un lado o en el otro.




En un claro del río descansa un grupo de gaviotas reidoras. Esta especie, en su mayoría, viene de centroeuropa.




Los rayos del sol, enciende de luz y color las hojas doradas de las zarzas.




Un petirrojo recorre una zona de la orilla. Busca los pequeños insectos que se ocultan entre las piedras y las hojas. Durante el invierno, entran en La Península Ibérica considerables poblaciones de este simpático pajarillo, procedentes de toda Europa.




En la actualidad, después de siglos de uso, transformación y eliminación total, es difícil saber realmente cual es la composición natural de un soto o de una ribera arbolada.




El chochín es un habitante típico del sotobosque que cubre las riberas arboladas de nuestros ríos y arroyos. Por su tamaño, ocupa un nicho ecológico  que no tocan los demás pájaros del bosque.




En los últimos veinte años, los caudales regulares de todos los ríos ibéricos han bajado mucho. Como consecuencia de la bajada regular de las precipitaciones anuales, y debido a las grandes extracciones de aguas subterráneas que se sacan de los acuíferos, para el consumo humano, la industria, la agricultura y los complejos deportivos.




En las chorreras, donde el agua del río canta y va más rápida, no faltan las lavanderas cascadeñas. Un pájaro de vistosas formas y colores, que elimina muchos insectos de nuestros ríos.