google-site-verification=W4JiPUkp_G2kZZVS-o62liN40WEVgPWgCCloRv-xIdc la luz del monte: QUÉ ES UNA DEHESA... SEGUNDA PARTE.

lunes, 31 de marzo de 2014

QUÉ ES UNA DEHESA... SEGUNDA PARTE.


Como he comentado en el capítulo anterior, llega el día en el que los recursos forestales naturales se agotan, y los habitantes de pueblos y ciudades, comienzan a utilizar los espacios naturales que protegieron en su día, que conocen con el nombre de dehesa: monte defendido...

En Madrid, el deslinde, la protección y la utilización de las dehesas, se conoce desde hace unos diez siglos. Ya en el siglo XV se habla de dehesas viejas: dehesas que se llevan utilizando desde hace siglos. Y dehesas nuevas: dehesas que comienzan a utilizarse o llevan poco tiempo utilizándose... Dentro de estos espacios forestales, se deslindan las zonas conocidas como la dehesa cerril: la zona virgen y todavía inalterada en la época; y la dehesa domada: la zona utilizada, resalveada y "mejorada" (abierta) para la ganadería.

Dependiendo de la situación política y económica vivida en cada época, así fue la utilización de estos espacios forestales. Si la situación política era estable, con una economía solvente, la utilización era racional... Si la situación política era inestable, de guerra, con una situación económica difícil y una posguerra de hambre, la utilización de las dehesas era irracional, de supervivencia. Cuarteles y dehesas enteras se llegaron a cortar a matarrasa, para calentar a la población civil.... Y esto sin olvidarnos de las talas y "podas" fraudulentas, para el beneficio rápido; las ventas fraudulentas de ciertos cuarteles a manos privadas; las desamortizaciones que vinieron después; la transformación y talas que sufrieron la mayoría de las dehesas vendidas....

Consecuentemente, la situación actual que tienen nuestras "dehesas", es la que han soportado en los últimos diez siglos... Tenemos "dehesas" con una regeneración natural ecológica muy importante, como consecuencia de su protección o abandono en los últimos 30-40 años. "Dehesas" con una regeneración ambiental regular, donde los usos agroforestales se siguen realizando de forma racional. Y dehesas con una regeneración ambiental nula, donde año tras año se van perdiendo árboles, como consecuencia de los usos agresivos.

En la actualidad seguimos llamando dehesa a una mancha forestal degradada, con menos del 50% de los árboles y arbustos originarios, con especies forestales invasoras, que no eran originarias de este espacio. Y consecuentemente, se está utilizando equivocadamente la palabra dehesa y adehesar.

La dehesa es la mancha original protegida, para que no se tale y desaparezca. Adehesar, es proteger manchas forestales originales, frente a usos agresivos indebidos, que harían desaparecer el espacio forestal.

Lo que hoy llaman dehesa, es un espacio forestal degradado, manipulado por el hombre para obtener de él una serie de beneficios económicos, donde predominan los pastos sobre los árboles y arbustos... Lo que llaman adehesar, es deforestar  y degradar un espacio forestal, con un grado ambiental muy superior al que va a dar como resultado.

O cambiamos la palabra dehesa y su significado, o utilizamos realmente las palabras en castellano para referirnos a espacios forestales degradados, o manipulados para dar un beneficio económico. Imagínense un avión al que le faltan las alas, la hélice, la cola, el motor, los cristales de las ventanas, la mayoría de los asientos, una rueda, las bombillas de los faros, y tiene tantos parches para tapar sus agujeros, que apenas se ve el fuselaje original... ¿A este trasto le seguiríamos llamando avión? Creo que no.

Para ver las consecuencias que ha tenido la utilización racional e irracional de las dehesas, y ver el estado al que han llegado en la actualidad, he cogido como ejemplo ciertas zonas con vegetación mediterránea, destinadas para  la ganadería extensiva, localizadas en La Comunidad de Madrid.




La mala gestión agroforestal durante los últimos diez siglos, y el cambio climático soportado durante los últimos cuarenta años, han dejado en esta situación a la "dehesa".
En la imagen vemos los restos de lo que fue una dehesa originaria de quejigos, robles melojos y fresnos principalmente, en tiempos de Felipe II, cuando se la reconoce en las Reales Relaciones Topográficas... Ahora, vemos fresnos, algunos quejigos, cornicabras, encinas y enebros. Si nos fijamos bien, veremos que los grandes árboles no existen.




Las excesivas talas, los inadecuados resalveos y el abusivo pastoreo, han dejado a "la dehesa" sin apenas arbustos y árboles nuevos, para que se siga regenerando y tenga futuro...
En la imagen vemos la zona de una "dehesa" histórica, en la que abundan las encinas centenarias de doscientos y trescientos años. Los quejigos, que eran los árboles más abundantes hace doscientos años; ahora apenas existen. Los arbustos casi se han extinguido por completo, y la mayoría de las especies arbóreas también. Sólo predomina un pastizal rico en especies, muy apreciado por la ganadería.




La fauna originaria ha desaparecido en más de un 50%, y los cambios forestales han hecho posible la invasión de otras especies...
En su origen, las dehesas sólo producían pastos y recursos para la caza y el hombre, y un número muy determinado y pequeño de ganado. En la actualidad, prácticamente todos los recursos agroforestales son para el ganado... Si la carga ganadera es la adecuada con la zona, el espacio forestal tendrá un nivel ecológico regular... Si la carga es superior, el espacio forestal estará condenado a la extinción con el paso del tiempo...
En la imagen vemos una zona de "la dehesa", en la que sólo sobreviven  un número de encinas centenarias dispersas, en un mar de pasto, en el que se alimenta la ganadería vacuna. Aquí ya no tienen su sitio los grandes herbívoros y carnívoros salvajes, y muchas especies...




En estos espacios forestales dedicados principalmente a la ganadería, sólo se respetan los árboles productores de frutos. El resto y los arbustos, terminan desapareciendo. No interesan y se cortan periódicamente para leña. Pasamos con el paso del tiempo, de tener una masa forestal muy variada y rica en recursos para todos sus habitantes, inclusive la ganadería, a tener un espacio forestal muy humanizado (Demasiado. Ya veremos más adelante las consecuencias negativas que va a traer toda esta humanización a la dehesa) destinado a producir industrialmente bellotas y carne, sin importar el futuro a corto plazo del espacio natural, la salud de los árboles y la variedad de especies forestales que se ha extinguido, y que podrían aportar recursos a la ganadería.
En la imagen vemos unas bellotas maduras de encina apunto de caer... El ser humano descubrió en su día, que podando las encinas de una forma determinada, estas producen más bellotas, más grandes y más dulces.




En los restos de lo que fueron las frondosas dehesas, todavía podemos encontrar encinas de troncos y portes respetables, que por circunstancias o por ciertas personas con conciencia, hicieron respetar estos grandes árboles. Ahora, como testigos mudos, nos cuentan con su grandioso aspecto ¡como sería toda la dehesa, si el ser humano la hubiera gestionado adecuadamente!. ¿Se pueden imaginar cómo sería la dehesa de su pueblo, si todos los árboles fueran como éste?.
En la imagen vemos una encina de mediana edad, de unos trescientos-cuatrocientos años de vida, en una zona de "la dehesa" en la que apenas quedan árboles... Cuando la encina nació, esta zona si que era una dehesa. Estaba cubierta por encinas, quejigos, melojos y enebros más grandes que ella, y por otros árboles y arbustos de otras variedades... ¡Qué gran cronista sería, si pudiese hablar, y nos contara lo que ocurrió aquí  en los últimos trescientos años...!


2 comentarios:

  1. Estudio Ingeniería Forestal y me da mucha pena como mi profesor solo da la asignatura de Piscicultura con vistas a la producción ganadera.

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  2. Hola Felicidad,
    Perdona, pero no entiendo a que te refieres con este comentario. Si me lo puedes explicar...
    Un saludo.

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