El
embalse de Santillana se localiza en los términos municipales de
Manzanares El Real y Soto del Real, en Madrid. Se construyó en
1907, bajo el proyecto dirigido y financiado por el Duque del
Infantado, para suministrar agua y electricidad a Madrid. En 1969 se construyó una presa más grande cerca de
la antigua, para aumentar la capacidad. En la actualidad, estas
instalaciones pertenecen al Canal de Isabel II.
Aunque hay pocas aves para la época del año
que es, por el agua siempre se cruza alguien... La hembra del ánade
real y el somormujo lavanco.
En
la zona alta de la ladera, como un símbolo muy importante de esta
zona de La Sierra de Guadarrama, el Castillo de Manzanares El Real aguanta el paso del tiempo y de la historia..
La
cola del embalse nos muestra un paisaje lleno de contrastes...
Montañas con más de dos mil metros de altura; sierras y valles con
grandes desniveles, cubiertos por rocas y bosques; manchas de robles
melojos y fresnedas, donde pastan las vacas...
En
una de las orillas descubrimos a la garza real. Anda a la pesca y
captura del desayuno...
Las
laderas del embalse están pobladas por montes mediterráneos de
encinas, enebros de la miera, arces de montpellier, fresnos y sauces,
acompañados por robles melojos, jaras...
Por
los sauces que habitan en las orillas, vemos al pico picapinos...
Está muy activo y algo confiado. Va registrando las ramas y los
troncos de los árboles... Busca energía, para vivir el día a tope.
A
pesar de los tres meses de sequía que llevamos soportando, pues
apenas han caído unas gotas, los niveles del embalse se mantienen
bastante altos.
Bajo
sus aguas habita una población muy considerable de peces de
diferentes especies. Carpas, barbos, lucios, black bass y percasoles
son los más abundantes. En la imagen vemos a un barbo cerca de la
orilla.
Los
embalses son “ambientes naturales” de grandes contrastes. A lo
largo de los años, debido a las regulares precipitaciones, la subida
y la bajada de las aguas dejan muy marcadas las orillas.
En
una zona sombría y recogida de la orilla, anda la garceta blanca.
Está inmóvil, a la espera de que pasen cerca pequeños peces.
Estos
enormes vasos de agua de muchos hectómetros de capacidad, están destinados para el consumo humano, y consecuentemente, están regulados por la
legislación, en cuanto a vertidos y contaminación. Los
ciudadanos pueden hacer ciertos usos permitidos, siempre que no
atenten contra la calidad del agua y el medio ambiente que les rodea.
Por
estos ambientes forestales, donde la tranquilidad es muy agradable, encontramos los restos de la alimentación de
unos individuos, con muy poca vergüenza y ninguna educación. Ni
ambiental, ni cívica.
En una orilla, observo a una gaviota sombría que quiere levantar el vuelo, pero no
puede. Tiene una bolsa de plástico enredada en una de sus patas, que
le impide elevarse.
En otra orilla, encuentro dos gaviotas sombrías muertas, de hace unas
horas. Están hinchadas...
Las
aguas del embalse de Santillana no son profundas. Ocupan unas 1050
hectáreas de superficie, donde las fresnedas y los pastizales
formaban el hábitat del toro bravo... El
Cerro de San Pedro, al fondo, nos podría contar muchas cosas...
Aunque
no son numerosas todavía, por las orillas más tranquilas y
resguardadas, se ven algunas fochas comunes. Esta especie que nunca ha
sido abundante en los humedales de Madrid.
En
ciertas zonas, donde las aguas se mantienen más regulares y los
suelos son más profundos, habitan pequeños bosquetes de sauces.
El
ánade real es uno de los patos más resultones, por sus vistosas y
agradables hechuras y colores; por su vida; por ser una especie común en la
actualidad, pues afortunadamente no falta en ningún curso fluvial de La Península
Ibérica.
La
vegetación que predomina en la orilla sur del embalse, está formada
por enebros de la miera, encinas, arces de montpellier, fresnos,
jaras...
En
esta época del año maduran muchos frutos silvestres. Las zarzas
ofrecen sus vistosos y apetecibles racimos de moras.
En
un charcón de la orilla, se detiene unos instantes la hembra de
colirrojo real para bañarse...
Por
la orilla norte del embalse, se extiende una pequeña mancha de
robles melojos, en la que abundan los fresnos, endrinos, rosales
silvestres y zarzas.
En
estos ambientes, aunque no son abundantes, conviven los conejos con las vacas.
A
pesar de lo nublado que estaba el cielo al alba, el día se ha
decantado por el sol.
En
una orilla descansa y toma el sol un cormorán grande. Ha venido desde la
costa cantábrica, o atlántica, o mediterránea, para pasar el otoño y
el invierno...