domingo, 6 de julio de 2025

EL CAMBIO CLIMÁTICO QUE LLEVÓ AL ALCAUDÓN DORSIRROJO HASTA EL SISTEMA CENTRAL

 

En el centro de España se localizan tres especies de alcaudones. El alcaudón real y el alcaudón común habitan los montes atlánticos, mediterráneos y las riberas de los ríos desde tiempo inmemorial.

El alcaudón dorsirrojo, habitante típico de los montes atlánticos del norte de España y de Eurasia, ha colonizado los montes atlánticos del Sistema Central en la década de los ochenta, como consecuencia de un cambio climático natural que se está produciendo.




El alcaudón real es sedentario. En otoño invernan en España muchos ejemplares procedentes del norte y centro de Europa. Habita generalmente en los claros y en las rayas del monte atlántico y mediterráneo. Es temprano en la reproducción. A finales de marzo la hembra ya se encuentra en el nido incubando los huevos. Su alimentación va desde pequeños escarabajos, saltamontes, lagartijas, ratones y pequeños pájaros.



El alcaudón común es estival. Pasa la primavera, el verano y el comienzo del otoño en los montes donde nace. Habita los claros del monte, las rayas y las zonas de pastos donde son comunes los árboles y los arbustos espinosos. Generalmente, si el clima es regular, hace dos crías. Una durante la primavera y otra entre el final de esta y el comienzo del verano.

En los últimos veinticinco años, como consecuencia de la alteración del clima con ingeniería climática, sólo hace una cría. Se alimenta principalmente de todo tipo de insectos, lagartijas, pequeños ratones y musarañas.



Los pollos de alcaudón común tienen un plumaje que les diferencia de sus padres.



El alcaudón dorsirrojo, del tamaño que el común, no es tan notorio es sus hábitos como el real y el común. Es más discreto, pasa desapercibido en las zonas donde habita. Muchas parejas apenas delatan su presencia en los territorios donde crían.




Los pastizales de clima atlántico se mantienen verdes hasta bien entrado el verano. Aquí abundan los rosales silvestres y los espinos blancos, entre los grandes robles melojos dispersos. En este mundo habita el alcaudón dorsirrojo.




Los rasgos morfológicos del macho de alcaudón dorsirrojo son notorios cuando le tenemos cerca, pues a cierta distancia se parece al alcaudón común.

El pico negro azabache. La cabeza, la nuca y el obispillo son de un tono gris azulado. Muy marcado antifaz negro. El cuello y el pecho rosáceo claro. El dorso es de un pardo rojizo muy marcado. La cola es negra con rebordes blancos.




Los coleópteros voladores como este que vemos en la fotografía, forman parte de la alimentación principal del alcaudón dorsirrojo. Un alcaudón que realiza la mayoría de sus capturas en el aire. La alarmante disminución generalizada de todo tipo de insectos, está afectando muy mal a la reproducción de la especie.




Las lagartijas de pequeño tamaño, como la lagartija ibérica, son otra parte, menos importante, de la alimentación de este pájaro.




En estos ambientes abiertos, con más o menos cobertura vegetal, donde pasta el ganado durante todo el año, nacen y pasan la mitad del año los alcaudones dorsirrojos, cerca de los alcaudones comunes, pues siendo dos especies diferentes, no comparten los territorios.




La hembra del alcaudón dorsirrojo es de hábitos más discretos que el macho. No es fácil localizarla en el territorio de cría.

Tiene un plumaje de tonos pardos y ocres variados. El antifaz es pardo, muy marcado. El dorso es pardo rojizo como el del macho. La cola de tonos pardos.




¿Cómo es posible que un alcaudón que habita en las zonas geográficas del norte de España, con un clima templado lluvioso, esté colonizando en las últimas cuatro décadas las montañas y los valles del Sistema Central. Desde La Sierra de Ayllón en Guadalajara y Madrid, hasta La Sierra de Béjar en Salamanca y La Sierra de Tormantos en Cáceres?

El alcaudón dorsirrojo entra en La Península Ibérica desde Francia. Emigra por La Península Itálica y El Canal de Sicilia, o por Etiopía y Egipto, por La Península Arábiga, Jordania, Siria y Turquía. No se tiene constancia de que emigre por El Estrecho de Gibraltar, como lo hace el alcaudón común.

Henrik Svensmark, del Centro Espacial Nacional danés, señala al sol y a los rayos cósmicos como los causantes de los cambios del clima en nuestro planeta. Afirma que los rayos cósmicos contribuyen a formar las nubes, que regulan la temperatura de la superficie de la tierra.

Afirma que la mayor parte del calentamiento durante el siglo XX, es como consecuencia de la reducción de la cubierta de nubes bajas.

Al fumigar los cielos para destruir las borrascas y las tormentas que cubren la superficie de la tierra antes de precipitar, en la misma acción destruyen la cubierta natural de nubes y las lluvias que riegan los montes, limpian y refrescan en el ambiente.

Como consecuencia de esta destrucción criminal aumentan las temperaturas, la contaminación con todos esos productos criminales que fumigan en la atmósfera y las sequías.

El geólogo Ian Clark también afirma que el sol fue el causante de los cambios de clima en épocas pasadas, y que lo seguirá siendo en los presentes y futuros cambios que haya en el clima. Según él, y otros científicos, la actividad solar ha iniciado un ciclo a la baja. Vamos hacia periodos más lluviosos y fríos.

La fauna y la flora, por evolución y sensibilidad, están capacitados para percibir estos cambios ambientales naturales. Por ley natural están condenados a sobrevivir a los cambios naturales que les impone el clima y el medio natural donde viven, a anteponerse a los acontecimientos naturales. Si no mueren físicamente, o como consecuencia de la extinción de sus poblaciones, al no reproducirse. Al no producir en los periodos reproductivos el número suficiente de individuos que remplace y mantenga el número viable de la población.

Cuando una especie que habita en un ecosistema con un clima templado lluvioso en el norte de España, en la década de los ochenta comienza a colonizar zonas geográficas del centro, es porque las condiciones ambientales climáticas le favorecen.

En consecuencia, esta especie, este bioindicador, nos está comunicando con su comportamiento, que el clima de la Península Ibérica va hacia un periodo más lluvioso y más frío.





Avión fumigando la atmósfera de la zona norte de Madrid, a unos diez mil metros de altura. 21 de mayo de 2025.



Fumigaciones compuestas por tierras de diatomeas, carbones, aluminio, grafeno, boro... dispersándose para forma una burbuja climática. Zona Norte de Madrid. 6 de junio de 2025.


Burbuja criminal formada por numerosas fumigaciones aéreas, ejecutadas durante toda la mañana. Este tipo de burbujas son las que crean el efecto invernadero, las que hacen que aumenten las temperaturas. Zona Norte de Madrid. 26 de mayo de 2025.

Lo que estamos viviendo, soportando, sufriendo en los últimos cuarenta y cinco años en España, no es un cambio climático. Son las consecuencias criminales de la alteración del tiempo meteorológico, del clima, que están ejecutando con ingeniería climática. Dirigido y ejecutado desde El Ministerio de Medio Ambiente y la Agencia Estatal de Meteorología.

La manipulación constante del tiempo meteorológico, del clima, es criminal.

Dependiendo de los productos criminales que utilicen en las fumigaciones aéreas, pueden causar un daño criminal diferente.

Si utilizan tierras de diatomeas, aluminio, boro, carbones o grafeno, causan sequías y olas de calor que afectan muy mal a la vegetación, a los cauces fluviales, a las fuentes, a los insectos, a la fauna. Causando un porcentaje anual de muertes muy alto.

Si utilizan yoduro de plata o de plomo, causan grandes lluvias e inundaciones en periodos cortos o largos. Si destruyen las borrascas que cubren los cielos durante la noche en invierno, causan graves heladas.




El Alcaudón dorsirrojo está catalogado en El Libro Rojo de Las Aves de España como Vulnerable. Está protegido por la ley.

Este año sólo hemos encontrado tres parejas en las trescientas hectáreas que ocupa la zona.

Las tres parejas hicieron el nido y pusieron los huevos entre finales de mayo y principios de junio.

Dos de ellas perdieron las puestas, como consecuencia las lluvias torrenciales que cayeron a destiempo.

Una volvió a reponer tres huevos. Esta pareja perdió los tres pollos, como consecuencia de las olas de calor (por encima de los 40ºC) que se dieron por la zona durante la última semana de junio y la primera de julio.

La tercera pareja habita en un pequeño valle, por el que pasa un arroyo. Tiene el nido en el centro de un viejo rosal silvestre, protegido por grandes ejemplares de espino blanco y rosales silvestres. Los cuatro pollos que ocupan el nido están casi emplumados. En unos días se irán del nido.

Hace dos décadas, en esta zona era común la presencia del alcaudón dorsirrojo. Había más de tres parejas. En los años regulares en precipitaciones, algunas parejas hacían dos crías.

Este año, de tres parejas solo ha criado una cuatro pollos. Para el 2026 ya vamos con una pérdida de ocho individuos, sin contar que alguna pareja se pierda por ley natural, durante la emigración de otoño y primavera.


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