El Parque del Oeste, con un extensión de unas 100 hectáreas, se construyó y se plantó en la primera década del siglo pasado, siendo alcalde Alberto Aguilera. En la actualidad es uno de los grandes parques importantes con los que cuenta Madrid. Un imprescindible pulmón verde, que da oxígeno y limpia el aire de la ciudad; donde sus habitantes se recrean y encuentran la tranquilidad entre los grandes árboles...
La mañana soleada de mediados de noviembre, nos sorprende paseando por uno de sus caminos. La temperatura es templada y húmeda. Muy agradable.
Uno de sus carteles expositores, colocado hace bastante tiempo, muestra algunas de las variadas aves que habitan en el parque...
Mientras observo el cartel, pasan por los árboles cercanos una familia de mitos, formada por los padres y los seis pollos nacidos la primavera pasada.
La luz cálida del otoño se refleja en la bruma de la mañana... En los variados tonos que ofrecen las hierbas y los árboles.
Un petirrojo, nacido posiblemente en el parque, ó venido del centro de Europa, busca pequeños insectos y semillas en el suelo húmedo...
Dentro del parque existen varios monumentos artísticos y estatuas de personas ilustres. En esta ocasión, nos paramos delante de una estatua anónima, dedicada al maestro...
Las zonas verdes urbanas, aportan muchos beneficios saludables y ambientales. Aquí, los ciudadanos desconectan de sus preocupaciones, el estrés desaparece; se recrean y hacen ejercicio; el aire es más saludable que al otro lado de la calle y se respira mejor; no existe la superpoblación de las calles, se puede pasear con tranquilidad, sin prisas... Una serie de beneficios muy importantes y considerables.
A lo largo del año, podemos ver a cuatro de los siete pájaros carpinteros que habitan en La Península. Al torcecuello y al pico menor, sólo los veremos en las épocas de paso, de primavera y otoño. Al pito real y al pico picapinos, como el que aparece en la fotografía, con un poco de atención y oído, los veremos todo el año.
La guerra civil de 1936 también pasó por aquí... Algunos bunkers se conservan, como monumentos al recuerdo de una guerra que no tenía que haber sucedido.
Dentro de la variedad de los grandes árboles que podemos contemplar, hay varios ejemplares de secuoya gigante.
Originaria de Sudamérica, la cotorra verde se ha hecho muy abundante en el parque. Esta ave se ha aclimatado muy bien en los parques, donde encuentra árboles para hacer sus grandes nidos, alimento y carece de enemigos naturales.
En las ramas altas de un cedro, vemos el enorme nido que han construido varias parejas de cotorras verdes.
Ahora, nos detenemos un instante cerca del pequeño río artificial. Un importante curso de agua, de unos seiscientos metros de longitud, al que acuden todos los pájaros de la zona para beber y bañarse.
Posada en una rama seca, vemos como bebe una de las numerosas palomas torcaces que invernan en el parque...
Las hojas de los diferentes árboles, van formando pequeños mosaicos de tonos y formas...
La luz cálida y limpia que se percibe esta maña, después de varios días de lluvia, se refleja, entra, contrasta con los árboles y arbustos, con sus formas, colores, claroscuros... Una luz y una situación única en el tiempo, que nunca más se volverá a repetir.
El jilguero se da cuenta de mi presencia... Le llaman la atención los clips que hace la cámara fotográfica.
Los tonos naranjas del haya, contrastan con los variados tonos de los árboles y arbustos que la rodean.
Ahora, los madroños están cargados de abundantes frutos, que van a ir madurando a lo largo del otoño...
Una mariposa chupaleches (Iphiclides podalirius) se posa sobre las flores de un madroño, para libar su néctar y polinizarlas. Al año que viene, por estas fechas, serán frutos.
Las empinadas laderas que conforman la terraza natural del Río Manzanares, están pobladas por grandes pinos piñoneros.
En La Rosaleda, donde se cultivan rosales de todo el mundo, todavía podemos ver algunos con flores.
En esta zona no faltan los mirlos comunes. En la imagen vemos a un macho con el pico manchado de tierra... Está buscando lombrices.
Ciertas modas destructivas, afortunadamente pasaron a la historia hace tiempo, pero las huellas y el daño permanecerán hasta la muerte del árbol. Muchas veces, sin ser conscientes, la ignorancia hace mucho daño...
El día está siendo muy agradable para las fechas del año... Si nos fijamos un poco en todas las fotografías, veremos que los árboles y arbustos caducifolios, van atrasados con el ciclo del año... Son las consecuencias de la alteración del clima.
Un grupo de grajillas recorre una zona poco transitada por la gente... Buscan semillas e insectos con los que alimentarse.
La orografía del terreno, el pequeño río artificial y las especies forestales que habitan en la zona, crean un ambiente, un microclima, que hacen posible que se asienten otras especies forestales, y que aparezcan nuevas especies de pájaros...
Un pequeño grupo de herrerillos y carboneros comunes, reyezuelos y mitos, pasa por los árboles y arbustos de la orilla buscando alimento... En la imagen vemos a un herrerillo común.
En un álamo blanco, donde hace unos años que se le cortó una rama, ha brotado un cogollo de setas de chopo, de la variedad (Meripilus giganteus).
La importancia de estos imprescindibles espacios naturales urbanos, la damos los ciudadanos con su uso respetuoso diario...
Una urraca escarba entre las astillas con sus patas y pico... Busca insectos y semillas.
Sin movernos de la ciudad, aquí podemos sentir y vivir el flujo de las estaciones... A través de los cambios que vemos, el clima que sentimos, los sonidos naturales que escuchamos y las flores de temporada que olemos.
En un charco producido por las lluvias, vemos a un verderón común bebiendo. Este pájaro de melodioso canto, es más abundante en el parque en primavera y en verano.
La luz de la tarde, se refleja en los variados y grandes árboles del parque, que casi tapan a los altos edificios de la ciudad...
La fuente, el agua, dan otro ambiente a esta zona... Durante el rato que he estado haciendo la fotografía, han entrado varias palomas torcaces y gorriones molineros a beber...
También se ha tirado al agua este confiado y resabiado ánade real, que no termina de fiarse...
Con esta fotografía... en la que vemos a una joven repasando los apuntes de la universidad... nos vamos de este maravilloso mundo forestal urbano.