google-site-verification=W4JiPUkp_G2kZZVS-o62liN40WEVgPWgCCloRv-xIdc la luz del monte

lunes, 1 de octubre de 2018

EL EMBALSE DE SANTILLANA


El embalse de Santillana se localiza en los términos municipales de Manzanares El Real y Soto del Real, en Madrid. Se construyó en 1907, bajo el proyecto dirigido y financiado por el Duque del Infantado, para suministrar agua y electricidad a Madrid. En 1969 se construyó una presa más grande cerca de la antigua, para aumentar la capacidad. En la actualidad, estas instalaciones pertenecen al Canal de Isabel II.




Aunque hay pocas aves para la época del año que es, por el agua siempre se cruza alguien... La hembra del ánade real y el somormujo lavanco.




En la zona alta de la ladera, como un símbolo muy importante de esta zona de La Sierra de Guadarrama, el Castillo de Manzanares El Real aguanta el paso del tiempo y de la historia..




La cola del embalse nos muestra un paisaje lleno de contrastes... Montañas con más de dos mil metros de altura; sierras y valles con grandes desniveles, cubiertos por rocas y bosques; manchas de robles melojos y fresnedas, donde pastan las vacas...




En una de las orillas descubrimos a la garza real. Anda a la pesca y captura del desayuno...




Las laderas del embalse están pobladas por montes mediterráneos de encinas, enebros de la miera, arces de montpellier, fresnos y sauces, acompañados por robles melojos, jaras...




Por los sauces que habitan en las orillas, vemos al pico picapinos... Está muy activo y algo confiado. Va registrando las ramas y los troncos de los árboles... Busca energía, para vivir el día a tope.




A pesar de los tres meses de sequía que llevamos soportando, pues apenas han caído unas gotas, los niveles del embalse se mantienen bastante altos.




Bajo sus aguas habita una población muy considerable de peces de diferentes especies. Carpas, barbos, lucios, black bass y percasoles son los más abundantes. En la imagen vemos a un barbo cerca de la orilla.




Los embalses son “ambientes naturales” de grandes contrastes. A lo largo de los años, debido a las regulares precipitaciones, la subida y la bajada de las aguas dejan muy marcadas las orillas.




En una zona sombría y recogida de la orilla, anda la garceta blanca. Está inmóvil, a la espera de que pasen cerca pequeños peces.




Estos enormes vasos de agua de muchos hectómetros de capacidad, están destinados para el consumo humano, y  consecuentemente, están regulados por la legislación, en cuanto a vertidos y contaminación. Los ciudadanos pueden hacer ciertos usos permitidos, siempre que no atenten contra la calidad del agua y el medio ambiente que les rodea.




Por estos ambientes forestales, donde la tranquilidad es muy agradable, encontramos los restos de la alimentación de unos individuos, con muy poca vergüenza y ninguna educación. Ni ambiental, ni cívica.




En una orilla, observo a una gaviota sombría que quiere levantar el vuelo, pero no puede. Tiene una bolsa de plástico enredada en una de sus patas, que le impide elevarse.




En otra orilla, encuentro dos gaviotas sombrías muertas, de hace unas horas. Están hinchadas...




Las aguas del embalse de Santillana no son profundas. Ocupan unas 1050 hectáreas de superficie, donde las fresnedas y los pastizales formaban el hábitat del toro bravo... El Cerro de San Pedro, al fondo, nos podría contar muchas cosas...




Aunque no son numerosas todavía, por las orillas más tranquilas y resguardadas, se ven algunas fochas comunes. Esta especie que nunca ha sido abundante en los humedales de Madrid.




En ciertas zonas, donde las aguas se mantienen más regulares y los suelos son más profundos, habitan pequeños bosquetes de sauces.




El ánade real es uno de los patos más resultones, por sus vistosas y agradables hechuras y colores; por su vida; por ser una especie común en la actualidad, pues afortunadamente no falta en ningún curso fluvial de La Península Ibérica.




La vegetación que predomina en la orilla sur del embalse, está formada por enebros de la miera, encinas, arces de montpellier, fresnos, jaras...




En esta época del año maduran muchos frutos silvestres. Las zarzas ofrecen sus vistosos y apetecibles racimos de moras.




En un charcón de la orilla, se detiene unos instantes la hembra de colirrojo real para bañarse...




Por la orilla norte del embalse, se extiende una pequeña mancha de robles melojos, en la que abundan los fresnos, endrinos, rosales silvestres y zarzas.




En estos ambientes, aunque no son abundantes, conviven los conejos con las vacas.




A pesar de lo nublado que estaba el cielo al alba, el día se ha decantado por el sol.




En una orilla descansa y toma el sol un cormorán grande. Ha venido desde la costa cantábrica, o atlántica, o mediterránea, para pasar el otoño y el invierno... 



sábado, 1 de septiembre de 2018

EL PUERTO DEL REVENTÓN, EL PASO HISTÓRICO DE CASTILLA.


Existe un puerto de montaña histórico que une las dos castillas. Un paso montañoso localizado a 2039 metros de altitud, que ha dejado de ser una vía importante de comunicación, para convertirse en una senda interesante de naturaleza...




A las ocho y cinco de la mañana el sol se asoma por el valle... Estamos junto al Arroyo del Artiñuelo, en el pueblo de Rascafría. Desde aquí, comenzamos el camino hasta el puerto...




En la hiedra que sube por el tronco del chopo negro, una hembra de mirlo común devora sus frutos...




Saliendo de Rascafría, nos damos de cara con la montaña de Peñalara, poblada por un extenso pinar silvestre.




Según vamos ganando altura, las vistas del valle van cogiendo otra dimensión... Vemos La Cartuja de Santa María de El Paular, la ribera arbolada del Río Lozoya, el extenso robledal, los pinares silvestres naturales y repoblados, y al fondo, la cresta de La Najarra, de 2120 metros de altitud.




Por los árboles y arbustos viene un bando de pájaros del bosque, en busca de semillas, frutos y pequeños insectos. El herrerillo capuchino registra las ramas del viejo fresno, buscando insectos y sus puestas.




El camino transcurre ahora por un extenso robledal de robles menudos, rebrotados de cepa. Un robledal que se ha cortado a matarrasa durante cuatrocientos años, para producir leñas y carbón en plan industrial.




En las últimas décadas, varias especies de insectos que casi habían desaparecido, como consecuencia del uso indiscriminado de insecticidas, se vuelven a ver con regularidad.




En esta zona, entorno a los 1400-1500 metros de altitud, vemos como se integran los robles y los pinos, según la orientación y la altitud de la montaña.




A lo largo de la mañana se van viendo ejemplares de buitre leonado. Son los agentes sanitarios de estos montes. Cualquier animal silvestre o doméstico, que haya muerto por causas naturales o enfermedad, lo van a eliminar en cuestión de horas.




En la actualidad, estás manchas de robles están formadas por melojos rebrotados de cepa, con una edad media de treinta años. Son masas forestales en regeneración, donde apenas hay otras especies, y son escasos grandes árboles maduros con agujeros naturales, donde viva y críe la fauna...




En el camino vemos al pequeño mosquitero, que va de paso hacia el sur de La Península...




La sobreexplotación forestal que han tenido estos robledales durante cuatrocientos años, ha sido feroz. Cada veinte-treinta años, se talaban las manchas a matarrasa, eliminando y extinguiendo con el tiempo, todas las especies forestales que necesitan un clima, un microclima o ambiente forestal para vivir. Con esta gestión tan sencilla, se extinguieron en estos montes los robles comunes, albares, tejos, serbales de cazadores, acebos, mostajos, madroños... Con la desaparición del bosque, cada veinte-treinta años, desapareció el oso, el ciervo, el lince ibérico, el águila imperial ibérica, los pájaros del bosque, el azor... La Vida.




La gestión forestal que tienen estas manchas en la actualidad, es de regeneración natural y de entresaca de los robles muertos y peor formados. Ahora, hay que fomentar ciertos elementos vitales, que favorezcan la expansión y la vuelta de las especies forestales y de la fauna...




Este año, debido a las regulares lluvias que hemos tenido durante la primavera, se han visto más mariposas y más especies que las primaveras pasadas. La mariposa pavo real (Aglais io) hacía años que no se veía con tanta regularidad por el monte.




El ambiente cálido de la mañana se refleja en la panorámica...




Por el cielo pasa la joven águila real, nacida esta primavera. Durante tres años va a vivir en muchos lugares... En los montes donde abunde las presas, y donde los cazadores respeten su vida. Si llega al cuarto año, defenderá un territorio con otra águila de su edad, o formará pareja con un individuo que se haya quedado viudo.




El camino pasa ahora por una zona donde se talaron a matarrasa los grandes pinos silvestres centenarios. Donde se acabó con el bosque original, hace unos ciento cincuenta años, para obtener un beneficio efímero, a cuenta de arruinar una zona del territorio nacional.
Estas repoblaciones forestales se hicieron con dinero del estado... Si nos fijamos, lo que vemos no es un bosque, es un cultivo de pinos silvestres alineados. Donde no hay otros tipo de árboles, ni arbustos, ni flores, ni fauna...




Ahora pasamos por una zona de rocas monumentales con formas, algunas con leyenda...
El Carro del Diablo y la leyenda de la hija del sacristán de Segovia, que vendió su alma al diablo, para que le construyese un acueducto...




Estamos en época de paso, de migraciones. Los que van viniendo y los que se van...
Los papamoscas cerrojillos, muchos nacidos en estos bosques, marcan con su presencia y con su canto el final del verano.




En ciertas zonas del camino, vemos pequeños bosquetes de pinos silvestres. Se han recuperado de forma natural, debido a la orientación geográfica y los suelos, y a la supervivencia de algún ejemplar aislado, que dejó sus semillas.




En el manantial que medra en la turbera, vemos a un colirrojo real macho bebiendo. Otro pájaro de habita y anida en los pinares de alta montaña de Europa y de Rusia, que acompaña al papamoscas cerrojillo hasta África tropical.




Donde se acaba el pinar de forma natural, entre los densos piornos afloran las grandes rocas. El hábitat, la defensa, la casa de la fauna que vive en la alta montaña.




Entre los piornos, se deja ver un grupo de machos monteses. Están ramoneando los verde pimpollos de los arbustos...




La guerra civil del 36, también dejó su huella cerca del camino.




Entre las matas, agarrada a una roca de granito, observamos a la lagartija roquera. El pequeño saurio con más marcha de estas montañas.




Desde tiempo inmemorial, estas cumbres siempre han mantenido ganado durante el verano. Durante siglos, fueron miles las ovejas merinas que pastaron aquí, ahora, son vacas y caballos.
Este verano está siendo extremadamente seco, pues desde finales de junio, apenas han caído unas gotas en estas montañas. Si lo unimos a las sequías extremas que han abrasado los montes en los últimos quince años, las consecuencias son estas... Unos piornos y unos pastos mermados por las sequías.





Entre los piornos, como un pequeño duende invisible, se mueve el acentor alpino. Un pequeño pájaro de alta montaña, que sólo abandona estos parajes, cuando están cubiertos por varios metros de nieve.




Llegando al puerto, cerca de unas rocas, observo varias plumas de buitre leonado... Otro ser vivo emblemático de las altas montañas, que nunca debe de faltar de estos parajes.




En el puerto, sentado junto al camino, me paro unos instantes para descansar y refrescarme... Se me vienen a la mente historias de... Monjes cartujos que vinieron desde Escaladei, para fundar La Cartuja de Santa María de El Paular... Reyes castellanos que venían desde la corte, para cazar osos y jabalíes en los montes de Madrid; tratantes; bandidos; pastores y lobos; personas ilustres; embajadores... Y hasta un diablo, al que se le quedó el carro petrificado, por comprar el alma a la hija del sacristán de Segovia... Según cuenta la leyenda.