Octubre marca el otoño y el año venidero en los montes ibéricos. Es con marzo, el mes más lluviosos del año. Con sus abundantes precipitaciones se recargan los acuíferos, las fuentes y los arroyos vuelven a correr.
El ambiente está cargado de aires renovados. Es una estación que inicia, o acaba el ciclo natural del año. La vida que emerja ahora, se renovará el próximo otoño, o dentro de siglos, dependiendo de la vida de cada especie, animal o vegetal.
Ahora, todos los arbustos o pequeños árboles mediterráneos nobles, están cargados de frutos sabrosos. Moras, majoleras, endrinas, madroños, cornicabras, escaramujos, saúcos.
Cada día que pasa, se van sucediendo nuevos acontecimientos en la vida del monte. Los temporales de lluvia van a ser fundamentales para el buen desarrollo de estos.
Durante los meses de septiembre y octubre, van a pasar por los montes mediterráneos millones de aves procedentes de muchos lugares del continente europeo. Unos se irán a sus cuarteles de invernada en África y otros se quedarán en los numerosos espacios naturales de la península. Pequeños y medianos pájaros insectívoros, cambian ahora su alimentación, se hacen omnívoros para afrontar el otoño y el invierno. Palomas torcaces, zorzales, mirlos, rapaces, patos, garzas y grullas, van a ocupar el sitio de los que se van.
Los ciervos y los gamos están de bodas. A primeros de noviembre, en los montes altos de las montañas, comenzarán las cabras montesas.
En los nidos viejos de las urracas o en los huecos de los árboles, los lirones caretos ya han traído al mundo su segunda camada. En las junqueras o entre las zarzas, cubiertos de hierbas y hojas, los erizos están criando una nueva generación.
Con las continuas precipitaciones templadas, los anfibios han vuelto a la vida del monte. Sapos, gallipatos y algunos tritones, se les ve por muchos lugares donde no falta la humedad y el agua.
Los jóvenes que nacieron en primavera, en los lugares más secretos del monte, los podemos encontrar ahora en cualquier lugar. Cada día es muy importante para ellos, pues tienen el otoño y el invierno para sobrevivir y localizar un territorio sin dueño. Águilas imperiales, reales, linces, gatos monteses, zorros, ginetas, corzos, azores, ratoneros, milanos reales... Se están buscando la vida.
El otoño es una época que cosecha frutos y vida. Con un clima templado que riega el futuro de los montes. Cada amanecer y cada atardecer es diferente. Estemos donde estemos... El paisaje, la flora, la fauna y el ambiente que observemos, nos va satisfacer.