miércoles, 26 de noviembre de 2014

EL VALLE DEL LOZOYA. VERANO.




Amanece en el abedular... El ambiente es fresco y tranquilo. Los cantos de los pájaros ponen la música ambiente en este privilegiado bosque.




El lirio martagón (Lulium martagon) es muy escaso en los bosques atlánticos de Madrid. Abre sus elegantes flores  al comienzo del verano.




Dentro de la dehesa podemos encontrar sabinas albares de considerable porte, con más de doscientos años de vida. Son ejemplares jóvenes, si consideramos que este árbol vive más de mil años.




A la caída de la tarde el escorpión anda a la caza de insectos... Este interesante y pequeño matador, es un gran consumidor de insectos.




En la zona llana del valle, en medio de un bosque de robles, vemos el pueblo de San Mamés. Fundado posiblemente en el siglo XI por pastores, ha basado su economía en los montes y la ganadería.




Un avión común se posa en la entrada de su elaborado nido de barro.




En esta zona, cubierta por un importante bosque de galería de alisos principalmente, el antiguo puente romano construido sobre el Río Lozoya, hace de frontera entre Guadalajara y Madrid.




Un petirrojo sale de entre Las zarzas y se posa sobre la rama caída de un sauce. Me observa un instante y desaparece por el sotobosque de la ribera.

NOTA: VER TAMBIÉN EL ARTÍCULO DEL DÍA 18 DE NOVIEMBRE DE 2013. TRÁILER. CUADERNO FOTOGRÁFICO DEL VALLE DEL LOZOYA.


2 comentarios:

  1. He dado algún un paseo por estos lugares en verano, pero por suerte no me he tropezado con ningun alacrán, tampoco sabía que los hubiera, cuidadín con ellos. :-)

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    1. El valle del Río Lozoya es muy grande. En los tramos medios y bajos, donde las temperaturas son más cálidas y abundan las grandes piedras, ahí es posible encontrarlos. Si mantenemos las distancias, observaremos que es un insecto muy interesante y muy beneficioso, pues se alimenta de multitud de insectos. Gracias por tu comentario. Un cordial saludo.

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