En la cabecera del Río Tiétar, lindando con la provincia de Ávila, se localizan importantes manchas de castaños acompañadas por robles melojos, fresnos y pinos resineros. Hoy vamos a caminar por algunas de ellas...
Son las 7,10 de la mañana. El día viene soleado y con nubes. En este valle la estabilidad en la atmósfera dura poco a lo largo del día... La ladera de la montaña está cubierta por pinos, fresnos y castaños en el piso inferior; castaños en la zona media; y robles, castaños y algunos pinos, en las zonas altas.
Las hojas nuevas de los castaños, de verdes claros y amarillos, producen un claroscuro que causa sensación. Es muy agradable andar por estos bosques durante las primeras horas de la mañana.
Un herrerillo común va registrando las ramas y las cortezas de los árboles. Busca pequeños insectos para alimentar a sus pequeños pollos, que han nacido hace unos días. ¡Hasta catorce pollos he llegado a ver en algunos nidos de este pequeño pájaro!
Estamos en una de las zonas que más llueve en Madrid, con un clima muy templado y húmedo. Por estos motivos se desarrollan aquí estos bosques.
A lo largo de los últimos dos mil años, estos importantes bosques se fueron modelando a través de la mano del hombre. Se fue creando una cultura con el castaño, sus productos, el fomento del árbol y su cuidado.
Una hembra de pico picapinos recorre el tronco abatido de un fresno. Busca insectos en el interior de la madera. Los pájaros carpinteros ayudan al bosque en el control de las plagas de insectos xilófagos, y a la descomposición e integración de la madera en el suelo.
En los últimos veinte años, la producción comercial de estos castañares ha cesado. Ahora son montes y árboles protegidos por la ley, dirigidos hacia su recuperación natural. Gracias a esta protección las manchas se están recuperando bastante bien. Van ocupando los espacios perdidos, y van apareciendo otras especies forestales, que desaparecieron de los castañares hace mucho tiempo.
En las décadas de los setenta y ochenta, se produjeron varios incendios forestales intencionados. En ellos acabaron para siempre muchos castaños milenarios, con troncos descomunales. En la imagen vemos los restos de uno de ellos... A pesar del daño sufrido, rebrotó de cepa, y una parte de él aún se mantiene viva.
Por un pequeño claro pasa una jabalina con cuatro crías muy crecidas. Con sus hocicos van arando y removiendo el suelo del monte, en busca de insectos, raíces, tubérculos y las últimas castañas sanas del otoño pasado.
En las zonas más húmedas y soleadas del monte, florecen las elegantes peonías. Detrás de ellas vienen emergiendo los verdes helechos.
El macho de tarabilla común marca su territorio desde la zona alta de una zarza. Cerca se encuentra la hembra, incubando los huevos en el nido.
Ciertas zonas de las laderas, debido a su orientación y el tipo de suelo, no se vieron afectadas por los incendios. Gracias a las circunstancias, se salvaron de las llamas importantes castaños, como el de la fotografía, con un tronco que pasa de los diez metros de perímetro.
A lo largo de la mañana, escucho el canto de las diferentes aves que habitan aquí durante todo el año, como el trepador azul, el carbonero común y garrapinos, el herrerillo común y capuchino, el jilguero, el verderón común, el pinzón común, el estornino pinto, los pájaros carpinteros... Y de los que han pasado el invierno en África, y ahora han vuelto donde nacieron, como las oropéndolas, los papamoscas grises y cerrojillos, algunas currucas, abejarucos, abubillas...
El trepador azul es un pájaro típico de los bosques atlánticos. En estos bosques de castaños permanece todo el año, pues en ellos encuentra insectos, larvas y huevos en todas las estaciones; y castañas durante el otoño y el invierno, que le garantizan el alimento en los días difíciles del año.
Caminando por esta zona del valle, pasa delante de mi una pareja de corzos a toda carrera... Están de bodas.
Debido a los abundantes recursos forestales, los corzos y los ciervos no faltan en estas manchas.
Debido a los abundantes recursos forestales, los corzos y los ciervos no faltan en estas manchas.
Si observamos el paisaje, vemos un trozo de monte poblado por castaños jóvenes, de unos 20-25 años. También vemos a un enorme ejemplar, con un tronco de unos doce metros de perímetro en su base. Vemos un castaño maduro, mutilado, que ha perdido los enormes brazos que le hacían grande en el bosque. Un castaño que ha sufrido un incendio forestal intencionado, que le ha dejado en esta situación para siempre, pero que sigue viviendo, y a pesar de su aspecto. Sigue engrandeciendo el bosque y mostrando en su cuerpo lo que jamás se debe de hacer.
Un escribano soteño macho, se acerca al manantial para beber. Otro pequeño duende del bosque, que pasa desapercibido donde vive. Es más fácil oírle que verle.
La luz de la tarde, también tiene su encanto en el interior del bosque. Ahora todas las especies diurnas vuelven a transitar por él, en busca de recursos para alimentarse y alimentar a sus crías. Los pájaros vuelven a marcar sus territorios con sus cantos...
Sentado en el tocón de un castaño, de unos once metros de perímetro, observo los pequeños árboles que pueblan ahora el bosque...
En los años sesenta pasó por aquí el tren, en un viaje de ida... Cientos de castaños, con troncos de diez, dieciséis, y más metros de perímetro en la base de sus troncos, se cortaron para hacer traviesas para el ferrocarril. A finales de los setenta, esas traviesas se hacían de hormigón y de acero, a muy bajo coste.
En los años sesenta pasó por aquí el tren, en un viaje de ida... Cientos de castaños, con troncos de diez, dieciséis, y más metros de perímetro en la base de sus troncos, se cortaron para hacer traviesas para el ferrocarril. A finales de los setenta, esas traviesas se hacían de hormigón y de acero, a muy bajo coste.
Posado en la rama alta de un aliso, el cárabo parece que se está espabilando. La noche está cerca y pronto volverá a recorrer el bosque, a la caza de roedores y de pájaros, con los que alimentarse y alimentar a sus pollos.
Mañana volverá a amanecer... De forma diferente y con otros acontecimientos.
Mañana volverá a amanecer... De forma diferente y con otros acontecimientos.