google-site-verification=W4JiPUkp_G2kZZVS-o62liN40WEVgPWgCCloRv-xIdc la luz del monte

lunes, 1 de junio de 2015

LA SIERRA DEL HOYO.

La Sierra del Hoyo está cubierta por una vegetación mediterránea variada, con un nivel ambiental considerable. Hoy vamos a conocer un poco que guarda esta zona montañosa tan afamada, y tan desconocida.




El día llega con el cielo cubierto por una ligera capa de nubes. Son las 7´5 de la mañana y el ambiente es cálido. Hoy va hacer calor. El monte, a pesar de las escasas lluvias que han caído en invierno y a lo largo de la primavera, ha florecido y se ha renovado algo.




Algunas laderas son auténticos laberintos de rocas y de vegetación densa, formada por jaras, romeros y zarzas; enebros, encinas y alcornoques.




En un manantial que han abierto los ganaderos para que no les falte el agua a las vacas, observo a una curruca mirlona. Poco a poco, algo desconfiada, va descendiendo por las ramas de una zarza hasta llegar al agua.




Las laderas del sur de la sierra siempre han estado cubiertas de monte alto, que la mano del hombre ha ido renovando a lo largo del tiempo. Aquí la utilización racional de los recursos naturales ha sido equilibrada.




En la actualidad el ganado es escaso. Esto está permitiendo una recuperación del monte, aunque muy lenta. Las zonas claras se han poblado de arbustos, que protegen y crean suelo. A partir de aquí, los árboles pueden empezar a repoblarse...




Posada en la copa de un enebro grande, un águila culebrera observa la ladera, donde hay pequeños claros entre la vegetación. Si aparece una culebra o un lagarto ocelado, se lanzará a su caza.




Debido a sus paisajes sobresalientes, y a su flora y fauna mediterránea característica, esta zona de la sierra se salvó de la especulación urbanística en los años 80, y entró a formar parte del Parque Regional de la Cuenca Alta del Río Manzanares, con la figura A2, Reserva Natural Educativa.




Las elegantes y floridas dedaleras crecen entre las rocas de granito. Es un mundo donde el suelo apenas existe, y se vive gracias a las reservas de agua, recogida durante el invierno y la primavera.




Las laderas altas de la sierra apenas tiene suelo. Están constituidas por grandes rocas de granito muy erosionadas por el paso del tiempo, entre las que habitan los árboles y los arbustos.




En una encina baja, localizada en un valle apartado y poco transitado, localizo a la hembra del azor dentro del nido. Está alimentando a los pollos... Con el mismo silencio que llego, me voy...




En las umbrías, fondo de los valles y laderas orientadas al norte, se localizan pequeñas manchas de robles melojos, con ejemplares de notable talla.




Donde los suelos son profundos y existen pequeños acuíferos, se localizan pequeñas manchas de alcornoques con ejemplares de buena talla.




Los valles cerrados por la densa vegetación, donde la presencia de las personas se deja sentir poco, son el hábitat del ciervo. En esta época del año "están echando" las cuernas nuevas. Cuando termine el verano, volverán a lucir una nueva corona. Volverán a ser los reyes del monte.




En los pequeños valles, los contrastes en la vegetación son considerables. En el fondo, el suelo es más profundo, los árboles son más grandes y menos variados, acompañados por un extenso y variado pastizal que alimenta a la ganadería. En las laderas, donde las rocas son más profundas que el suelo, los árboles son terciados, pero más variados; abundan los arbustos y los pastos son más escasos y menos variados. Los dos ambientes forman una unidad muy importante para todos los seres vivos de la zona, incluido el hombre.




A lo largo de las laderas y los valles, se localizan ejemplares de alcornoque. Si nos fijamos en sus troncos y sus grandes ramas, veremos que hace tiempo se les ha quitado el corcho alguna vez.




Sobre la roca recubierta de musgos y líquenes, observo a un macho de lagartija colilarga. Esta lagartija de buena talla, era muy abundante en los montes mediterráneos del centro de Madrid. En la actualidad apenas es común.




Las grandes flores de las jaras pringosas se han lucido poco esta primavera, debido a la sequía que se ha implantado en el monte. Esta escasa floración va a repercutir en la baja producción de miel y en la vida de las colmenas.




En la actualidad encontramos al alcornoque formando pequeñas manchas abiertas en varias zonas. Viendo la localización de estas manchas y la situación de los ejemplares aislados o acompañados, podemos llegar a la conclusión, que en un pasado reciente este árbol llegó a poblar casi toda la sierra, acompañado por encinas, quejigos, arces menores, robles melojos y enebros de la miera, principalmente.




A la sombra del monte alto observo a tres jabalinas con sus crías. Por donde pasen, todo pequeño ser vivo en forma de conejo, ratón, culebra, lagarto, nido, insectos, raíz, bulbo o fruto, acabará en sus estómagos.




Acompañado por grandes encinas me encuentro con un buen ejemplar de alcornoque. Junto a él, observo el ambiente que nos está dejando esta primavera, en la que las lluvias están siendo muy escasas y el monte empieza a notar ya su falta. El verano está cerca... Si las tormentas no acompañan en los próximos meses, las consecuencias van a ser poco agradables.


lunes, 25 de mayo de 2015

24 DE MAYO. POR LOS CASTAÑARES DEL SUROESTE DE MADRID.

En la cabecera del Río Tiétar, lindando con la provincia de Ávila, se localizan importantes manchas de castaños acompañadas por robles melojos, fresnos y pinos resineros. Hoy vamos a caminar por algunas de ellas...




Son las 7,10 de la mañana. El día viene soleado y con nubes. En este valle la estabilidad en la atmósfera dura poco a lo largo del día... La ladera de la montaña está cubierta por pinos, fresnos y castaños en el piso inferior; castaños en la zona media; y robles, castaños y algunos pinos, en las zonas altas.




Las hojas nuevas de los castaños, de verdes claros y amarillos, producen un claroscuro que causa sensación. Es muy agradable andar por estos bosques durante las primeras horas de la mañana.




Un herrerillo común va registrando las ramas y las cortezas de los árboles. Busca pequeños insectos para alimentar a sus pequeños pollos, que han nacido hace unos días. ¡Hasta catorce pollos he llegado a ver en algunos nidos de este pequeño pájaro!




Estamos en una de las zonas que más llueve en Madrid, con un clima muy templado y húmedo. Por estos motivos se desarrollan aquí estos bosques.




A lo largo de los últimos dos mil años, estos importantes bosques se fueron modelando a través de la mano del hombre. Se fue creando una cultura con el castaño, sus productos, el fomento del árbol y su cuidado.




Una hembra de pico picapinos recorre el tronco abatido de un fresno. Busca insectos en el interior de la madera. Los pájaros carpinteros ayudan al bosque en el control de las plagas de insectos xilófagos, y a la descomposición e integración de la madera en el suelo.




En los últimos veinte años, la producción comercial de estos castañares ha cesado. Ahora son montes y árboles protegidos por la ley, dirigidos hacia su recuperación natural. Gracias a esta protección las manchas se están recuperando bastante bien. Van ocupando los espacios perdidos, y van apareciendo otras especies forestales, que desaparecieron de los castañares hace mucho tiempo.




En las décadas de los setenta y ochenta, se produjeron varios incendios forestales intencionados. En ellos acabaron para siempre muchos castaños milenarios, con troncos descomunales. En la imagen vemos los restos de uno de ellos... A pesar del daño sufrido, rebrotó de cepa, y una parte de él aún se mantiene viva. 




Por un pequeño claro pasa una jabalina con cuatro crías muy crecidas. Con sus hocicos van arando y removiendo el suelo del monte, en busca de insectos, raíces, tubérculos y las últimas castañas sanas del otoño pasado.




En las zonas más húmedas y soleadas del monte, florecen las elegantes peonías. Detrás de ellas vienen emergiendo los verdes helechos.




El macho de tarabilla común marca su territorio desde la zona alta de una zarza. Cerca se encuentra la hembra, incubando los huevos en el nido.




Ciertas zonas de las laderas, debido a su orientación y el tipo de suelo, no se vieron afectadas por los incendios. Gracias a las circunstancias, se salvaron de las llamas importantes castaños, como el de la fotografía, con un tronco que pasa de los diez metros de perímetro. 




A lo largo de la mañana, escucho el canto de las diferentes aves que habitan aquí durante todo el año, como el trepador azul, el carbonero común y garrapinos, el herrerillo común y capuchino, el jilguero, el verderón común, el pinzón común, el estornino pinto, los pájaros carpinteros... Y de los que han pasado el invierno en África, y ahora han vuelto donde nacieron, como las oropéndolas, los papamoscas grises y cerrojillos, algunas currucas, abejarucos, abubillas... 




El trepador azul es un pájaro típico de los bosques atlánticos. En estos bosques de castaños permanece todo el año, pues en ellos encuentra insectos, larvas y huevos en todas las estaciones; y castañas durante el otoño y el invierno, que le garantizan el alimento en los días difíciles del año.




Caminando por esta zona del valle, pasa delante de mi una pareja de corzos a toda carrera... Están de bodas.
Debido a los abundantes recursos forestales, los corzos y los ciervos no faltan en estas manchas.




Si observamos el paisaje, vemos un trozo de monte poblado por castaños jóvenes, de unos 20-25 años. También vemos a un enorme ejemplar, con un tronco de unos doce metros de perímetro en su base. Vemos un castaño maduro, mutilado, que ha perdido los enormes brazos que le hacían grande en el bosque. Un castaño que ha sufrido un incendio forestal intencionado, que le ha dejado en esta situación para siempre, pero que sigue viviendo, y a pesar de su aspecto. Sigue engrandeciendo el bosque y mostrando en su cuerpo lo que jamás se debe de hacer.




Un escribano soteño macho, se acerca al manantial para beber. Otro pequeño duende del bosque, que pasa desapercibido donde vive. Es más fácil oírle que verle.




La luz de la tarde, también tiene su encanto en el interior del bosque. Ahora todas las especies diurnas vuelven a transitar por él, en busca de recursos para alimentarse y alimentar a sus crías. Los pájaros vuelven a marcar sus territorios con sus cantos...




Sentado en el tocón de un castaño, de unos once metros de perímetro, observo los pequeños árboles que pueblan ahora el bosque...
En los años sesenta pasó por aquí el tren, en un viaje de ida... Cientos de castaños, con troncos de diez, dieciséis, y más metros de perímetro en la base de sus troncos, se cortaron para hacer traviesas para el ferrocarril. A finales de los setenta, esas traviesas se hacían de hormigón y de acero, a muy bajo coste.




Posado en la rama alta de un aliso, el cárabo parece que se está espabilando. La noche está cerca y pronto volverá a recorrer el bosque, a la caza de roedores y de pájaros, con los que alimentarse y alimentar a sus pollos.
Mañana volverá a amanecer... De forma diferente y con otros acontecimientos.


lunes, 18 de mayo de 2015

martes, 12 de mayo de 2015

12 DE MAYO. POR UNA DEHESA DE FRESNOS DEL VALLE MEDIO DEL RÍO LOZOYA.


A lo largo del valle del Río Lozoya, se localizan importantes fresnedas con ejemplares maduros de grandes troncos. Hoy vamos a visitar una dehesa de fresnos histórica, que se localiza en una nava, a varios kilómetros del río.




Aunque la primavera no está siendo todo lo lluviosa y templada que debiera, la vegetación de la dehesa se muestra espléndida. Toda la comunidad forestal rebrota con fuerza.




Por todas las zonas se oye el canto del cuco. Un pájaro de mediano tamaño muy forestal, que habita en los bosques donde la comunidad de pájaros insectívoros es alta.




El día anterior ha sido trágico para la pareja de zorzales charlos. Un gavilán capturó al individuo de la pareja que estaba incubando los huevos...




Ciertas zonas están muy pobladas de zarzas, espinos albares, rosales silvestres... Aquí habita una comunidad de aves insectívoras muy diversa. Ruiseñores, currucas de varias especies, petirrojos, mitos... Pájaros que necesitan una importante cobertura vegetal para vivir.




En uno de los numerosos manantiales que hay por la dehesa, observo a un zorzal común. Busca lombrices y gusanos, para alimentar a sus hambrientos pollos.




Ahora, aunque no se ve por el pasto alto, muchas zonas de la dehesa están cubiertas por una ligera lámina de agua.




Una lavandera cascadeña, con el pico cargado de insectos, se aproxima al nido para alimentar a sus pollos, ya casi emplumados.




En una zona más abierta de la dehesa, localizo junto a un roble melojo un buen ejemplar de fresno, al que históricamente, en los últimos doscientos o trescientos años, le han cortado las ramas para alimentar al ganado en verano, o calentar las casas en invierno.




En los excrementos de las vacas que se crían en la dehesa, salen ahora abundantes setas, que ayudan a su descomposición y a su integración en el suelo.




El arce menor o de montpellier siempre fue un árbol abundante en estas zonas, pero debido a la calidad de su madera, en la actualidad es muy escaso. En la fotografía vemos a un ejemplar joven de mediano tamaño.




En el cielo, oculto por las nubes, un milano real no deja de sobrevolar la zona por donde paso ahora. Seguramente tiene el nido en un grupo de fresnos que hace años que no se desmochan.




Las elegantes flores de las peonías se abren en estas fechas por muchas zonas de la dehesa. Otro bioindicador que nos cuenta como ha sido el paso de la mano del hombre por la zona...




Las vacas también han modelado el ambiente de la dehesa a lo largo del tiempo... Aquí viven con corzos y jabalíes.




Posado en la rama fina de un fresno joven, observo a un macho de picogordo. Sus elegantes colores y el tono de su enorme pico,  nos cuentan que está de bodas.




Ahora paso por una zona donde los troncos de los fresnos son enormes. Sus formas naturales están descompensadas... Se ve perfectamente que la acción de la mano del hombre ha intervenido en la forma de los árboles, la composición natural del monte y en la forma del paisaje. Para ver esta imagen, han tenido que pasar varios siglos, en los que ha habido una estrecha relación entre el monte y los habitantes de la zona.




Un mito, uno de los pájaros más pequeños de nuestros montes, va con su familia buscando insectos para alimentarse. Van registrando todo, ramas, cortezas, rocas con musgo...




En los pequeños claros crecen corros de orquídeas de la especie Anacamptis gr. morio. Esta orquídea nos cuenta con su presencia que estamos en una zona más templada, donde las precipitaciones medias anuales son entorno a los 800 mm.




Los grandes y gruesos troncos de los fresnos, tienen huecos que se han originado como consecuencia de las podas a lo largo del tiempo. En estos pequeños y grandes huecos vive una comunidad de reptiles, aves y mamíferos muy considerable, que dan vida a este ecosistema durante las veinticuatro horas del día.




Medio oculto por las verdes hojas, observo a un macho de pico picapinos. Está arrancando la corteza la rama de un fresno, para capturar los insectos que ahí viven. Al sentir el ruido de la cámara, se vuelve para ver de donde viene el sonido...




Esta dehesa ha llegado hasta nuestros días, debido a la gestión racional de sus recursos naturales. Para eso se la deslindó y protegió  hace más de cinco siglos. Esperemos que este pacto o estas leyes antiguas, se sigan respetando por mucho tiempo.