Las características morfológicas que tienen los seres vivos que
habitan en sus zonas geográficas naturales, son el resultado de la
evolución que han tenido a lo largo del tiempo. Condicionadas por el
clima, la geografía, el hábitat, la flora, la fauna y los
depredadores que habitan con ellos.
Las
vacas y los toros bravos, han evolucionado en los diferentes
ecosistemas forestales, que han cubierto históricamente nuestra
península. En esa selva, sólo tenían que defenderse de cuatro
especies. Los osos y los lobos, depredaban a las crías, ejemplares
jóvenes, viejos y enfermos, pues no tenían nada que hacer con los
individuos adultos sanos. Los zorros y jabalíes, sólo depredan
sobre los becerros de pocos días, que encuentran encamados sin
protección de la madre.
La
evolución también les ha dotado de una inteligencia y de unos
hábitos de vida, que les hace unirse y defenderse en conjunto ante
cualquier presunto enemigo. Una vaca parida o un grupo de añojos
acosados por lobos o jabalíes, van a llamar con sus mugidos al resto
de la manada para que los protejan, y se van a defender en conjunto.
Los
toros y las vacas no soportan la presencia de los jabalíes, no los
quieren en sus territorios. Les expulsan o los llegan a matar.
Los
escasos lobos que hoy habitan en los montes, sólo consiguen matar a
aquel becerro que la madre apenas hace caso, o aquel ejemplar que la
enfermedad le está matando. Al resto de la manada no los tocan, pues
no tienen nada que hacer.
Hoy,
hay que temer más a la prensa, que difunden mentiras y
supersticiones de otras épocas, en las que había dragones y
animales misteriosos que devoraban los ganados por la noche.
En
los últimos veinticinco años, se ha difundido desde los diferentes
medios de comunicación de España, que los buitres atacan al ganado
y le devoran. La administración por su parte, ha dejado mucho que
desear al respecto, al no depurar estos hechos y dejar que la
confusión y el miedo vuelen a su libre albedrío. Sólo se ha
limitado, a través de ciertas comunidades autónomas, a pagar los
supuestos daños.
De
la noche a la mañana, los buitres han pasado de ser respetados por
los ganaderos, por la labor que hacen, a ser odiados y perseguidos,
como consecuencia de las historias falsas y confusas que se han
difundido por los medios de comunicación. En ciertas zonas, han
desaparecido pequeñas buitreras ante la pasividad de la guardería
forestal.
Los
buitres leonados y negros, sólo se alimentan de animales muertos. Es
imposible que un buitre localice a un becerro encamado. Que le ataque
y que la madre no le defienda. Es imposible, pues la evolución le ha
capacitado para encontrar animales muertos, a través de otras
especies que denuncian su presencia, como son las urracas, cornejas,
rabilargos, cuervos y alimoches.
Esta
guerra que ha creado la prensa, y la forma de proceder de la
administración, les ha costado a los ganaderos de España en los
últimos 25 años, mucho dinero y trabajo.
El
protocolo es el siguiente: Cuando muere una res, hay que llamar al
veterinario para que certifique la muerte y cause baja en el
registro, y pagar. Hay que contratar a un camión especial para que
recoja la res, y pagar. Hay que llevarla a un quemadero oficial para
eliminar sus restos, y pagar. Hasta la aprobación de esta ley, los
buitres hacían esa labor natural, sin costar un duro a los
ganaderos.
Entiende
ahora el ganadero porqué han difundido toda esa ponzoña a través
la prensa, que ha creado tanta confusión, miedo y odio a los
buitres? Sólo para arruinarle un poco más. Para que su trabajo y su
ganadería le termine dando pérdidas.