El ciervo volante es el insecto más grande de Europa. Con un tamaño de hasta ocho centímetros los machos y cinco las hembras. En la Comunidad de Madrid, habita en los robledales donde el huso de insecticidas no ha sido abusivo.
Desde que nace hasta que se hace adulto, pasa de cuatro a cinco años en el interior de un tronco o tocón, alimentándose de madera carcomida.
En las últimas décadas su población está descendiendo, como consecuencia del cambio climático, la absurda política forestal de retirar los árboles caídos en los montes, y la eliminación progresiva de los árboles centenarios.
Está protegido por la ley a nivel mundial. En el catálogo de fauna amenazada de la Comunidad de Madrid, está catalogado como vulnerable.
El sol ya se ha ocultado detrás de las montañas... Las últimas luces del día se escapan a través de los grandes robles de la dehesa... Ahora los seres vivos de la noche comenzarán a dar vida a este maravilloso escenario...
Entre las hojas de un roble melojo descubro a un macho, que ya ha iniciado sus correrías en busca de hembras para aparearse. La vida de este sensacional coleóptero es efímera; se transforma en adulto en otoño, pero inverna y no sale al exterior hasta el comienzo del verano, viviendo tan sólo de quince días o dos meses.
Las hembras de ciervo volante son muy difíciles de ver, pues se mueven menos y son más escasas. Los adultos se alimentan de sabia obtenida en los tallos jóvenes de los robles...