google-site-verification=W4JiPUkp_G2kZZVS-o62liN40WEVgPWgCCloRv-xIdc la luz del monte

lunes, 6 de abril de 2015

EL RISCO DE LAS CUEVAS DE PERALES DE TAJUÑA.


En La Comunidad de Madrid existen varios asentamientos prehistóricos, donde habitaron los primeros pobladores del centro de la península. Hoy vamos a hacer un recorrido por uno que se localiza en los cortados de yeso que caen a la vega del Río Tajuña, dentro del término municipal de Perales de Tajuña.




El Río Tajuña transcurre en la mayoría de sus tramos cerca de grandes cortados de yeso. En este valle se han asentado varias civilizaciones a lo largo de la historia, que han transformado considerablemente el hábitat y el paisaje.




Cerca del río, observo a dos corzas pastando la verde hierba de un erial. Al verme, desaparecen entre los álamos del río.




En algunos tramos del río hay pequeñas manchas de álamos y sauces, donde también crecen zarzas, espinos blancos y saucos. En estas pequeñas manchas habita la fauna de la zona.




Desde el río vemos uno de los asentamientos que hay en la zona. Es de origen carpetano, aunque se han encontrado restos más antiguos, que demuestran que el hombre ya habitó por aquí anteriormente.




Subiendo por la ladera hacia las casas-cuevas, podemos ver la naturaleza del terreno, donde apenas hay vegetación y pasto...




En estos cortados semidesérticos habita una avifauna muy característica, compuesta por pájaros de vistosos colores y llamativos cantos, como el roquero azul, el roquero solitario, la collalba negra, el avión roquero, la golondrina dáurica... En la fotografía vemos a un ejemplar macho de colirrojo tizón.




Cada casa-cueva está construida con una forma diferente. No hay dos iguales. Esta tiene una columna en el centro de la habitación.




El influjo que han tenido las civilizaciones que se han asentado aquí a lo largo de la historia, ha sido muy duradero, persistente y agresivo, cambiando el ecosistema y el clima de la zona. Ha pasado de ser un ecosistema mediterráneo, compuesto por pinos carrascos, encinas, quejigos y coscojas, a ser un ecosistema subdesértico, poblado principalmente de espartos, tomillos, romeros... con coscojas, encinas y pinos carrascos dispersos.




El mamífero más abundante en estos cerros, pequeños valles y la vega, es el conejo de monte. Alrededor de él vive una comunidad de pequeños carnívoros muy interesante, como es el zorro, el tejón, la garduña, la gineta y la comadreja.




Sobre los suelos de yesos, cubiertos por líquenes, con las lluvias de la primavera florecen herbáceas con flores muy llamativas.




Recubiertas por musgos y líquenes diversos, se muestran las grandes rocas de yeso. En muchas se pueden ver curiosas formas de cristales de yeso.




En otra zona de los riscos se localiza otro asentamiento, datado en la misma época que el anterior. En la imagen podemos ver como la erosión ha hecho desaparecer algunas casas-cuevas, o parte de ellas.




La mayoría de estas viviendas están construidas a varios metros de suelo, por lo que se entiende que para llegar a ellas, tenían que subir por escaleras de cuerdas.




Mientras subo por la ladera hacia una de las viviendas, observo a un macho del roquero solitario. Está marcando su territorio con el canto.




Dentro de la vivienda, la temperatura es fresca en verano y cálida en invierno... Desde ellas observaban perfectamente todo lo que ocurría en el valle... Dos mil años después, la situación ambiental del valle del Tajuña ha cambiado mucho... Sus riberas se talaron hace siglos, para convertirse en una de las huertas más importante y próspera de Madrid.




El Río Tajuña está regulado por un complejo de acequias y canales, para el riego de las huertas que hay en su vega. En sus orillas crece un estrecho bosque de galería.




En estas zonas no faltan las grajillas. Son córvidos que tienen una alimentación variada a lo largo del año. Crían en colonias, generalmente en los agujeros de los riscos.




De estos riscos y colinas yesíferas, han salido muchísimas toneladas de yeso para la construcción. Para su elaboración se han quemado muchas toneladas de leña de encinas, quejigos, pinos y coscojas.
Han sido dos mil años muy intensos, que han hipotecado el paisaje y el clima de la zona para un futuro largo...




Donde el suelo y el microclima lo permiten, podemos ver grandes matas de coscoja, que muy lentamente se van recuperando y van colonizando algunas zonas. Van venciendo a un clima que ya no les es favorable, y colonizando un suelo que ya apenas existe, pues la erosión se lo llevó hace mucho tiempo.




Desde la entrada de una cueva, por la que ha pasado el hombre en varias etapas de su evolución, observo los riscos y el valle del Río Tajuña... Y pienso como sería la zona, cuando se asentaron aquí las primeras civilizaciones "modernas", hace unos cuatro mil años...


lunes, 30 de marzo de 2015

EL AZOR.





El azor es una rapaz forestal que sólo habita en los montes bien conservados, donde la fauna es variada en especies y no es escasa.


lunes, 23 de marzo de 2015

LAS VACAS BRAVAS.


Hoy vamos a dar un paseo por varias ganaderías del centro de Madrid. Vamos a ver como son las vacas bravas y donde viven durante la primavera.




Un grupo de vacas de casta vistahermosa, estirpe murube-contreras, se reune en un claro del monte con sus becerros, para calentarse con los últimos rayos del sol del día. Pronto caerá la noche y bajarán las temperaturas.




La mañana de primavera llega con nubes y con sol. La dehesa, cubierta de encinas, enebros y el verde pasto, está repleta de vida. Es un ecosistema ideal para todos sus habitantes.




Un grupo de vacas de pelos encendidos, se reune en un claro soleado de la dehesa, para tomar el sol y pacer el verde pasto. Muchas de ellas van en compañía de los becerros que han parido hace unos días.




Un ratonero macho pasa maullando por el cielo de la dehesa. En estos días, junto con su pareja, está reconstruyendo o construyendo un nuevo nido...




Bajo las copas de las encinas, la novilla de tres años de estirpe murube-contreras, cuida y protege al becerro nacido hace unos días.
Cada casta y estirpe tienen una constitución morfológica característica, por lo tanto son diferentes. También tienen un comportamiento y un temperamento distinto donde habitan.




El invierno no ha sido muy generoso en lluvias, ni siquiera regular. Los fresnos y arces menores que acompañan al arroyo, se van cubriendo de hojas...




Cada mañana, más o menos a la misma hora, los vaqueros proporcionan pienso y paja a las vacas. De paso, observan si están todos los ejemplares, en que condiciones, el número de becerros que han nacido... Todos los días pasa algo, y hay que verlo.




Colgado en un chaparro, "descansa" el cráneo de una novilla. Esta, por alguna circunstancia, se quedó en el camino.
La edad media de una vaca brava aprobada con nota alta, es de unos 12 años. Unas, por circunstancias, apenas pasan de los dos años, otras con mejores circunstancias, mueren de viejas en la dehesa con 19 años.




La vaca de pelo cárdeno y astifina cornamenta, de casta vistahermosa, estirpe santa coloma-buendía, observa lo que hacen las otras vacas. El becerro, de unos ocho meses de edad, te observa detenidamente.




A media mañana, en un manantial donde abrevan las vacas, observo a un gazapo bebiendo. Después se pierde entre el monte bajo de encinas y jaras.




En otra finca cercana, se crían vacas de casta vistahermosa, estirpe parladé-gamero-cívico. Vacas de grandes hechuras (dentro de la casta), con espectaculares cornamentas. Junto a una de ellas, vemos a su becerro de pelo colorado, nacido hace unos días.




En las zonas donde los suelos son fértiles, húmedos y da bien el sol, crecen pequeñas orquídeas de diferentes especies, como esta orquídea abejera amarilla (Ophrys lutea).




En un prado observo a vacas de varias edades. Junto a ellas se encuentran los pequeños becerros nacidos en el día y hace unas semanas.
Las vacas bravas se adaptan muy bien al ecosistema donde habitan. Saben aprovechar todos los recursos naturales que les proporcionan las estaciones, pues su cuerpo y su metabolismo está evolucionado para ello.




En estas zonas son comunes los pájaros de los espacios abiertos, como las cogujadas, las totovías y las tarabillas. En la fotografía vemos una cogujada montesina sobre una mata de encina.




Las vacas bravas se crían libres en los montes y las dehesas como una especie más. Sólo están controladas por el ganadero en ciertos aspectos, como es el complemento alimenticio, el saneamiento y la mudanza de los pastos, entre otros.




El mantenimiento de la ganadería brava en muchas zonas geográficas de La Península Ibérica, han configurado un paisaje forestal típico muy considerable, donde habitan multitud de especies de la fauna y la flora.




Uno de los rasgos morfológicos más característicos de las vacas bravas, es su cornamenta. Tienen los cuernos grandes y generalmente asimétricos, con los pitones muy finos.
Con la mirada de esta vaca, de la antigua ganadería de Aleas, salgo de la dehesa brava, pensando como estará dentro de un mes... Ya volveremos...


lunes, 16 de marzo de 2015

LA DEHESA DE LA VILLA.


La Dehesa de La Villa forma parte de una serie de espacios naturales históricos de la ciudad de Madrid. Está asentada sobre arenas, a unos 700 sobre el nivel del mar. Es un espacio natural que ha soportado los cambios históricos de Madrid, perdiendo el 80% de su superficie, en favor del crecimiento de la ciudad.
Vamos a dar un paseo por ella, y vamos a ver como es y en que estado se encuentra...




Saliendo por una de las calles de la ciudad, nos encontramos con este interesante pulmón verde...




La Dehesa de La Villa, conocida históricamente en los tratados de montería como la Dehesa de Amaniel, formaba parte de una mancha mediterránea extensa, localizada entre la Casa de Campo y el Monte de El Pardo. Estaba cubierta por encinas, alcornoques y quejigos.




En las zonas ajardinadas, donde se riega regularmente para que el verde permanezca todo el año, el mirlo común encuentra su hábitat ideal. Aquí no le faltan lombrices y gusanos durante todo el año. Las temperaturas no son tan frías como en el monte, y no le faltan árboles y arbustos donde hacer su nido.




En los últimos veinte años, los vecinos de la zona vienen realizando siembras con bellotas y plantones de encinas, alcornoques y otras especies mediterráneas. Con el paso del tiempo, estas especies van recolonizando la zona y se van haciendo notorias.




Entre 1614 y 1616, se construyeron en la dehesa algunas de las minas o viajes de agua, que llevaban el agua potable hasta el palacio real. Dejaron de abastecer cuando entró en funcionamiento El Canal de Isabel II. En la fotografía vemos un mojón, que localiza uno de los viajes de agua.




Las palomas torcaces no faltan en la dehesa durante todo el año. En primavera y en verano crían bastantes parejas en los árboles. En otoño y en invierno pasan grandes bandos, procedentes del norte y del Monte de El Pardo.




A finales del siglo XIX, las hectáreas que quedan de la antigua dehesa, se encuentran prácticamente deforestadas. Han soportado el sobrepastoreo, guerras, el hambre y el frío de los habitantes de Madrid. Por esas fechas, se inicia un plan forestal para recuperar el espacio verde, sembrando toda la zona con pinos piñoneros y carrascos.
En la actualidad, la mayor parte del espacio está cubierto por grandes ejemplares de respetables portes. En la imagen vemos en primer plano, un interesante ejemplar de pino carrasco.




Una de las labores interesantes que se ha puesto en marcha, es la reintroducción de la ardilla roja. En ciertos pinos se han colocado cajas de madera y comederos. En la fotografía vemos un cartel explicativo, cerca del área de reintroducción.




Aunque no es nada fácil verlas, debido a la gran afluencia de personas que pasan por el área con perros, a ciertas horas del día es posible ver alguna ardilla buscando piñones en el suelo.




Aquí se compagina el esparcimiento y el ocio, con la educación ambiental, el mantenimiento y la recuperación forestal.




El compromiso que han tenido y tienen los ciudadanos que viven cerca de la dehesa, ha sido público y notorio. Muchos de los plantones de encina y otras especies que se ven por la zona, los han sembrado ellos.




Una pareja de pitos reales busca hormigas en una pradera...




El pito real es un buen bioindicador de la situación forestal de una zona. Para que este pájaro carpintero la habite, tiene que haber árboles maduros de diferentes especies, y abundantes hormigueros para alimentarse.




A lo largo del día, durante todos los días del año, pasan por la dehesa cientos de ciudadanos. Unos recreándose y respetando, otros, molestando o dejando los excrementos del perro. De todo hay...




Encontrarse cada mañana con un espacio forestal de estas características, en una ciudad con cerca de cuatro millones de habitantes, es un privilegio... Que hay que mantener y mejorar.
"Yo viví con mi familia en la calle Campo Real, de 1960 a 1970. Recuerdo ver las ovejas pastando en La Dehesa y en los alrededores... Con mi padre, iba algunos domingos a comprar verduras y hortalizas a las granjas y huertas que había junto a La Dehesa."
                                                                                         Pepe Monedero.
                                                                                     Naturalista, ornitólogo y vecino de La Dehesa.



Los pequeños pájaros del bosque, de vivos colores, como los herrerillos comunes, carboneros comunes, garrapinos, mitos, jilgueros, picogordos, pinzones, verderones... Son comunes durante todo el año. En la fotografía vemos a un carbonero común, registrando la rama de un árbol en busca de insectos.




La dehesa fue cedida a Madrid en 1152 por el Rey Alfonso VII, con una superficie de unas 1000 hectáreas, cubierta de monte mediterráneo... En la actualidad sólo quedan 70 hectáreas, muy transformadas, pero con una cobertura vegetal muy importante y variada, que puede ser la base para la recuperación de las especies originales... Con esta imagen, en la que vemos un considerable ejemplar de alcornoque, dejo la dehesa, pensando como sería este pulmón verde, cubierto de encinas, alcornoques, quejigos y grandes pinos...