sábado, 23 de septiembre de 2023

LA GANADERÍA BRAVA. OTOÑO III

 


En los años ochenta, dentro del movimiento ecologista que estaba surgiendo con fuerza, con ideas renovadas, respetando las tradiciones culturales, se puso de moda la frase, “donde pasta una vaca, no se ponen ladrillos”

Con esta frase, en una época donde la legislación ambiental estaba brotando y el respeto por el medio ambiente no estaba muy considerado, los ecologistas se afianzaban en los ganaderos. En su forma de gestionar el monte y las dehesas, donde se cría el ganado.

Las ganadería extensiva es la forma natural más rentable de criar el ganado. En un país como España, con un clima tan variado, una geografía extensa, donde los sistemas montañosos no faltan, cubierta por montes diversos, la ganadería extensiva se mantiene por si sola.

Las formas de gestión han variado algo con el tiempo, pero el fin sigue siendo el mismo. Mantener a los animales en un hábitat, donde el alimento lo obtengan sin coste para el ganadero. Sin que el monte o la dehesa se resientan por la carga ganadera y se regenere con el tiempo.

Los ganaderos se han convertido en los últimos protectores de los montes y dehesas de España. Donde el patrimonio natural y cultural sigue latiendo. De donde sale la mayor fuente de proteínas naturales que consumimos.

Los que van de ecologistas hoy, sin tener apenas vocación, una base cultural, ambiental y rural, critican y están en contra de la ganadería extensiva, mansa o brava. Critican y están en contra de la alimentación con carnes naturales. Critican y están en contra de las tradiciones culturales, que cada día abren los ojos en los montes y dehesas de España. Con esa base, esas intenciones y esa mentalidad, sólo podemos hacer una reflexión... Y tú, ecologista progre, sin base ni fundamento, donde estabas en los ochenta.


domingo, 17 de septiembre de 2023

LA GANADERÍA BRAVA. OTOÑO II




Las características morfológicas que tienen los seres vivos que habitan en sus zonas geográficas naturales, son el resultado de la evolución que han tenido a lo largo del tiempo. Condicionadas por el clima, la geografía, el hábitat, la flora, la fauna y los depredadores que habitan con ellos.

Las vacas y los toros bravos, han evolucionado en los diferentes ecosistemas forestales, que han cubierto históricamente nuestra península. En esa selva, sólo tenían que defenderse de cuatro especies. Los osos y los lobos, depredaban a las crías, ejemplares jóvenes, viejos y enfermos, pues no tenían nada que hacer con los individuos adultos sanos. Los zorros y jabalíes, sólo depredan sobre los becerros de pocos días, que encuentran encamados sin protección de la madre.

La evolución también les ha dotado de una inteligencia y de unos hábitos de vida, que les hace unirse y defenderse en conjunto ante cualquier presunto enemigo. Una vaca parida o un grupo de añojos acosados por lobos o jabalíes, van a llamar con sus mugidos al resto de la manada para que los protejan, y se van a defender en conjunto.

Los toros y las vacas no soportan la presencia de los jabalíes, no los quieren en sus territorios. Les expulsan o los llegan a matar.

Los escasos lobos que hoy habitan en los montes, sólo consiguen matar a aquel becerro que la madre apenas hace caso, o aquel ejemplar que la enfermedad le está matando. Al resto de la manada no los tocan, pues no tienen nada que hacer.

Hoy, hay que temer más a la prensa, que difunden mentiras y supersticiones de otras épocas, en las que había dragones y animales misteriosos que devoraban los ganados por la noche.

En los últimos veinticinco años, se ha difundido desde los diferentes medios de comunicación de España, que los buitres atacan al ganado y le devoran. La administración por su parte, ha dejado mucho que desear al respecto, al no depurar estos hechos y dejar que la confusión y el miedo vuelen a su libre albedrío. Sólo se ha limitado, a través de ciertas comunidades autónomas, a pagar los supuestos daños.

De la noche a la mañana, los buitres han pasado de ser respetados por los ganaderos, por la labor que hacen, a ser odiados y perseguidos, como consecuencia de las historias falsas y confusas que se han difundido por los medios de comunicación. En ciertas zonas, han desaparecido pequeñas buitreras ante la pasividad de la guardería forestal.

Los buitres leonados y negros, sólo se alimentan de animales muertos. Es imposible que un buitre localice a un becerro encamado. Que le ataque y que la madre no le defienda. Es imposible, pues la evolución le ha capacitado para encontrar animales muertos, a través de otras especies que denuncian su presencia, como son las urracas, cornejas, rabilargos, cuervos y alimoches.

Esta guerra que ha creado la prensa, y la forma de proceder de la administración, les ha costado a los ganaderos de España en los últimos 25 años, mucho dinero y trabajo.

El protocolo es el siguiente: Cuando muere una res, hay que llamar al veterinario para que certifique la muerte y cause baja en el registro, y pagar. Hay que contratar a un camión especial para que recoja la res, y pagar. Hay que llevarla a un quemadero oficial para eliminar sus restos, y pagar. Hasta la aprobación de esta ley, los buitres hacían esa labor natural, sin costar un duro a los ganaderos.

Entiende ahora el ganadero porqué han difundido toda esa ponzoña a través la prensa, que ha creado tanta confusión, miedo y odio a los buitres? Sólo para arruinarle un poco más. Para que su trabajo y su ganadería le termine dando pérdidas.


domingo, 10 de septiembre de 2023

LA GANADERÍA BRAVA. OTOÑO I

 


El otoño marca el inicio del año en las ganaderías. Es, con la primavera, la estación más importante del año. Como sea de regular en lluvias, será el resto del año, hasta el próximo septiembre.

El clima es templado y lluvioso a lo largo de la estación, llegando al final frío y nevado. Las abundantes y regulares precipitaciones, vuelven a cubrir los montes y dehesas de pastos verdes. Recargan los acuíferos, muy mermados por la sequía estival. Las fuentes y los arroyos vuelven a correr alegremente por todas partes.

El ambiente huele a monte, a jaras, a romero. Los grandes árboles mediterráneos están cubiertos de bellotas, que van a ir tirando durante a estación. Primero lo harán los melojos y los quejigos, durante el mes de octubre. Entre finales y el mes de noviembre, las encinas y los alcornoques. En diciembre, las coscojas.

Zarzamoras, saúcos, cornicabras, majuelos, rosales silvestres, madroños. Arbustos mediterráneos que ofrecen ahora su despensa de frutos, que van a alimentar a todos los habitantes de montes y dehesas.

En las ganaderías bravas la vida no se ha detenido un instante. El ciclo anual vuelve a comenzar. En las cercas donde pastan las vacas, podemos ver madres acompañadas por los becerros que han nacido en agosto, o van naciendo a lo largo de septiembre. Observar vacas que en los próximos meses van a ir pariendo las nuevas generaciones.

Los becerros que nacieron al comienzo del invierno y la primavera, están grandes y lustrosos. Van volviendo a las cercas con sus madres. Los añojos y erales han dado un estirón muy grande, tienen el aspecto de pequeños toritos. Los novillos de tres años ya parecen toros. Los que vivan el filtro del otoño y del invierno, después de las continuas riñas y peleas, temporales de lluvias, nieves y heladas, llegarán a ser los ejemplares más admirados de la ganadería. Uno de los animales más emblemáticos de la España Natural.