jueves, 11 de septiembre de 2014

LA CAZA ILEGAL DE AVES INSECTÍVORAS.


Durante el final del verano y el comienzo del otoño, pasan o entran a invernar en La Península Ibérica, millones de aves insectívoras procedentes de Europa. En esta época del año son cazados ilegalmente, más de cinco millones de pájaros insectívoros, con métodos tradicionales como las ballestas o las escopetas de aire comprimido.
Estos pequeños pájaros son el insecticida natural de las masas forestales y de los prados alpinos. Ellos se encargan de controlar de forma natural las plagas de insectos.




El alcaudón común es uno de los pájaros que sufre esta caza. De no ser por ella, sería más abundante en los montes y las vegas.




Cuando el verano va a terminar, la zarzas de arroyos y ríos ofrecen abundantes moras maduras. Esta abundancia de frutos atrae a muchas especies de aves insectívoras, que complementan su alimentación durante el paso.




Las riberas arboladas de arroyos y ríos, son ahora las carreteras por las que pasan las aves insectívoras en su viaje migratorio hacia África, o entran a invernar en toda La Península Ibérica.




Cada pájaro tiene su territorio y su nicho ecológico en la emigración. Viajan todos por los mismos lugares, pero manteniendo el orden y las distancias, de esta forma no compiten por el alimento.
El colirrojo real está especializado en la captura de pequeños insectos en el suelo del bosque, y prefiere las zonas "cerradas".




Esta imagen, callada y oculta, se viene repitiendo en la Península Ibérica durante varios siglos, en los meses de septiembre y octubre. Una imagen patética, triste... de una hembra de colirrojo real, que se ve atraída por una ballesta cebada con una hormiga de ala. Una imagen con la que hay que acabar.




Los sotos y riberas bien conservados, poblados por grandes álamos negros y blancos, son el hábitat ideal de muchas especies durante su emigración... En la fotografía vemos una zona de la ribera del Río Jarama, cubierta de chopos negros.




En las pequeñas ramas secas que sobresalen de los árboles, encuentran el posadero ideal los papamoscas. Desde aquí observan el vuelo de los pequeños insectos, principalmente moscas, desde donde se lanzan para cazarlas.
El papamoscas gris tiene una forma muy particular de capturar los insectos voladores; se posa en una rama, y cuando ve un insecto volador por el aire, se lanza en su captura y vuelve a la misma rama.




A finales de septiembre el otoño se empieza a notar en la ribera del río... Los verdes oscuros intensos, se empiezan a tornar en verdes claros, amarillos y ocres.




Sobre la rama caída de un chopo, se posa un papamoscas cerrojillo, vestido con el plumaje de invierno.




las lindes de los arroyos y los ríos, son el coto de caza ilegal de miles de personajes dañinos, que van a matar a millones de pequeños pájaros insectívoros nacidos en toda Europa. Pájaros alegres, cantores, de elegantes colores, que limpian los bosques de insectos perjudiciales y mantienen controladas las plagas. En la fotografía vemos a un papamoscas cerrojillo, entrando a una ballesta cebada con hormiga de ala...




Atraída por el insecto, inmediatamente va a capturarle...




Pero falla la trampa. Afortunadamente en esta ocasión y en muchas, la ballesta no captura. El pequeño pájaro ha cogido la hormiga y ha salvado la vida. Tiene otra oportunidad...




Para este papamoscas cerrojillo no habrá una segunda oportunidad. Aquí ha terminado su viaje migratorio para siempre.




Esta imagen, si no la frenamos a tiempo, se va a repetir varios millones veces otro año más. Otra imagen patética, de otro tiempo, en el que los pájaros eran muchísimo más abundantes, y el mundo rural necesitaba todos los recursos para vivir. Ahora, esto se hace por placer.




Los chopos y sauces de la ribera van cogiendo los colores del otoño. El suelo se ha vuelto a cubrir de verde por las continuas lluvias. A lo largo del mes de octubre, terminan de pasar o instalarse en la península todos los pájaros insectívoros.




En los montes y riberas arboladas, se encuentran invernando mirlos, zorzales, petirrojos, ruiseñores bastardos, alcaudones reales, totovías... Un enorme número de aves insectívoras, la mayoría procedentes del centro y norte de Europa, que va a ser diezmado por las ballestas cebadas con hormiga de ala. En la fotografía vemos a un elegante petirrojo, posiblemente venido de las Islas Británicas.




Entrado noviembre, los frutos del majuelo ya están maduros. Cuelgan de los espinos como pequeñas manazas. Sus frutos van a ser un complemento alimenticio muy importante, para todos los animales que habitan los montes y las riberas.

NOTA: Las fotografías en las que aparecen trampas y aves muertas, forman parte de una campaña que se realizó en los años ochenta, contra la caza ilegal de aves insectívoras.


8 comentarios:

  1. Preciosas imágenes y una entrada realmente interesante que debería llegar a mucha gente. Un saludo.

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    1. Hola Eduardo, esperemos que el artículo llegue... Gracias por tus comentarios y tu interés. Un cordial saludo.

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  2. gran entrada amigo! ya te iba a preguntar que que le paso a esa pobre hembra de colirrojo real, creo que en mi pueblo eso no lo hacen pero como vea una trampa de esas la cogere y me la llevare para que no se quite la vida de estas aves tan bonitas y viajeras como el cerrojillo uno de mis passeriformes favoritos
    saludos!

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    1. Hola Marcos, creo que falló la trampa... La ballesta, junto con otras, fueron entregadas en el cuartel de la guardia civil. Gracias por tus comentarios y tu interés. Un cordial saludo.

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  3. a por cierto muchos mueren por los coches que claro llegan tarde y van muy deprisa en sitios donde las aves pasan muy a menudo y lo digo porque lo he visto, una vez vi como un cerrojillo moria en la carretera despues de un golde de un coche..................saludos

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    1. Hola Marcos, estamos hablando de pequeños pajarillos, que la mayoría de ellos hacen una emigración desde el Norte de Europa hasta África tropical; y luego vuelven. Tienen que enfrentarse a los insecticidas, carreteras, cambios climáticos repentinos, pasos naturales... Muchos de ellos van a dejar su vida a la ida y otros a la vuelta... Demasiada tragedia y persecución para unos pájaros tan pequeños... Gracias por tu interesante comentario. Un cordial saludo.

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  4. Una de las primeras normativas de protección de aves en el Estado iba precisamente dirigida a estas aves, en 1896. Y también fueron estas aves las primeras en estar presentes en los "planes de educación ambiental" de los escolares, en especial de la mano de la ILE con Giner de los Ríos, de eso hace más de 130 años.
    Hasta épocas muy recientes su caza formaba parte del mundo rural y no en pocas ocasiones era el primer paso de muchos naturalistas. También tenemos libros, no muy lejanos en el tiempo, que describen recetas de "pajarillos fritos" cazados mediante costillas. Tiempos pasados en los que, pese a esa barbaridad, existía un código ético: a nadie se le ocurría cazar (pese al nada selectivo método del cepo) una golondrina, un petirrojo, un jilguero... eran sagrados.
    Afortunadamente, creo, esto ha cambiado radicalmente. Básicamente era la chavalería con algunos mayores quienes practicaban esta actividad, pero hoy día de todas las tropelias que se realizan a la Naturaleza esta ha descendido muchísimo, y los crios, eso y los crios ¿les véis por el campo?. Prueba de ello es ¿cuantas costillas, cepos, lazos, etc. vemos colocados para estas aves?. Con todos los medios de difusión (blogs, foros, etc.) no vemos fotos ni comentarios, y no será por no fijarnos quienes salimos a medio natural.
    También puede ocurrir que esto vaya "por barrios" y en otros la situación sea realmente preocupante como el veneno, pero esa es otra historia.

    Agradecer al titular de este blog una entrada como la presente al recordanos que este no es un tema menor.

    Un saludo.

    Alberto.


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    1. Hola Alberto, veo que conoces bastante bien el tema, pues has hecho un importante resumen de la situación. Afortunadamente, hoy día este tipo de "artes" está muy perseguido y castigado... Pero todos los años, por estas fechas, se ven las camas de las ballestas en muchas lindes del monte, y vegas de ríos y arroyos... Ahora, si no se cazan más pájaros, es porque su población ha bajado mucho... Gracias por tus interesantes comentarios y tu interés. Un cordial saludo.

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