Durante los meses de julio, agosto y septiembre, el monte mediterráneo de Madrid soporta un verano extremo. En este periodo de tiempo se produce una sequía feroz, que seca el 99% de los arroyos que transcurren por este fenomenal ecosistema.
Sólo en ciertos lugares, donde existen pequeños acuíferos que se han recargado bien durante las estaciones lluviosas, podemos encontrar pequeñas charcas con agua potable.
Gracias a estos pequeños manantiales que se mantienen durante el verano, la fauna puede habitar la zona todo el año. Algunas especies terminan de criar o pueden criar durante la estación. Cumplen un papel ecológico muy importante en el monte, pues mantienen la vida variada y fluida a lo largo del día y de la estación. Por aquí pasan casi todos los habitantes de la zona; los que han venido a criar y los que van de paso... En la fotografía vemos a un macho de picogordo bebiendo en un manantial.
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