Sapo corredor (Bufo calamita) adulto en las inmediaciones de una charca. Dehesa Nueva de San Sebastián de los Reyes, 5 de mayo de 2022.
Cuando la primavera comienza a despuntar en los ambientes mediterráneos en los primeros días de marzo, los anfibios terrestres empiezan a frecuentar las charcas donde nacieron un día, donde se reproducen anualmente.
El clima mediterráneo no es ni tan seco, ni tan cálido, ni tan austero como nos cuentan. Ni como lo estamos padeciendo en los últimos 45 años en España, como consecuencia de su manipulación y alteración con ingeniería climática.
Es un clima estable con cuatro periodos muy marcados. Primavera, verano, otoño e invierno.
Charcazo estacional cubierto por las lluvias del invierno y el comienzo de la primavera. El Retamar. San Sebastián de los Reyes, 3 de abril de 2024.
Durante el otoño, el invierno y la primavera, llueve (o llovía) de forma regular durante días. Las regulares tormentas del verano aportan grandes cantidades de agua al monte y refrescan el ambiente.
La primavera es una estación que llega después de un periodo frío y llovioso. Trae al ecosistema mediterráneo más lluvias y temperaturas más agradables, pues las horas de luz y de insolación van en aumento. Ya no hiela por las noches y las diurnas están entre los 12ºC y 22ºC.
El aumento de las horas de luz y las temperaturas, inciden de forma positiva en la reproducción de la flora y de la fauna.
Toda esta regularidad climática, en concordancia con el ecosistema mediterráneo, su geografía y tipos de suelos, origina que en ciertos lugares del monte o de los espacios abiertos por el hombre, se formen desde el invierno hasta entrado el verano pequeñas lagunas y charcazos, donde una gran variedad de fauna ha evolucionado, habita y se reproduce.
En estas pequeñas charcas se desarrolla una flora estacional, que vuelve a la vida cuando se llenan de agua. Una gran variedad de insectos, mosquitos, crustáceos variados, libélulas, caballitos del diablo, escarabajos acuáticos, viven aquí durante un periodo largo de su vida. Otros, como las abejas, las mariposas, las variadas moscas, se acercan para beber.
Hembra de sapo común (Bufo bufo) nadando en el charcazo. El Retamar. San Sebastián de los Reyes, 3 de abril 2024.
Los anfibios mediterráneos son de hábitos nocturnos. Cumplen una función muy importante en la naturaleza, la de consumir enormes cantidades de moscas, mosquitos y otros insectos.
En estos pequeños ecosistemas puntuales, con una flora y una población de insectos variada, se desarrolla durante un periodo de su vida, al que vuelven todos los años para perpetuarse, toda la comunidad y variedad de anfibios de las zonas. Sapos y gallipatos principalmente, si nos referimos a la campiña. Aumentando la variedad de especies según vamos subiendo hacia las montañas.
Puestas de Sapo corredor y de sapo común. El Retamar. San Sebastián de los Reyes, 3 de abril de 2024.
Estamos viendo la importancia que tiene el clima regular durante el invierno y la primavera. Su incidencia en el mantenimiento estacional de estas pequeñas masas de agua, que desarrollan un hábitat con unas condiciones ambientales donde prospera una fauna variada en especies, abundante en número y única a nivel mundial por la situación geográfica.
Renacuajos de sapo corredor, desarrollándose en las aguas en un manantial que mana en la ladera del monte. San Sebastián de los Reyes, 8 de abril de 2024.
En los últimos treinta años, la población de anfibios de La Península Ibérica ha descendido en más de un 70%. Sobre todo las especies de sapos mediterráneos, que se reproducen en estas pequeñas masas acuáticas estacionales. En algunos comarcas han desaparecido algunas especies y otras están al borde de la extinción.
Ejemplar de un centímetro y medio de sapo corredor. A pesar de su diminuto tamaño, estos ejemplares que han conseguido completar la metamorfosis, tienen un oportunidad para afrontar el resto de la primavera y el verano, hasta que lleguen las abundantes lluvias del otoño y vuelvan a salir por el monte. La Ribera. San Sebastián de los Reyes, 7 de mayo de 2014.
Los sapos comunes, corredores, de espuelas, moteados, parteros comunes y parteros ibéricos, ya no se pueden reproducir con éxito y con regularidad en la mayoría de las zonas donde han nacido.
En este estado se encuentran la mayoría de las pequeñas lagunas que todavía “sobreviven” a la alteración y la manipulación del clima en el centro de España. La poca vida que va quedando, tiene los días contados, si las lluvias de abril no caen. Las Cárcavas. San Sebastián de los Reyes, 16 de abril de 2024.
En los últimos treinta años, en la mayor parte de la España mediterránea ya no existen los inviernos fríos y lluviosos, ni la primavera templada y lluviosa, como consecuencia de la manipulación y de la alteración que se está ejecutando en el clima, con técnicas de ingeniería climática.
Las pocas lluvias que caen durante el invierno y las escasas de la primavera, apenas llenan esas pequeñas lagunas, pues la tierra está tan seca que las adsorbe.
Para estos renacuajos de sapo corredor ya es demasiado tarde. El charcazo donde nacieron no ha soportado la sequía de abril, ni los continuos días con temperaturas por encima de los treinta grados. El Retamar. San Sebastián de los Reyes, 17 de abril de 2024.
Las altas temperaturas de marzo y abril, muchos días por encima de los treinta grados, terminan secando el efímero hábitat donde se reproducen los anfibios. Estas zonas de vida, acaban convirtiéndose en cementerios de miles o millones de renacuajos de las diferentes especies de sapos ibéricos, algunos únicos en el mundo.
Toda la vida que había en la pequeña laguna hace 13 días ha muerto. En esta zona la vida no se va a perpetuar este año. Ni el anterior. Ni el que viene. Si el gobierno sigue manipulando y alterando el clima con ingeniería climática. El Retamar. San Sebastián de los Reyes, 3 de abril de 2024.
Cuando el clima se manipula y se altera, las consecuencias ambientales son catastróficas para el medio ambiente, para los seres vivos que viven en el y para las personas.
El cambio climático que anuncian todos los días por los diferentes medios de comunicación, que todo el mundo habla de el, hasta el más tonto, no está exterminando a los anfibios ibéricos, como difunden por ahí esos supuestos “científicos” de quita y pon por el gobierno de turno. Los está exterminando la ingeniería climática, que todos los días del año ejecuta el gobierno sobre los cielos de España. Originando las sequías y las olas de calor que están destruyendo el patrimonio natural, la ganadería y la agricultura. O esos productos criminales que caen con las lluvias y ensucian los coches, compuestos por tierras de diatomeas, aluminio, bario, grafeno, virus... Que están causando enfermedades crónicas y matando a las personas.