A lo largo del valle del Río Lozoya, se localizan importantes fresnedas con ejemplares maduros de grandes troncos. Hoy vamos a visitar una dehesa de fresnos histórica, que se localiza en una nava, a varios kilómetros del río.
Aunque la primavera no está siendo todo lo lluviosa y templada que debiera, la vegetación de la dehesa se muestra espléndida. Toda la comunidad forestal rebrota con fuerza.
Por todas las zonas se oye el canto del cuco. Un pájaro de mediano tamaño muy forestal, que habita en los bosques donde la comunidad de pájaros insectívoros es alta.
El día anterior ha sido trágico para la pareja de zorzales charlos. Un gavilán capturó al individuo de la pareja que estaba incubando los huevos...
Ciertas zonas están muy pobladas de zarzas, espinos albares, rosales silvestres... Aquí habita una comunidad de aves insectívoras muy diversa. Ruiseñores, currucas de varias especies, petirrojos, mitos... Pájaros que necesitan una importante cobertura vegetal para vivir.
En uno de los numerosos manantiales que hay por la dehesa, observo a un zorzal común. Busca lombrices y gusanos, para alimentar a sus hambrientos pollos.
Ahora, aunque no se ve por el pasto alto, muchas zonas de la dehesa están cubiertas por una ligera lámina de agua.
Una lavandera cascadeña, con el pico cargado de insectos, se aproxima al nido para alimentar a sus pollos, ya casi emplumados.
En una zona más abierta de la dehesa, localizo junto a un roble melojo un buen ejemplar de fresno, al que históricamente, en los últimos doscientos o trescientos años, le han cortado las ramas para alimentar al ganado en verano, o calentar las casas en invierno.
En los excrementos de las vacas que se crían en la dehesa, salen ahora abundantes setas, que ayudan a su descomposición y a su integración en el suelo.
El arce menor o de montpellier siempre fue un árbol abundante en estas zonas, pero debido a la calidad de su madera, en la actualidad es muy escaso. En la fotografía vemos a un ejemplar joven de mediano tamaño.
En el cielo, oculto por las nubes, un milano real no deja de sobrevolar la zona por donde paso ahora. Seguramente tiene el nido en un grupo de fresnos que hace años que no se desmochan.
Las elegantes flores de las peonías se abren en estas fechas por muchas zonas de la dehesa. Otro bioindicador que nos cuenta como ha sido el paso de la mano del hombre por la zona...
Las vacas también han modelado el ambiente de la dehesa a lo largo del tiempo... Aquí viven con corzos y jabalíes.
Posado en la rama fina de un fresno joven, observo a un macho de picogordo. Sus elegantes colores y el tono de su enorme pico, nos cuentan que está de bodas.
Ahora paso por una zona donde los troncos de los fresnos son enormes. Sus formas naturales están descompensadas... Se ve perfectamente que la acción de la mano del hombre ha intervenido en la forma de los árboles, la composición natural del monte y en la forma del paisaje. Para ver esta imagen, han tenido que pasar varios siglos, en los que ha habido una estrecha relación entre el monte y los habitantes de la zona.
Un mito, uno de los pájaros más pequeños de nuestros montes, va con su familia buscando insectos para alimentarse. Van registrando todo, ramas, cortezas, rocas con musgo...
En los pequeños claros crecen corros de orquídeas de la especie Anacamptis gr. morio. Esta orquídea nos cuenta con su presencia que estamos en una zona más templada, donde las precipitaciones medias anuales son entorno a los 800 mm.
Los grandes y gruesos troncos de los fresnos, tienen huecos que se han originado como consecuencia de las podas a lo largo del tiempo. En estos pequeños y grandes huecos vive una comunidad de reptiles, aves y mamíferos muy considerable, que dan vida a este ecosistema durante las veinticuatro horas del día.
Medio oculto por las verdes hojas, observo a un macho de pico picapinos. Está arrancando la corteza la rama de un fresno, para capturar los insectos que ahí viven. Al sentir el ruido de la cámara, se vuelve para ver de donde viene el sonido...
Esta dehesa ha llegado hasta nuestros días, debido a la gestión racional de sus recursos naturales. Para eso se la deslindó y protegió hace más de cinco siglos. Esperemos que este pacto o estas leyes antiguas, se sigan respetando por mucho tiempo.