Todas las mañanas, al despuntar el día, varias personas ponen alimento a los pájaros en ciertas zonas de la Casa de Campo, Madrid. En la imagen vemos a un trepador azul alimentándose con las semillas. 11 de septiembre de 2023.
Un bioindicador es una especie de la flora o de la fauna, que habita de forma natural en un ecosistema. El haya y el trepador azul son habitantes característicos de los bosques atlánticos de hoja caediza. La encina y la perdiz roja, son habitantes característicos de los montes mediterráneos esclerófilos. Cada uno indica a que ecosistema pertenece.
Cuando una especie comienza a colonizar el ecosistema próximo, es porque el clima y las situaciones ambientales comienzan a ser muy parecidas a su ecosistema de origen.
En 2004, si queríamos ver un nido de trepador azul, teníamos que ir hasta los montes caducifolios y los pinares bien conservados del Sistema Central. En los últimos diez años varias parejas se han asentado y crían en el encinar de La Casa de Campo, a las puertas de la ciudad de Madrid.
Mirlo común buscando gusanos y lombrices entre las hierbas y las hojas. Casa de Campo, Madrid. 10 de diciembre de 2022.
Las expresiones “cambio climático”, “calentamiento global”, “alteración del clima”, son expresiones que los dirigentes del gobierno; esas supuestas organizaciones ecologistas; y ciertos esbirros bien subvencionados que van ahí adoctrinando al público, pretenden que calen en la sociedad. Son marcas comerciales que forman parte de una burbuja especulativa verde, criminal, global, que viene desde la bolsa de Estados Unidos.
Vamos a hablar del clima de La Península Ibérica. De España, del país donde vivimos realmente. Donde estamos sufriendo las consecuencias de una campaña organizada, criminal, de ingeniería climática.
Los principales climas que tiene La Península Ibérica, el clima mediterráneo, el atlántico, el boreal y el continental, están influenciados por la latitud de La Tierra, los sistemas montañosos, el Mar Mediterráneo, el Océano Atlántico y las borrascas que llegan a través de él.
En los años cincuenta, sesenta y comienzos de los setenta, las nevadas eran normales a lo largo del invierno. A partir de los años setenta se fueron localizando en las montañas. Hoy, la nieve aparece a principios de diciembre y desaparece de las montañas a principios de mayo, como consecuencia de la manipulación del clima que están ejecutando con ingeniería climática.
Agateador común en la entrada del nido, situado en una encina. Dehesa Nueva de San Sebastián de los Reyes. Madrid, 28 de mayo de 2019.
En los últimos 44 años el clima no ha cambiado, como nos quieren hacer ver. Le están alterando y manipulando.
Están ejecutando a diario campañas de ingeniería climática en toda la Península Ibérica. Con productos criminales que fumigan con aviones y drones, para destruir las borrascas que llegan desde el Atlántico, o las tormentas que se forman al final de la primavera, el verano y el comienzo del otoño, que refrescan el ambiente y mantienen vivos los montes.
Admitir esta campaña criminal en España, con el nombre de “cambio climático”, que venden y promocionan a diario el gobierno, las diferentes comunidades autónomas, las supuestas organizaciones ecologistas y todos los medios de información subvencionados por el gobierno, es reconocer cuarenta y cuatro años de manipulación climática con geoingeniería.
Es reconocer que están manipulando y alterando el clima, provocando sequías y olas de calor con temperaturas extremas, por encima de los 48ºC.
En la fotografía queda reflejada la realidad que están viviendo la mayoría de las aves que crían en La Península Ibérica, durante los meses de abril y mayo, como consecuencia de la alteración del clima con ingeniería climática.
Vemos un nido de mirlo común, en el que la madre protege a los dos pollos que todavía sobreviven. Vemos a un pollo que ha muerto por falta de alimento (en el suelo hay otro) como consecuencia del cambio repentino del tiempo, en cuestión de veinticuatro-cuarenta y ocho horas. Monte de Pesadilla. San Sebastián de los Reyes. Madrid, 14 de junio de 2010.
Las aves están capacitadas por evolución para prever los días de lluvia, calor y frío. El final y el inicio de las estaciones. Las modificaciones puntuales de clima que se deciden en la bolsa, en un despacho privado, o en un ministerio de medio ambiente, de agricultura o de interior, no las pueden prever y sufren las consecuencias criminales.
Están ejecutando una estrategia criminal premeditada, planificada y dirigida, que está destruyendo el patrimonio natural, la agricultura, la ganadería, la producción de energía hidroeléctrica, el turismo rural y la salud de las personas, con enfermedades penosas degenerativas o mortales.
En la foto del satélite del día 24 de abril de 2024, podemos ver como actúan para impedir que entre la borrasca desde el Atlántico a la Península.
La imagen es muy explícita y concluyente. Vemos una borrasca que va llegando desde el Atlántico a las costas de Portugal y por el Norte de España. Pero no consigue entrar. Como vemos en la foto del satélite, la están fumigando con aviones y drones desde Portugal, desde las costas de Cádiz y Huelva. Se ven perfectamente las fumigaciones aéreas, las numerosas "rallas blancas" de considerables kilómetros que van hacia la borrasca.
La información está ahí, sólo hay que buscarla, consultarla y contrastarla.
Petirrojo a la entrada del nido, con el pico repleto de insectos. Dehesa de Moncalvillo. San Agustín del Guadalix. Madrid, 4 de mayo de 2011.
Vamos a ver que está pasando con el clima de La Península Ibérica, desde finales de los años setenta hasta la fecha.
Lo que cuenta "el hombre del tiempo" por televisión, por la mañana, al medio día y por la noche, es un guion manipulado que le pasan desde la redacción, para que adoctrine a los ciudadanos, engañe a los agricultores y a los ganaderos. Lo llevan haciendo desde finales de los años setenta.
Adoctrinados por el gobierno, esas supuestas organizaciones ecologistas y algún esbirro con piel de científico, una gran mayoría de los ciudadanos han terminado por asumir inconscientemente, la campaña criminal que lleva por nombre “el cambio climático”.
Una campaña que va dentro de una agenda criminal extranjera, que empezó a desarrollarse en España en los primeros años de la década de los ochenta del pasado siglo. Hoy lleva el nombre de Agenda 2030.
Hembra de zorzal charlo descansando en el nido, después de alimentar a los pollos con lombrices. Dehesa de Moncalvillo. San Agustín del Guadalix, 8 de mayo de 2010.
Según el gobierno y sus esbirros científicos (si es cierto que existen, pues a los ciudadanos nos gustaría saber quienes son) el clima de España está cambiando. Van a seguir las sequías y las olas de calor, desde marzo a noviembre, como en los últimos cuarenta años. Según ellos, España se va a convertir en una sabana africana.
Efectivamente, ese es el camino que llevan, si siguen ejecutando las campañas de ingeniería climática en La Península Ibérica.
Una mentira repetida durante cuarenta y cuatro años, termina rayando la mente de la sociedad.
Cuarenta y cuatro años manipulando y arruinando el clima, adoctrinando a la sociedad los 365 días del año, desde los diferentes medios de comunicación, con la ayuda de las principales supuestas organizaciones ecologistas, terminan convenciendo, engañando, adoctrinando al ciudadano. Haciéndole creer que la manipulación encubierta del clima que están ejecutando con geoingeniería, son las consecuencias de un cambio climático, que se ha originado como consecuencia del abuso de los combustibles fósiles.
Colirrojo real en las inmediaciones de un pajar. Torrelaguna. Madrid, 8 de mayo de 2013.
Lo único que tiene de real esta trama criminal, es la ruina económica que está causando en la agricultura con heladas a destiempo, olas de calor y falta de lluvias.
La ruina económica y la extinción de razas, que está causando en la ganadería.
La despoblación que está causando en los pueblos, como consecuencia de la ruina que está causando en sus principales sectores económicos.
La pérdida de las tradiciones culturales, que han evolucionado y se han mantenido en muchas comarcas, hasta la despoblación de estas.
La ruina que está ocasionado en el sector energético, por falta de agua en los embalses.
La ruina que está causando a la economía familiar y a la hostelería, por el aumento del precio de la energía.
La ruina que está causando a la salud de las personas, como consecuencia de los productos que utilizan para alterar y manipular el clima. Enfermedades como el alzheimer, el cáncer, el párkinson, los ictus, el autismo, la esclerosis, las gripes, las neumonías, las afecciones oculares... se han disparado en los últimos treinta años. Más de la mitad de los españoles ya padece una o más enfermedades crónicas degenerativas.
Tarabilla común observando las inmediaciones del nido. Colmenar Viejo. Madrid, 1 de junio de 2018.
Pero lo más curioso de todo, después de lo que están haciendo creer y padecer a la sociedad, es, que el clima va hacia otro periodo frío más lluvioso.
Vamos a ver que nos dicen una serie de aves, de bioindicadores naturales, que siempre han habitado en los bosques de las montañas del Sistema Central.
Unas aves menudas, especializadas en ciertos nichos ecológicos, que han colonizado los ecosistemas forestales de las llanuras del centro de la península, los parques, los pueblos y las ciudades, donde viven todo el año y crían.
Si es cierto que hay un cambio climático, como están haciendo creer a la sociedad, las especies de aves del sur serían cada vez más abundantes en toda La Península Ibérica. Las que habitan los montes mediterráneos de la campiña, colonizarían los bosques atlánticos y boreales de las montañas. Las especies de las montañas y del norte disminuirían y algunas llegarían a desaparecer.
Ese cambio climático que anuncian todos los días, despilfarrando el dinero de los contribuyentes, sólo existe en los medios de comunicación, no está ocurriendo en la vida real del planeta, de La Península Ibérica.
Está sucediendo todo lo contrario. La tierra, en concordancia con el sol, va hacia un cambio climático natural que ya se ha iniciado, que nos está llevando a periodos más fríos y lluviosos.
Herrerillo capuchino entrando al nido para cebar a los pollos. Dehesa de Moncalvillo. San Agustín del Guadalix. Madrid, 17 de mayo de 2021.
Un ave de clima atlántico o boreal, que vive en un ambiente templado o frío, con periodos lluviosos muy marcados, donde nieva con regularidad, no se adaptaría a vivir en un clima mediterráneo de llanura, si ese clima no estuviera cambiando hacia un periodo más lluvioso y mas frío.
Más cuando está siendo alterado con ingeniería climática, con las consecuencias ambientales que estamos observando. Sequías extremas durante todo el año y olas de calor con temperaturas por encima de los 40ºC durante siete meses.
Las especies que habitan en los bosques de clima atlántico y boreal, sólo pueden colonizar los montes de clima mediterráneo, si las condiciones climáticas ambientales se van pareciendo a sus ecosistemas de origen.
El alcaudón dorsirrojo, habitante típico de los bosques atlánticos del norte de España, ha colonizado en los últimos treinta años, la mayoría de los montes de hoja caediza de las montañas del Sistema Central.
En los años ochenta, la chocha perdiz todavía criaba en algunos montes del Sistema Central. A comienzos de los años noventa abandonó estas zonas de cría, como consecuencia de la alteración del clima con geoingeniería.
La chocha perdiz ya no puede criar en estas montañas, porque no puede alimentar a sus crías con su principal alimento, las lombrices y los caracoles. Unos invertebrados que sólo se desarrollan bien y abundan, en climas lluviosos con precipitaciones regulares, que mantienen húmeda y esponjosa la tierra.
La chocha perdiz es un bioindicador, que nos está indicando que el clima está siendo manipulado. El clima no cambia en diez-veinte-treinta o cuarenta años, sino están incidiendo en el todos los días.
Trepador azul en la entrada de su nido, con cebo en el pico. Dehesa de Moncalvillo. San Agustín del Guadalix. Madrid, 2 de junio de 2016.
Si los trepadores azules, los herrerillos capuchinos, los petirrojos, los papamoscas grises, los agateadores comunes, los mirlos comunes, los zorzales charlos y comunes, los arrendajos, las tarabillas comunes y los colirrojos tizones, habitantes los bosques atlánticos, de los pinares silvestres boreales y de los cantiles rocosos de las montañas del Sistema Central, han colonizado las campiñas mediterráneas del centro de España, es porque se ha iniciado un cambio climático natural, en el que las temperaturas medias naturales están bajando progresivamente y se están incrementando las precipitaciones.
Sólo hay que ver las medias nocturnas, que son los periodos del día donde menos afecta la manipulación climática con geoingeniería. O las numerosas tormentas que se levantan durante el verano, que no precipitan en su mayoría por esta manipulación.
Vamos hacia un periodo frío y lluvioso. Las temperaturas nocturnas, las continuas borrascas que llegan desde el atlántico (que destruyen con geoingeniería antes de que entre en la península, o en su interior) y los pájaros de las montañas que han colonizado la meseta, lo manifiestan desde hace unos veinte años.
Papamoscas gris localizado en un posadero de caza. Ribera media del Río Jarama. San Sebastián de los Reyes. Madrid, 15 de mayo de 2019.
Son bioindicadores naturales irrefutables, que no se pueden negar, que se van hacer más notables progresivamente cada año, por muchas campañas de engaño y adoctrinamiento que hagan y por mucha geoingeniería criminal que ejecuten.
El gobierno está despilfarrando el dinero que recauda de los impuestos de los ciudadanos, en cientos de chiringuitos que gestionan una serie de arribistas, caraduras, timadores y mangantes, que viven de la sopa boba. Que no aportan nada al país y a la sociedad. Son cómplices del plan que el gobierno está ejecutando para arruinar a un país que se llama España y a las personas que viven el.
En treinta o cuarenta años, sólo se producen cambios climáticos en las películas de ciencia ficción. En el mundo real, los cambios climáticos naturales no los perciben las personas, porque se producen en siglos, en miles de años.