lunes, 28 de julio de 2014

EL PARQUE DEL RETIRO.


El parque del Retiro se localiza en el centro de la ciudad de Madrid. Con una extensión de 125 hectáreas, reúne unas condiciones medioambientales muy importantes, debido a la cantidad y diversidad de árboles que le pueblan, donde habita una avifauna variada. Es uno de los pulmones verdes que depura el aire contaminado y refresca el ambiente del centro. Por otra parte, es una zona muy transitada por los ciudadanos y turistas que visitan la ciudad.
Vamos a ver como es El Retiro, durante las primeras horas de la mañana de un día de finales de julio...




El día comienza... Madrid se mueve... Una mujer pasa junto a la puerta principal, localizada en la calle de Alcalá.




Entrando al parque, una urraca pasa entre las ramas de un cedro...




Las aguas del Estanque Grande reflejan las primeras luces del día... Es uno de los puntos más visitados.




Por uno de los caminos del parque, próximo a la valla, varias personas hacen deporte...




En las ramas de un sauce canta un verderón común. Este pájaro se ha hecho muy común en los parques de Madrid.




La variedad de árboles y arbustos exóticos y autóctonos es muy amplia... En primer plano vemos a un castaño de indias.




A estas horas encontramos a los mirlos buscando lombrices y gusanos, en los suelos húmedos de las praderas...




Los rayos del sol se van metiendo entre los árboles y los caminos del parque...




En uno de sus caminos, un joven pito real captura hormigas...




A lo largo del parque, podemos observar zonas donde la densidad y variedad del arbolado varía y se alterna con las praderas de césped...




En los numerosos agujeros naturales de los árboles, crían varias especies de pájaros. El herrerillo común es uno de ellos.




Dentro del parque hay numerosas construcciones históricas... El Palacio de Cristal se construyó en 1887, para la Exposición de Las Islas Filipinas.




Un jilguero se acerca a la orilla de un pequeño lago. Observa el panorama y después se lanza a la orilla para beber.




Paseando por uno de sus caminos llego a una zona umbría, donde los grandes árboles caducifolios apenas dejan entrar la luz...




En una pequeña "fuente natural", un macho de picogordo bebe y se refresca...




Rodeado de rosales, observo el monumento dedicado a Benito Pérez Galdós. El escritor y cronista que mejor supo contar como vivía Madrid, de mediados del XIX a principios del XX.




El bronce y la piedra se hacen monumentos que perduran en el tiempo... Una paloma torcaz descansa unos instantes sobre la cabeza de la enorme tortuga.
La mañana todo lo ilumina... Ahora muchas personas transitan por el parque, buscando lo que no encuentran por las calles...


No hay comentarios:

Publicar un comentario