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martes, 1 de diciembre de 2020

EL MUNDO NATURAL DEL TORO BRAVO. INVIERNO




Entrado diciembre, el invierno ya se siente en las riberas y en las dehesas mediterráneas donde habita el toro bravo. Los días son más cortos que las noches. La humedad y el frío que reina en el ambiente, se refleja en los fresnos, en los sauces, en los chopos de ríos y arroyos, en los amaneceres blanqueados por la escarcha.

Los toros y la vacas, los zorros, las garduñas, los corzos, los ciervos... se cubren de una espesa manta de pelos largos y tupidos, que les van a proteger de las frías y heladas noches. De los días que están por venir.

Muchas aves, venidas del centro y norte de Europa, o de las montañas ibéricas, invernan en los cauces fluviales y las dehesas. Grullas, palomas torcaces, zorzales, petirrojos, chochas perdices, cormoranes, patos, gavilanes, milanos reales... ocupan el sitio de los que nos dejaron en otoño, que se fueron a África en busca de un clima más cálido.

El frío y la escasez de alimento, activa el comportamiento de todos los habitantes. Desde que amanece hasta que el sol se pone, o vuelve a salir al día siguiente, se dedican a la búsqueda de recursos para alimentarse.

Con las bellotas de encinas, quejigos y alcornoques, los toros y las vacas han engordado. Ahora, van a tener que tirar de todos los recursos naturales para afrontar el invierno. Los pastos, las hojas de árboles y arbustos y los últimos frutos del año, van a ser esos recursos. Las vacas, en plena gestación, van a necesitar un aporte extra de comida.

En algunas vacadas, nacen los primeros becerros del año. Los añojos, erales y utreros, ahora, prácticamente son erales, utreros y toros. Su comportamiento va a cambiar mucho con la edad a lo largo de la estación. Al final, con el inicio de la primavera, los utreros y los toros, dependiendo de la casta y de la estirpe, tendrán numerosas peleas, en las que varios ejemplares van a morir o van a sufrir lesiones de variadas consideraciones, como consecuencia de las cornadas.

El invierno, aunque no lo parece, es una estación llena de contrastes. Con días muy duros y difíciles, en los que las lluvias, días de nieve y continuas heladas, ponen a prueba a todos los habitantes del campo. También tiene días soleados, con temperaturas más benignas, en los que la vida se manifiesta con alegría por todas partes.

Una estación del año, que da la mayoría de edad a gran parte de los jóvenes que nacieron la primavera y el verano pasado. Una estación que hace más fuertes a los individuos sanos, y les abre el camino como futuros padres para la primavera que viene. Una estación dura, natural, que deja los montes y las riberas con los suficientes recursos naturales sembrados, para que la primavera que está por llegar, explosiones de vida por todas sus áreas.