El monte atlántico de la montaña va saliendo del letargo invernal. Los primeros que han sacado las hojas han sido los abedules, los cerezos y los mostajos. Ahora, en progresión, van los robles y los avellanos. Valle del Lozoya, 23 de mayo de 2016.
La
primavera es la estación mas optimista con más vida del año,
después del invierno frío, lluvioso, con pocas horas de luz.
Se
caracteriza por ser uno de los periodos más lluviosos del año, con
unas temperaturas medias muy agradables durante el día, entre 18ºC
y 24ºC.
Con la
llegada de la estación, los días se igualan con las noches Las
horas del día se van alargando hasta el inicio del verano. Con una
media de quince horas de luz.
En los últimos veinte años, como consecuencia de la alteración del clima, las grullas se van un mes antes hacia sus zonas de cría, localizadas en Alemania, Polonia o Rusia. Dehesas de Colmenar Viejo, 24 de febrero de 2012.
La
primavera es época de emigraciones. De los que regresan a la
península ibérica, a los lugares donde nacieron, para perpetuar la
especie. De los que vuelven al norte a las zonas donde nacieron, para
anunciar su llegada.
Miles de
grullas, zorzales, mirlos, petirrojos, chochas, avefrías, pinzones,
alondras, palomas torcaces, milanos reales, ratoneros, gavilanes,
azores, gaviotas, cormoranes... que han pasado el otoño y el
invierno con nosotros, nos dejan. Se van para el centro, norte de
Europa y Rusia, donde traerán al mundo otra generación que vendrá
en otoño a La Península Ibérica.
Si bien la golondrina común es la especie que trae la primavera a toda Europa, la tórtola común es representativa de esa primavera que llega a los montes mediterráneos ibéricos. Dehesa de Moncalvillo, 14 de abril de 2017.
Llegan ahora desde África milanos negros, halcones abejeros, águilas
calzadas y culebreras, alimoches, autillos, chotacabras, carracas,
abubillas, abejarucos, papamoscas, currucas, ruiseñores, collalbas,
tórtolas comunes, codornices, cigüeñas blancas y negras,
golondrinas, aviones, vencejos... Van a llenar todos los nichos
ecológicos de montes, estepas cerealistas y pueblos con su
presencia, con sus cantos, con la algarabía de sus nidos y sus
pollos.
Las especies
más madrugadoras en la reproducción, los búho reales, los cárabos,
las águilas perdiceras, los zorros, los osos, los conejos, ya tienen
crías. Otros, como las grandes águilas reales o imperiales, los
buitres negros y leonados, los halcones, las cigüeñas blancas...
están echados en el nido incubando las puestas.
Durante toda la primavera, esta imagen se va a repetir en muchos lugares de nuestra geografía. Dehesas de Colmenar, 6 de mayo de 2012.
Según
va avanzando la estación, vamos a ver numerosas y variadas
situaciones familiares. Los grandes pollos del búho real, ya casi
emplumados, acompañan a sus padres por el roquedo. Los pollos de
cigüeñas blancas, águilas imperiales, buitres negros,
quebrantahuesos, se encuentran en el nido a medio emplumar. A los
pollos de halcón o de águila perdicera, los vamos a ver por las
inmediaciones del nido. Los jóvenes zorzales charlos, más rápidos
en completar su crecimiento, ya se han independizado de sus padres,
que se encuentra ahora encubando otra generación. Los jóvenes mitos
acompañan a sus padres por el monte.
De abril a
julio, van a ir naciendo los pequeños jabalíes, corzos, ciervos,
gamos y cabras monteses.
Ahora, en
estas fechas, el 90% de la fauna ibérica se encuentra en la faceta
más importante y responsable de su vida. La de formar una familia
para perpetuarse como especie. Hay que traer al mundo una generación
lo más numerosa y sana posible, gracias a la abundancia de recursos
de calidad que proporciona la estación.
Un rebaño de ovejas pasta en compañía de sus corderos y del carnero en un claro de la dehesa. Colmenar Viejo, 24 de marzo de 2024.
En
las ganaderías se producen las parideras más importantes a lo largo
de la estación. La abundancia de pastos, de hojas nuevas de árboles
y arbustos, van a ser un alimento muy importante para la ganadería
extensiva.
Las reses
van a recuperar las carnes perdidas durante el invierno. Las madres
van a generar leche de calidad abundante para criar bien a sus
pequeños.
La primavera
es el periodo más importante para los ganaderos. Si el invierno ha
sido lluvioso y viene regular en lluvias con temperaturas templadas,
los pastos se van a desarrollar bien, van a ser abundantes, hermosos
y variados. Van a alimentar bien al ganado durante toda la estación y
el verano, hasta la llegada del otoño. El agua no va a faltar en los
arroyos y en las fuentes.
Espigas de trigo. Campos de cereal de San Sebastián de los Reyes, 25 de abril de 2016.
Los
campos de cereal comienzan a espigar en el mes de abril. Ahora, las
diversas variedades de frutas y hortalizas, o están floreciendo, o
se están sembrando o se están plantando. Dependiendo de las
generosas lluvias regulares y de las temperaturas templadas, los
campos ibéricos se van a convertir en el granero y la huerta de
Europa.
Monte de El Pardo con las encinas y las jaras en flor. Madrid, 19 de abril de 2011.
En
los montes mediterráneos las grandes encinas, alcornoques, quejigos
y coscojas florecen, llenando el ambiente y el paisaje de tonos
verdes renovados y numerosos matices pardos, acompañado por el denso
sotobosque de jaras floridas, que llenan el ambiente de aromas.
En las
riberas de los ríos y arroyos, los altos álamos negros y blancos,
los sauces y los espinos blancos, se cubren de flores a la vez que
sacan las hojas.
Mancha mixta de pinos silvestres, abedules, robles, acebos y brezos. Valle alto del Río Lozoya, 4 de abril de 2010.
En
las faldas de las montañas, los fresnos, los robles, las hayas, los
castaños y los variados árboles y arbustos caducifolios que los
acompañan, se van cubriendo de hojas a la vez que florecen.
En los
pinares silvestres, negros y abetales que cubren las altas montañas,
donde habitan densas manchas de acebos y milenarios tejos, la
primavera no llega hasta el mes de junio. Las pequeñas manchas de
robles albares, comunes y abedules, avisan con el contraste de sus
hojas nuevas, que ya está llegando.
Gamos adultos con las cuernas nuevas en periodo de crecimiento. Monte de El Pardo, 10 de mayo de 2015.
Cada
día es diferente, es una experiencia nueva. La vida no se detiene un instante, no puede. Bulle
por todas partes. Ahora es más fácil ver a la variada fauna, pues
anda más ocupada en vivir, en criar a su descendencia, que en
ocultarse de sus presuntos enemigos.
La primavera
ibérica es un espectáculo de vida constante en los diferentes
ecosistemas. Dependiendo de donde vivas o a donde vayas, en el
parque, en la vega de un arroyo, en la dehesa, en la campiña, en el
río o en los bosques que cubren las laderas de las montañas, va a
ser cómplice de situaciones y vivencias. De ti depende que te des
cuenta, que vivas esas situaciones.
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