El clima mediterráneo incide en la mayor parte de La Península Ibérica desde hace más de cuatro mil años. Hace posible que los arroyos, las fuentes y los manantiales, fluyan de forma natural durante todo el año.
La fauna y la vegetación, son los principales bioindicadores que nos cuentan con su presencia, como es el clima y el tipo de suelos, que hacen posible que toda lluvia que cae durante el año, se retenga y termine corriendo por los arroyos, manantiales y fuentes. Manteniendo la vida todo el año, especialmente en verano, cuando menos llueve.
Si observamos los árboles mediterráneos, encinas, quejigos, alcornoques, coscojas, empiezan a fructificar al final de la primavera, maduran los frutos durante el verano, y caen al comienzo del otoño. Todo el proceso se desarrolla durante los meses más cálidos del año, gracias al agua que hay acumulada en el subsuelo, en el acuífero.
El agua es fundamental para el mantenimiento de la ganadería extensiva. En todas las zonas ganaderas históricas de España, hay fuentes de piedra y ladrillo, o manantiales que anualmente mantienen y limpian los vaqueros o los pastores. A ellos acude el ganado y la fauna de la zona.
La situación geográfica y el clima mediterráneo que tiene España, hacen posible que la ganadería extensiva se críe sin ningún problema y sin ningún coste para el ganadero, en piensos y forraje. Hasta los años setenta, sólo se ayudaba al ganado con piensos y forraje, durante algunos días del invierno, cuando las nevadas tapaban los pastos.
En los últimos cuarenta y tres años, el panorama del campo Ibérico ha cambiado mucho de la noche a la mañana. Primero apareció en la televisión el famoso anticiclón de Las Azores, que no deja entrar los frentes de nubes cargados de agua desde el Atlántico; luego vino el agujero de la capa de ozono; luego el efecto invernadero; luego el calentamiento global del planeta; ahora el cambio climático. De la mano de una serie de Agendas, como la 21 o la 2030. Todo manipulado por la élite internacional, que dirige al gobierno de España a su conveniencia.
El panorama del campo ibérico ha cambiado mucho en sólo cuarenta años. Aquellos ganaderos, vaqueros, pastores, que sabían del campo y del clima, hoy mirarían al cielo de España preocupados, por lo que ocurre todos los días en él, pues ya no llueve con regularidad a lo largo del año, como consecuencia de la manipulación del clima con ingeniería climática, efectuada con aviones, drones y antenas construidas en zonas estratégicas. Un proyecto criminal aprobado de forma encubierta, ejecutado por el gobierno de la nación.
En los últimos treinta años, los ganaderos de España tienen que alimentar al ganado durante todo el año, pues las escasa lluvias que caen, apenas mantienen los escaso pastos durante tres o cuatro meses. En verano hay que llevar agua al ganado dos veces al día. En algunas zonas, hay que llevar agua durante todo el año, pues los pequeños acuíferos que fluyen en las fuentes, se secaron hace años. Hoy, el campo Ibérico sigue teniendo sus fuentes, pero vacías.
Mañana numerosos aviones y drones, volverán a fumigar los cielos de España, con productos criminales como el aluminio, las tierras de diatomeas, el grafeno.... dejando los cielos con numerosas estelas blancas, que se van difuminando a lo largo del día, formando una cúpula “invisible” que deja entrar los rayos del sol e impide que salga el calor. A este proceso, las élites internacionales que manejan los gobiernos de Europa y de Estados Unidos, le han puesto el nombre de cambio climático.