jueves, 16 de octubre de 2025

LA INGENIERÍA CLIMÁTICA HA LLEGADO AL VALLE DEL LOZOYA Y AL PARQUE NACIONAL DE LA SIERRA DEL GUADARRAMA



Esta es la situación que presentan los montes de robles y fresnos que cubren el valle del Río Lozoya, del Parque Nacional de La Sierra de Guadarrama. 13 de octubre de 2025.

Después de cuatro meses de extrema sequía, ejecutada con ingeniería climática, con olas de calor con temperaturas por encima de los 40ºC, observamos extensas manchas de robles con tonos pardos, muy afectadas por la sequía. También observamos que la mayoría de los fresnos que acompañan la ribera del río han tirado las hojas, cuando deberían de lucirlas en estas fechas.




La mañana llega cubierta de nubes que presagian lluvias. Esas lluvias del otoño que no caen de forma natural. Que llevarían a la vida a los montes y a sus habitantes.




En la imagen vemos perfectamente, entre las nubes, la fumigación enorme que ha ejecutado un avión. 

Cuando estas fumigaciones compuestas por fosfuro de aluminio, grafeno, boro, sulfuros, tierras de diatomeas, polonio... se expandan sobre las nubes, se van a disolver y van a desaparecer.





Durante toda la mañana no cesaron de pasar aviones y drones fumigando la borrasca que cubría el cielo del valle. Sobre las 12 del medio día ya la habían neutralizado. Prevalecían los claros y un sol que abrasaba, como consecuencia del aluminio, el grafeno y el polonio que flotaba en la atmósfera.




Por estas fechas, los robledales del valle del Río Lozoya deberían de mostrar una gama de verdes intensos, como consecuencia de las tormentas que deberían de haber caído durante el verano, y las generosas y abundantes lluvias del comienzo del otoño.

Observamos una mancha de robles abrasada por la sequía y las olas de calor que continúan. Los robles que vemos naranjas, son los que más están sufriendo la sequía, al encontrarse en zonas con poco suelo y acuífero.







En esta situación se encuentra El Arroyo de Santa Ana y la mayoría de los arroyos del valle, que nacen en El Parque Nacional de La Sierra de Guadarrama. Madrid.

Vemos sus cauces secos. También vemos a los sauces, los fresnos y los arbustos que habitan en sus orillas, muy afectados por la sequía que están ejecutando con ingeniería climática.

En esta época del año, todos los arroyos que nacen en las altas montañas de valle, dentro del parque nacional, deberían de estar corriendo con un caudal notable.






En las tres zonas del valle que vemos, observamos las consecuencias de la sequía y las olas de calor que están ejecutando con ingeniería climática.

El aspecto demacrado que presentan los robles, y la situación que están soportando, nunca se había producido en el valle. Vemos manchas de robles en la orilla y en la terraza de un arroyo muy afectadas por la sequía y las olas de calor. También vemos muchos robles sin apenas hojas, como consecuencia del estrés hídrico que están soportando.




Los robles que mantienen las hojas, están apelmazadas, retorcidas por la sequía y las olas de calor que siguen soportando a estas alturas del otoño.




Las hojas son el principal bioindicador de la situación climática y ambiental que están soportando los robles.

Cuando la sequía aprieta y se dan temperaturas por encima de los 38ºC durante diez horas al día, (durante semanas) el proceso de la fotosíntesis se invierte. Los robles dejan de consumir anhídrido carbónico y de exhalar oxígeno. Consumen oxígeno para hidratarse y exhalan anhídrido carbónico.

En consecuencia, dejan de alimentarse, de producir madera de calidad, de producir frutos de calidad, de producir hojas.

Cuando se produce este efecto, como consecuencia de la alteración del tiempo meteorológico, del clima con ingeniería climática, las hojas de los árboles presentan su bordes secos.




Los arbustos, como los espinos blancos (el que vemos en la fotografía), endrinos, rosales silvestres y zarzas, lo están pasando peor que los robles. Presentan un aspecto deshidratado, moribundo.




Este es el aspecto que presentan los espinos blancos. Hojas completamente secas, y frutos sin madurar medio secos.






En estos ambientes "naturales" arrasados por una sequía criminal ejecutada con ingeniería climática, dentro del preparque y El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, tienen que vivir este "otoño" y este invierno la fauna y la ganadería. Sin agua en las fuentes y los arroyos, sin pastos y sin los variados frutos silvestres con los que alimentarse.

Estas son las consecuencias de la gestión criminal premeditada que está ejecutando El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación; El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico; y La Agencia Estatal de Meteorología, en El Parque Nacional de La Sierra de Guadarrama. En la Zona de Especial Protección para las Aves, donde habitan especies únicas en el mundo y en peligro de extinción, como el buitre negro, la cigüeña negra y el águila imperial ibérica. En la zona geográfica donde se localizan los principales embalses que abastecen de agua a Madrid y su zona metropolitana. En una de las zonas ganaderas más importantes de España.


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